La oleada de alzas de las tasas de interés mundiales ha terminado, aunque el respiro para la economía global quizá sea escaso, pues los responsables políticos permanecen recelosos ante el riesgo inflacionario.
Esta es la tónica imperante este año en los 23 bancos centrales más importantes a los que hace seguimiento Bloomberg. Todos excepto tres están preparados para recortar el coste de los créditos, aunque el ritmo de relajación de la mayoría de ellos no parece que vaya a reflejar la rápida y agresiva aceleración del endurecimiento de la política monetaria.
Aunque la nueva preocupación por la inflación en EE.UU. demuestre no tener fundamento suficiente para que la Fed inicie una reducción continuada de las tasas de interés, el dominio de la política monetaria mundial no se aflojará significativamente, de acuerdo con Bloomberg Economics.
Su medida conjunta de los costes de los créditos en las economías desarrolladas se reducirá en menos de 100 puntos básicos para finales de este año.
No es la misma alza que en el 2023 y es apenas una fracción del incremento de 435 puntos básicos experimentado desde mitad del 2021. Y el desfase en la transmisión implica que los resultados de la relajación requerirán más tiempo.
Este camino político refleja cómo los banqueros centrales están pisando una delgada línea entre ayudar a las economías anémicas y protegerse contra un resurgimiento del crecimiento de los precios al consumidor, potencialmente agravado por otro shock energético.
Una perspectiva más sombría para la Reserva Federal y la sombra de las elecciones presidenciales estadounidenses tampoco ayudarán.
La tensión geopolítica, en la que el conflicto entre Israel e Irán amenaza con una conflagración en Medio Oriente, es una variable de riesgo adicional.
“Una flexibilización prematura podría generar nuevas sorpresas inflacionarias que incluso podrían requerir un nuevo episodio de ajuste monetario”, dijo la jefa del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, en un discurso el jueves pasado anunciando las reuniones de su institución en Washington esta semana. “Por otro lado, retrasar demasiado podría arrojar un jarro de agua fría sobre la actividad económica”.
Las políticas pueden seguir siendo restringidas en Sudáfrica y Argentina y aún más estrictas en Nigeria, asolada por la crisis, mientras que Japón está preparado para continuar su salida de entornos ultralaxos. Pero en la mayor parte del mundo, los ciclos de recortes de tasas que están a punto de comenzar o avanzar pueden ofrecer sólo un leve alivio a los consumidores y las empresas.
“2024 se perfilaba como un año de caída del crecimiento, estabilización de los precios y recortes tempranos y agresivos de las tasas. Ahora, parece más bien un año de crecimiento resiliente, presión persistente sobre los precios y normalización de políticas que comienza más tarde y avanza a un ritmo más mesurado. Para los mercados financieros, el cambio de expectativas sobre la Reserva Federal, el BCE (Banco Cental Europeo) y el BOE (Banco de Inglaterra), así como un comodín mientras el BOJ se libera de su camisa de fuerza de estímulo, se suman a un período de peligro de pivote”. Tom Orlik, economista jefe global
Aquí está la guía trimestral de Bloomberg sobre las perspectivas de los principales bancos centrales del mundo, que fijan la política de tasas para un 90% combinado de la economía global.
GRUPO DE SIETE
Reserva Federal de EE.UU.
- Tasa actual de fondos federales (límite superior): 5,5%
- Previsión de Bloomberg Economics para finales de 2024: 4,5%
- Precios de mercado: Los mercados monetarios están señalando menos de 50 puntos básicos en total de flexibilización este año. Hay un 50% de posibilidades de que el primer recorte se produzca en julio, pero septiembre se considera mucho más probable.