Las arcas nacionales, es decir, el dinero del Gobierno no alcanza para las crecientes necesidades del país. Ecopetrol siempre ha sido una fuente de recursos, pero se agota de a pocos
Quien suceda en el cargo al presidente Gustavo Petro, el próximo 7 de agosto, tiene cuatro grandes problemas difíciles de resolver: el disparado déficit fiscal, el bajo recaudo de impuestos, la creciente deuda externa, y lo más preocupante de todo, la caída de los ingresos de Ecopetrol, no solo la empresa más grande e importante del país, sino una fuente irremplazable de dividendos, impuestos y regalías. Solo en 2023, un año después de que empezara esta administración, el conjunto de transferencias superaban $58 billones, más de 10% del Presupuesto General.
Sin lugar a dudas, una compañía que juega un papel trascendental para todos los colombianos, no solo por los montos que le gira al Ministerio de Hacienda, sino porque en todas las ciudades contrata bienes y servicios a un millar de proveedores de todos los tamaños; sin contar que su acción en la Bolsa de Valores de Colombia mueve el mercado secundario local al convocar a más de medio millón de tenedores de papeles valores; su ADR -acción inscrita en Wall Street- también es una suerte de apuesta de inversionistas extranjeros por el país.
El grueso de las exportaciones colombianas son petroleras y la empresa mixta es la responsable casi en 90% de la venta de crudo. En pocas palabras es “La Empresa” y cualquier cosa que pase con ella debería convocar a una profunda reflexión.
El reporte del segundo trimestre de este año señala que todo está deteriorándose, sus utilidades solo llegaron a $1,81 billones, los mismos niveles de pandemia en 2020, cuando el mundo entero paró. La caída fue de 46,4% si se compara con el mismo periodo del año anterior, cuando las ganancias sumaron $3,37 billones.
En el semestre, enero a junio, Ecopetrol registró una utilidad de $4,93 billones, una cifra 33,2% menor a $7,38 billones obtenidos en primer semestre de 2024. En cuanto a los ingresos operacionales, fueron $29,7 billones, una disminución de 9,1% al compararlos con el mismo periodo de 2024, cuando los ingresos fueron de $32,6 billones.
El problema central tiene que ver con el aumento de los gastos operacionales en la compañía, al tiempo que el core del negocio se ha visto afectado por los precios internacionales y porque no hay una decisión de la alta gerencia y su junta directiva de reforzar la exploración y la exportación. Bien se puede decir que Ecopetrol se está gastando su historia sin hacer un plan de austeridad y de crecimiento en lo que sabe hacer: buscar, explotar y exportar petróleo.
Vale la pena resaltar que en el último semestre, la producción diaria ha subido a 755.000 barriles, una cifra que no se veía en una década, lo que envía una señal al mercado de que las cosas pueden cambiar. Hay que parar el desangre para el país y para los accionistas, la acción en EE.UU., entre 2022 y 2025, registra una caída de 17%, mientras que en la BVC es de 22%.
Si se compara su gestión corporativa, con algún par en la industria, se tiene que desde agosto 2021, su valor ha bajado 50%, mientras que Exxon o Shell han subido más de 20%, es un hecho la destrucción de valor de una empresa referente en la región.
El negocio del petróleo puede verse muy lejos para un colombiano corriente, pero si se analiza que la extracción de crudo representa para el país, cada año, el mismo valor de una reforma tributaria, se podrá observar que si Ecopetrol sigue cayendo, lo único que se vendrá en el futuro serán más impuestos, pues no hay manera de reemplazar el aporte de la empresa mixta a las arcas estatales.
Información extraída de: https://www.larepublica.co/opinion/editorial/que-ecopetrol-ceda-terreno-son-mas-impuestos-4201753
