Índice de Precios del Gasto en Consumo Personal (PCE) subió 0,3%, pero es inferior a lo previsto por la Fed y el mercado de 0,5%
Un indicador clave de la inflación estadounidense aumentó el mes pasado menos de lo esperado y el gasto del consumidor se estabilizó, lo que sugiere que la Reserva Federal podría estar cerca de terminar su ciclo más agresivo de aumentos de tasas de interés en décadas.
Excluyendo alimentos y energía, el indicador de inflación preferido de la Fed, el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE), subió 0,3% en febrero después de que el mes anterior fuera revisado ligeramente a la baja. El PCE general aumentó en la misma cantidad, según mostraron los datos del Departamento de Comercio el viernes.
El gasto del consumidor, ajustado por los precios, cayó 0,1% después de aumentar 1,5% revisado al alza a principios de año. La disminución reflejó una caída en los desembolsos tanto en bienes como en servicios.
El índice de precios PCE subió 5% respecto al año anterior, una desaceleración desde enero y muy por encima de la meta del 2% del banco central. Excluyendo alimentos y energía, el índice de precios PCE subyacente subió 4,6%, igualando el aumento más pequeño desde octubre de 2021.
Las acciones de EE.UU. subieron y los rendimientos del Tesoro se desplomaron, ya que los operadores apostaron a que la Fed pronto dejaría de subir las tasas de interés. La medida básica del PCE quedó ligeramente por debajo de la estimación media del 0,4 % en una encuesta de economistas de Bloomberg.
Si bien la reducción de la inflación es bienvenida, el crecimiento de los precios sigue siendo demasiado alto para la Fed, y debe equilibrarlo con el mantenimiento de la estabilidad financiera. Los funcionarios aumentaron las tasas en un cuarto de punto la semana pasada y dijeron que es posible que se necesiten más ajustes, dejando en claro que la inflación es su principal prioridad mientras monitorean los riesgos de una gran cantidad de colapsos bancarios.
Sector servicios
La rigidez de la inflación del sector servicios en particular, en parte debido al fuerte crecimiento de los salarios en esas industrias, corre el riesgo de mantener el crecimiento de los precios por encima del objetivo de la Reserva Federal en el futuro previsible.
Dicho esto, la inflación de los servicios, excluyendo los servicios de vivienda y energía, aumentó un 0,3% en febrero, una desaceleración con respecto al mes anterior, según cálculos de Bloomberg.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha enfatizado la importancia de considerar una medida de este tipo para evaluar las perspectivas de inflación. Año tras año, la métrica subió hasta 4,6%.
Por el lado de los gastos, el informe sugiere resiliencia en los gastos personales en febrero después de que el clima cálido junto con un mercado laboral sólido ayudaron a impulsar un aumento en los desembolsos en enero. El gasto, sin ajustar por precios, ganó 0,2%.
También ofrece un punto de referencia para el principal impulsor de la economía en las semanas previas a las últimas turbulencias bancarias, que se prevé que conduzcan a un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias y, en última instancia, limiten el gasto de los hogares.
Sobre una base ajustada a la inflación, los desembolsos en bienes cayeron 0,1%, en gran medida limitados por los vehículos de motor y sus repuestos. Mientras tanto, los servicios cayeron por primera vez en más de un año, lo que refleja una disminución en las comidas fuera de casa.
El desempleo sigue siendo históricamente bajo y el ingreso disponible ajustado por inflación, el principal apoyo al gasto del consumidor, subió 0,2% después de subir 1,5% en enero, cuando los beneficiarios del Seguro Social recibieron un ajuste histórico por costo de vida.
Los sueldos y salarios, sin ajustar por precios, subieron 0,3%. Los ingresos nominales aumentaron en la misma cantidad. Hay algunas señales de que los hogares pueden ser más exigentes con sus gastos. La tasa de ahorro subió al 4,6%, la más alta en más de un año.
