Proyecciones en la materia señalan que hay factores que están jugando a favor de esta recuperación del gasto de las familias colombianas.
En medio de la expectativa por saber hasta cuándo la desaceleración seguirá jugando en contra de la dinámica económica que debería tener el país, y cuándo empezará la recuperación de los renglones que todavía están en rojo, esta semana se conoció una buena noticia que serviría de base para pensar que las cosas en el segundo semestre de este año mantendrán el paso lento, pero positivo.
Lo paradójico es que la buena nueva viene de los hogares, parte afectada por problemáticas como la inflación, la pérdida de poder adquisitivo, el encarecimiento del crédito y la inestabilidad de la economía, pero cuyo consumo está dando señales de recuperación, con proyecciones de crecimiento para los próximos meses.
Así se detalla en un reciente informe del equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, según el cual el consumo privado en Colombia ha comenzado a mostrar signos de recuperación durante 2024, impulsado principalmente por una mayor disposición de compra de los hogares.
Analizando el balance del PIB para el segundo trimestre del año, entregado por el Dane, estos analistas resaltan que el consumo de los hogares “registró su crecimiento anual más elevado en un año, ante la mayor disposición de compra de las familias, en especial de bienes para el equipamiento del hogar y servicios de recreación”.
Con esto sobre la mesa, el informe advierte que poco a poco se deja atrás la mala racha del 2023, que para ellos fue un año caracterizado por un consumo débil y la cautela de los colombianos frente a lo que viniera, especialmente con la posibilidad de caer en recesión que no se terminó de conjurar, por lo que volvió el optimismo.
Entre los factores que están influyendo para que se de la recuperación del consumo, los investigadores destacan “el cambio en las condiciones financieras ante el proceso de recortes en tasa de interés del Banco de la República, la mayor capacidad adquisitiva de los colombianos por el aumento de los salarios por encima de la inflación y la resiliencia de los ingresos laborales por la fortaleza en la contratación del sector servicios”.
Para ellos también ha sido importante “la mejora en los ingresos alternativos de las familias como las remesas, transferencias monetarias del Gobierno y rendimientos financieros, principalmente, permitirían que el consumo privado pase de un crecimiento anual de 0,8% en 2023 a 1,5% en 2024 y 2,4% en 2025”.
Disposición financiera
Ahondando en cómo la reducción de las tasas de interés por parte del Banco de la República ha facilitado la toma de créditos, permitiendo a las familias acceder a préstamos más asequibles para financiar consumo e inversión, desde el Banco de Bogotá explicaron que luego de llegar a los niveles más bajos de deuda desde el 2016, el cambio en el mercado ha incentivado a que más personas se animen a apalancar su crecimiento económico mediante el crédito.
“Las familias cuentan con una mejor posición financiera frente a la observada en 2022 y 2023, lo que les permitiría volver a tomar crédito una vez las tasas se encuentren en niveles más atractivos. Así mismo, la tasa de interés para créditos de consumo se ha reducido y ha guardado relación con la mejora de la demanda privada”.
Este incentivo también ha impulsado el mercado inmobiliario, con un repunte en las ventas de vivienda y un crecimiento anual de la cartera hipotecaria cercano al 20%, favoreciendo la reactivación del sector.
Estabilidad en ingresos
El cambio en esta tendencia no se ha dado únicamente por la caída de las tasas de interés, ya que otros elementos como la estabilidad del mercado laboral, el crecimiento de los ingresos y la recuperación post pandemia, han contribuido al dinamismo del consumo que se proyecta también para los meses venideros.
“El cambio en la estructura económica después del choque del covid, donde los servicios han ganado mayor relevancia, ha permitido que el número de ocupados no se haya visto afectado en gran cuantía por la reciente desaceleración económica. Así, con una creación de empleos resiliente, los ingresos laborales no se han impactado fuertemente”, dijeron.
De esta forma explicaron que la relación entre el desempleo y el crecimiento parece ya no ser la misma de antes, lo que sería explicado por el cambio en la formación de empleo, en la que sectores que tradicionalmente eran el motor de la economía (construcción, comercio, agro y manufactura) pasaron de explicar el 53% de los empleos entre 2017 y 2019 a 49% en 2024.
“La mejora en el sector servicios, que es intensivo en mano de obra, se ha respaldado en la mayor demanda de los colombianos por recreación, y en general servicios, así como del auge del turismo que no es más que un mayor consumo de servicios por parte de los extranjeros”, resaltaron.
Efecto remesas
Por último, para los analistas del Banco de Bogotá no hay que pasar por alto que las remesas, transferencias monetarias y rendimientos financieros han incrementado en 2024, representando una fuente significativa de ingresos para muchas familias, situación que se ha sumado al aumento de los salarios por encima de la inflación y reforzado el poder adquisitivo, lo que se traduce en un mayor dinamismo en el consumo privado.
“Con este contexto favorable, las proyecciones para el consumo privado son optimistas. Se espera que crezca un 1,5% en 2024 y un 2,4% en 2025. Sin embargo, para que estas cifras se materialicen, es crucial que los hogares recuperen su confianza en la economía. Las políticas del Gobierno, enfocadas en ofrecer estabilidad económica y social, serán fundamentales para consolidar esta tendencia de crecimiento”, concluyeron.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/que-viene-para-el-consumo-de-los-hogares-en-lo-que-falta-del-2024-612760