A pesar de que el presidente justifica la desaceleración lenta de la inflación en el “necesario incremento de precios de la gasolina”, para los expertos eso no explica la diferencia con el resto de LatAm.
La inflación en Colombia viene desacelerando desde marzo de 2023, y aunque cada dato mensual es interprretado como una victoria por el presidente Gustavo Petro, una buena parte del mercado no comparte su optimismo. De hecho, son varios los economistas que ven a la inflación rezagada frente al resto de economías de América Latina.
Ciertamente, los precios en Colombia subieron más el año pasado que en la mayoría de los países de América Latina, pero, además, el pico del aumento de precios se logró después que en los demàs países de la región.
El pico inflacionario se alcanzó en marzo de 2023 cuando llegó a 13,3%. Desde entonces la inflación anual en el país ha desacelerado, cerrando el año pasado en 9,28%. Si bien es una reducción de 402 puntos básicos en nueve meses, la meta del banco central colombiano es del 3%.
Las causas de una inflación más alta
Hay varias teorías de por qué los precios subieron más en Colombia que en los demás países de la región. Tras los cierres de 2020 que mandaron el Índice de Precios al Consumidor al 1%, en 2021 alcanzó a ser mayor al 10%.
Corficolombiana explica que después de experimentar un choque inflacionario sincronizado entre 2021 y 2022, la mayoría de los países de Latinoamérica alivió el ritmo de incremento de su costo de vida en 2023. Sin embargo, esta tendencia ha sido menos marcada en Colombia y la canasta de los hogares es un 30,6% más cara frente a diciembre de 2020.
Además, asegura la firma, la convergencia tardía encuentra su sustento en factores idiosincráticos que comprenden el paro del 2021, que tuvo efectos inflacionarios sobre los alimentos hasta el 2022, y la devaluación elevada experimentada entre el 2022 y el 2023.
Dice que estos elementos fueron decisivos en la fase alcista del ciclo. Asimismo, en el último año, la desinflación estuvo restringida por la alta indexación y la subida en los precios de los combustibles que inició a finales del 2022.
Las interrupciones a la movilidad por el Paro Nacional del 2021 tuvieron un efecto alcista sobre los precios de los alimentos, que se extendió a lo largo de todo el siguiente año. Los estimativos del equipo técnico del Banco de la República apuntan a que esto pudo haber agregado en promedio 9 puntos porcentuales (p.p.) a la inflación de alimentos.
Hemos llegado a inflación de un dígito: 9,28% en el año 2023
Redujimos la inflación de alimentos de 27,81% del año 2022 al 5% del año 2023 https://t.co/02IaWkfg6q
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 10, 2024
En Colombia, la inflación anual de alimentos alcanzó un máximo de 27,8% en diciembre de 2022; mientras que sus pares regionales alcanzaron picos entre 13,2% (Perú) y 24,7% (Chile). En adición, el peso colombiano alcanzó una depreciación máxima en 2022 (49% en noviembre de 2022 frente al cierre de 2020) que intensificó el choque inflacionario para los grupos de alimentos y bienes, principalmente.
A pesar de las explicaciones que dan los expertos al aumento del costo de vida en el país, el Ministerio de Hacienda ha planteado otro análisis en el que las empresas son las responsables, principalmente, de los aumentos de precios.
Según la cartera financiera, estudios recientes han encontrado que la contribución de las utilidades de las firmas a la inflación tras la pandemia ha sido mayor en varios países, superando la de los costos laborales.
“En Colombia, al igual que en las economías desarrolladas, la contribución de las utilidades a la inflación reciente ha sido mayor que la contribución de los salarios, especialmente en sectores como el agropecuario y el minero, que no necesariamente coinciden con los que han generado mayor valor agregado en los últimos años. No obstante, mientras en los países desarrollados esto representa un cambio estructural, en Colombia la contribución de las utilidades ha sido históricamente mayor que la de los salarios”, dijo el Ministerio en un documento.
El aporte de la gasolina
Para el presidente Petro la inflación en Colombia no ha bajado a una velocidad mayor porque durante 2023 el gobierno ha tenido que hacer el ajuste de precios que se evitó entre el 2021 y 2022, debido a las protestas sociales que hubo en el país.
Algunos voceros de la oposición nos dicen que somos culpables de la inflación. Lo cierto es que hoy la inflación es más baja que como nos la entrego Duque y seguirá bajando.
Al subir el salario mínimo 16% y al caer la inflación a un 10 o 9,5% al final del año el salario mínimo… https://t.co/wGoQySgUev
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 10, 2023
Os expertos dicen que el ajuste tardío de los precios de los combustibles supuso un aporte inflacionario de los regulados que se materializó desde finales del 2022.
Los precios de la gasolina iniciaron una lenta convergencia al precio de paridad internacional desde octubre del 2022 y el grueso del ajuste ocurrió durante 2023.
No obstante, Corficolombiana asegura que, aunque este factor ha puesto presiones alcistas a la inflación, y explica en gran medida la divergencia frente a Chile, la diferencia frente a un escenario en el que el precio hubiera fluctuado contemporáneamente con la referencia internacional no es elevada.
“Así pues, el impulso adicional por combustibles es insuficiente para explicar por sí solo la convergencia tardía de la inflación en Colombia”, sostiene.
Lento, pero seguirá bajando
Dado que el dato mensual de diciembre fue sorpresivo y menor a lo esperado, los expertos han comenzado a revisar sus proyecciones para el 2024.
“La característica indexación de la economía colombiana es compleja de contener, y aunque se han hecho varios esfuerzos de desindexación, aún hay tarea pendiente. A pesar de la indexación, la inflación seguirá reduciéndose y cerrará el 2024 por debajo del 6%”, dice Laura Peña, analista de BBVA.
Explica que, en Colombia el porcentaje de indexación es elevado y suele estar atado a dos indicadores principales: la inflación del año previo y el incremento del salario mínimo para el año corriente.
Al respecto, Anif asegura que, a pesar de las señales positivas, se debe tener en cuenta que las expectativas del mercado permanecen por encima de la meta del 3% en el mediano plazo.
“Seguimos descontando una inflación de 5.5% para el cierre de 2024, con una senda decreciente que esperamos se extienda hacia el 2025, alcanzando una variación anual de 4.6% en abril de ese año”, dice la entidad.
Corficolombiana por su parte ajustó a la baja su proyección de inflación para 2024 por los resultados sorpresivos de diciembre. “Revisamos a la baja nuestra proyección para cierre del año desde 5,70% a 5,10%”.