Las ventas minoristas estadounidenses repuntaron menos de lo esperado en febrero, lo que sugiere una ralentización del gasto de los consumidores en el primer trimestre en medio de una inflación creciente y elevados costos de los préstamos.
Sin embargo, es poco probable que las señales de desaceleración de la actividad económica inciten a la Reserva Federal a empezar a recortar las tasas de interés antes de junio, ya que otros datos publicados el jueves mostraron un aumento de los precios al productor mayor a lo estimado el mes pasado.
Además, el mercado laboral sigue bastante tenso. Menos estadounidenses solicitaron prestaciones por desempleo la semana pasada y las revisiones anuales de los datos de solicitudes semanales mostraron que los trabajadores despedidos estaban encontrando rápidamente un nuevo empleo y no pasaban tanto tiempo recibiendo subsidios como se pensaba.
“Cuando la Reserva Federal contempla una serie de recortes de tasas y se enfrenta a un crecimiento económico repentinamente más lento y a una inflación repentinamente más rápida, siempre responderá a las nuevas noticias por el lado de la inflación”, dijo Chris Low, economista jefe de FHN Financial. “Al final, no es la primera vez en los últimos dos años que los consumidores hacen una pausa durante un par de meses para recuperar aliento”.
Las ventas minoristas subieron un 0,6% el mes pasado, según la Oficina del Censo del Departamento de Comercio. Los datos de enero se revisaron a la baja para mostrar una caída del 1,1%, en vez del 0,8% comunicado previamente.
También se revisaron a la baja las ventas de diciembre. Economistas encuestados por Reuters estimaban que las ventas minoristas, que en su mayoría son de bienes y no se ajustan a la inflación, subirían un 0,8% en febrero. En febrero aumentaron un 1,5% interanual.
Las ventas del mes pasado se vieron impulsadas por un repunte del 1,6% de los ingresos en los concesionarios de vehículos de motor y piezas de recambio. Las ventas en las gasolineras aumentaron un 0,9%, reflejando la subida de los precios en el surtidor. Las ventas de electrónica y electrodomésticos aumentaron un 1,5%. Las ventas en las tiendas de materiales de construcción y equipos de jardinería repuntaron un 2,2%.
Sin embargo, las ventas por Internet cayeron un 0,1%. También disminuyeron las ventas en las tiendas de ropa, salud y cuidado personal. Las ventas de las tiendas de muebles disminuyeron un 1,1%. Las ventas en tiendas de artículos deportivos, pasatiempos, instrumentos musicales y libros se mantuvieron sin cambios.
Las ventas de los servicios de comidas y bebidas, el único componente de servicios del informe, ganaron un 0,4% tras caer un 1,0% en enero. Los economistas consideran que salir a cenar es un indicador clave de la economía familiar. Los hogares se centran cada vez más en lo esencial y recortan el gasto discrecional.
Las ventas al por menor, excluidos los automóviles, la gasolina, los materiales de construcción y los servicios de alimentación, se mantuvieron sin cambios en febrero.
Esta medida, denominada ventas minoristas subyacentes, se corresponde más estrechamente con el componente de gasto de los consumidores del Producto Interno Bruto. Las ventas subyacentes de enero se revisaron a la baja, con un descenso del 0,3% en lugar del 0,4% anunciado anteriormente. Las ventas subyacentes de diciembre se revisaron a la baja.
Estos datos y una lectura inesperadamente plana de los inventarios empresariales en enero llevaron a la Reserva Federal de Atlanta a recortar su estimación de crecimiento del PIB del primer trimestre a una tasa anualizada del 2,3% desde un ritmo del 2,5%. La economía creció un 3,2% en el cuarto trimestre, impulsada por el gasto de los consumidores.
Un informe separado del Departamento de Trabajo mostró que las solicitudes iniciales de subsidios estatales de desempleo cayeron en 1.000, hasta 209.000 desestacionalizadas, en la semana finalizada el 9 de marzo. Los economistas habían previsto 218.000 solicitudes para la última semana.
El número de personas que reciben prestaciones tras una semana inicial de ayuda, un indicador aproximado de la contratación, aumentó en 17.000 hasta 1,811 millones durante la semana que finalizó el 2 de marzo.
El Gobierno revisó los datos tanto de las solicitudes iniciales como de las denominadas continuas desde 2019 hasta 2023. También implementó nuevos modelos para ajustar estacionalmente tanto las solicitudes iniciales como las continuas este año y revisó los factores estacionales para ambas series desde 2019 hasta 2023.
El nivel de solicitudes continuas durante el último año se revisó a la baja. Los datos de enero y febrero también se revisaron a la baja, en consonancia con el fuerte crecimiento de las nóminas en ese período.
Otro informe del Departamento de Trabajo mostró que el índice de precios al productor para la demanda final subió un 0,6% en febrero tras avanzar un 0,3% en enero. Los economistas habían pronosticado un alza del 0,3%. El aumento del 1,2% de los precios de los bienes representó casi dos tercios del incremento del IPP. Los precios al por mayor de la gasolina escalaron un 6,8%, lo de los alimentos ganaron un 1,0%.
En los 12 meses a febrero, el IPP se disparó un 1,6% tras avanzar un 1,0% en enero. El informe siguió a la noticia del martes de que los precios al consumidor aumentaron con fuerza por segundo mes consecutivo en febrero.
Excluidos los alimentos y la energía, los precios de los bienes subieron un 0,3%, igualando la subida de enero. Esto sugiere que la deflación de los bienes, principal motor de la baja inflación, estaba llegando a su fin y que los servicios tendrían que tomar el relevo para aliviar las presiones sobre los precios.