Para Álvaro Pereira, economista jefe de la organización, ‘todavía hay más exenciones tributarias sobre las que se puede trabajar’.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), presentó su más reciente análisis sobre la situación económica del país y allí advierte que la desaceleración sigue sin dar tregua, razón por la cual urge fortalecer la confianza inversionista, para que poco a poco regresen los capitales privados, al tiempo que lanzó una alerta por los altos niveles de informalidad, que para ellos, tienen que ver con el mal paso del PIB.
Álvaro Pereira, economista jefe para América Latina de esta organización, habló con Portafolio sobre las proyecciones de crecimiento, inflación y deuda para Colombia, al tiempo que dejó sobre la mesa sus observaciones respecto a la reforma laboral y la ley de financiamiento, enfatizando en que más allá de generar nuevos impuestos, se deben administrar los que ya existen, tanto en recaudo, como en ejecución.
¿Cómo ven la dinámica económica?
La economía colombiana pasó un tiempo difícil como todas otras del mundo durante la pandemia, pero después se ha recuperado rápidamente y, debido a esto, el último año hubo una ralentización bastante acentuada y apenas estamos empezando a ver nuevamente un repunte. Dicho esto, prevemos que este año Colombia va a crecer 1,8% y el próximo año, en 2025, 2,8%, cerca del 3%. Todo depende de la situación internacional y nacional.
Acá se debe tener presente que uno de los retos que muchos países tuvieron los últimos dos años ha sido la subida de la inflación, ya que tuvo un impacto muy grande en los hogares, porque hubo un recorte bastante grande de los salarios reales de las personas, del poder de compra que pueden llegar a tener. Esto fue algo que se tuvo que hacer para estabilizar la economía y actualmente está dando resultados.
¿Ha hecho bien las cosas el Banco de la República?
Este año estamos previendo una inflación alrededor del 5,7% y el próximo año cerca del 3,6%. Pero ya estando muy cerca del rango de meta del Banco Central, al que debemos felicitar porque claramente ese era uno de los retos de Colombia y le ha dado un manejo correcto a la crisis.
No obstante, todavía hay mucho por hacer, especialmente con un tema importante para el país, como la parte laboral. Tenemos un desempleo que todavía llega alrededor del 10%, pero todavía tenemos una informalidad que es brutal, demasiado grande y en la que hubo algunas mejoras, pero tiene que haber todavía más en los próximos tiempos.
¿Hay buenos niveles de crecimiento?
Empecemos porque un 2,8% son tasas más recomendables que las de este momento. El punto es que Colombia tiene potencial para crecer más. Un país como éste puede y debe crecer 5% o 6% al año, pero para hacerlo tienes que hacer dos cosas. Primero, tienes que aumentar la inversión. Acá podemos tomar estimativos como los de Fedesarrollo, que advierten que un posible repunte del PIB podría ser más alto si se recupera la inversión.
Acá debemos agregar que los planes del Gobierno, de reindustrializar y diversificar la economía, tienen sentido porque Colombia tiene potencial para hacer mucho más en términos industriales, mucho más en términos de turismo, incluso en renglones pendientes como la agricultura. Por medio de la inversión también nos baja la informalidad.
¿La informalidad está afectando?
Si no se baja la informalidad, esto quiere decir que hay una parte de la economía que no está trabajando, que tiene un potencial que todavía no está totalmente explotado. Es por eso que aumentar las tasas de formalización de los trabajadores es parte importante a la hora de incentivar el potencial de Colombia. No pasemos por alto que en el caso de las mujeres hay tasas de participación muy bajas a nivel Ocde.
El país está mejorando. Las últimas dos décadas claramente han sido décadas de progreso, pero se puede hacer mucho más y por eso las reformas son fundamentales para atacar esos desafíos que Colombia tiene por hacer.
¿Ayuda la reforma laboral?
Esta reforma tiene puntos positivos, incluso en términos de negociación colectiva. Nosotros pensamos que lo más importante es que aumentar los costes de la formalización va a tener un impacto en la formalización. Y por eso cuando hablamos de que, por ejemplo, algunos costes de formalizar trabajadores todavía siguen siendo muy altos, eso no ayuda a combatir la informalidad que hay en el mercado.
Creemos que la reforma tiene cosas buenas como una mayor protección para los trabajadores que hoy en día ya son formales, pero a su vez eso puede llegar a tener un impacto y hay que ser muy cuidadoso en términos del empleo informal y hay que poner políticas de forma de que esa reforma, si sigue adelante, mitigue el impacto sobre la informalidad.