Freno a la inversión en el país se mantendrá como una constante durante el 2025

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Un análisis de Corfi señala que, si bien el año cerrará con datos favorables, habrá que esperar más tiempo para una verdadera reactivación en el país.

Aunque el comercio y el agro avanzan con buen ritmo, la economía colombiana sigue marcada por contrastes y, según un análisis de Corficolombiana, el 2025 será un año de crecimiento moderado, pero sin señales claras de reactivación estructural, debido al rezago persistente de sectores clave como la construcción, la minería y las obras públicas, por los cuales se canalizan importantes volúmenes de inversión.

En un reciente análisis de los diversos sectores, estos analistas proyectan que la economía nacional crecerá cerca de un 2,6% este año, pero lo hará apoyada “en una recuperación frágil, sostenida más por el consumo privado que por la inversión; dado que no hay un motor claro de expansión estructural”, según se aprecia en los balances que hasta el momento se tienen sobre el tema.

Una economía fragmentada en diversos frentes

El diagnóstico general apunta a una economía de dos velocidades en la que una parte da señales de vida y otra se mantiene en parálisis, ya que mientras sectores como el comercio, el agropecuario, el entretenimiento y, en menor medida, las obras civiles avanzan, otros como las edificaciones, minería y comunicaciones permanecen en terreno negativo o plano.

“Este crecimiento desigual revela que el país aún no ha superado las consecuencias de la crisis pospandemia, ni ha encontrado una ruta clara para consolidar un nuevo ciclo de crecimiento sostenido. Además, los frenos fiscales, la incertidumbre regulatoria y la lentitud en la ejecución de proyectos públicos siguen erosionando el potencial de expansión”, indicaron al respecto.

Cabe recordar que uno de los sectores con mayor dinamismo en el arranque de 2025 fue el comercio y, de acuerdo con Corficolombiana, el comercio minorista y mayorista creció 6,8% en el primer trimestre, impulsado por el repunte en la venta de tecnología y vehículos. Las ventas minoristas crecieron más de 10% hasta abril, y se espera que el sector cierre el año con un crecimiento del 5,7%, superior a su promedio histórico.

“El buen comportamiento se explica por la recuperación del consumo privado, facilitada por una inflación en descenso y unas tasas de interés más favorables. Además, se anticipa una recuperación real de la cartera de consumo, lo que también impulsa las ventas” destacaron.

Otro sector que sigue mostrando fortaleza es el agropecuario, que creció 5,9% en el primer trimestre, más del doble que el promedio de la economía. El impulso vino especialmente del café (+28,8%) y la ganadería (+8,1%); mientras que se mantuvo un buen desempeño en exportaciones agrícolas, que aumentaron 12% en los primeros cuatro meses del año.

Así las cosas, aunque se proyecta una desaceleración a 2,7% en el año completo, principalmente por la alta base de comparación de 2024, el agro sigue siendo un soporte firme del crecimiento; por lo cual desde Corfi insisten en que es necesario mantener la atención centrada allí y asegurar que se mantenga el buen paso.

El entretenimiento mantiene una fuerte dinámica

El entretenimiento es otro protagonista. Allí, las actividades culturales, recreativas y de ocio crecieron 15,4% en el primer trimestre, su mejor resultado desde 2022 y aunque el IVA del 19% sobre juegos de azar y la menor oferta de eventos deportivos podrían restar impulso en el segundo semestre, se espera un crecimiento anual de 9,7% para el sector.

En obras civiles, aunque el sector se desaceleró frente a 2024, mantiene un crecimiento del 3% gracias al inicio de los proyectos 5G, así como al avance de obras regionales como el metro de Bogotá, el de Medellín y el Regiotram, proyecto férreo para conectar a Bogotá con la sabana de Occidente. Sin embargo, el aporte de estas obras todavía está lejos del protagonismo que en su momento tuvieron las 4G.

En contraste, el sector de edificaciones vive uno de sus peores momentos si se tiene en cuenta que su PIB cayó 4,7% en 2025, afectado por la caída en licencias de construcción, iniciaciones de vivienda y la suspensión del programa Mi Casa Ya.

“A esto se suman las tasas hipotecarias al alza, asociadas al encarecimiento de los TES por la fragilidad fiscal del país. El mercado se ha movido más hacia la vivienda usada, lo que no genera el mismo impacto en términos de actividad productiva ni empleo”, acotaron desde Corficolombiana.

En minería y canteras la situación también es crítica, ya que el sector se contrajo 5,1% en el primer trimestre, arrastrado por la caída en la producción de carbón (-7,4%) y petróleo (-4%). La producción petrolera cayó a 747.000 barriles diarios, su nivel más bajo para un mes de abril desde 2009, mientras que la menor inversión en campos nuevos y los problemas de orden público siguen frenando al sector.

La industria manufacturera, por su parte, apenas creció 0,8% en 2025 y aunque hay señales de recuperación, como una mejora en el empleo industrial y el repunte en la demanda energética no regulada, los costos elevados de producción y la lenta reactivación del consumo interno siguen limitando el avance del sector.

“Incluso el sector energético, tradicionalmente estable, tuvo un arranque débil y cayó 1,3% en el primer trimestre, aunque se espera una mejora en el segundo semestre gracias a las mejores condiciones hidrológicas y la mayor generación hidráulica (85% del total). Aun así, la aplicación de nuevas reglas técnicas (CREG 148 de 2021) ha limitado la operación efectiva de muchos proyectos solares, lo que representa un retroceso en la diversificación energética”, manifestaron.

Un panorama que no está despejado de riesgos internos y externos

Corficolombiana también advierte que el panorama económico de 2025 sigue expuesto a una serie de riesgos transversales que pueden limitar aún más el crecimiento; comenzando por el entorno institucional incierto, particularmente en sectores como infraestructura y energía, donde retrasos normativos, cambios regulatorios y decisiones políticas poco claras afectan la ejecución de proyectos y reducen los incentivos para la inversión privada.

Otro aspecto relevante es el comportamiento de la política monetaria, punto en el que si el Banco de la República decide mantener un ritmo más lento en la reducción de tasas de interés, el costo del crédito continuará alto, lo que dificultaría la reactivación del consumo privado y la inversión. En ese escenario, sostienen que sectores como industria, comercio y construcción tendrían menos espacio para recuperarse con fuerza durante el segundo semestre.

En el frente externo, Corficolombiana dice que persisten amenazas sobre la estabilidad del sector agropecuario y que un eventual incremento en los precios de los insumos agrícolas, impulsado por conflictos internacionales o nuevas disrupciones logísticas, afectaría la rentabilidad del campo.

“Además, la posibilidad de que Estados Unidos adopte medidas arancelarias contra productos agrícolas colombianos añadiría presión a las exportaciones del sector, que han sido un motor clave en lo corrido del año”, acotaron.

Por último, les preocupa el retorno de la sobretasa energética para el sector hotelero, una medida que encarece los costos operativos en un momento de recuperación apenas incipiente. Sumado a ello, una inflación más persistente de lo previsto podría erosionar el ingreso real de los hogares y frenar el avance de sectores que dependen del gasto de los consumidores, como turismo, entretenimiento y comercio.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/colombia-crecera-en-2025-pero-la-inversion-y-la-construccion-seguiran-estancadas-635314

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