Siempre un proyecto de ley, tan ruidoso y estratégico como es una reforma tributaria, es una oportunidad para solucionar problemas estructurales de la economía colombiana
Mientras los actores económicos se preparan para recibir un proyecto de ley de una reforma tributaria que espera recaudar $26,3 billones, los datos de la economía siguen mejorando, pero aún con un halo de incertidumbre que tiene paradas nuevas inversiones hasta que se sepa qué va a pasar con la seguridad tributaria.
La nueva tributaria, la segunda de esta administración, es muy ambiciosa y solo busca cuadrar la caja del Gobierno Nacional acosado por un déficit fiscal que supera 7%, uno de los más altos de la historia reciente y solo comparable con los tiempos de pandemia. Es imperativo que las autoridades económicas aprovechen la oportunidad de discusión de la tributaria para resolver problemas complejos y crónicos de la economía colombiana como la informalidad y la evasión.
Si bien las cifras de empleo mejoran, la informalidad sigue siendo la reina del empleo en Colombia. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, dice que la tasa de desempleo en julio fue 8,8%, con una disminución, frente al mismo mes del año pasado, de más de un punto cuando ascendió a 9,9%, y la tendencia bajaba de dos dígitos. La población ocupada asciende a 23,9 millones de personas, mientras que la desocupada llega a 2,3 millones, un buen panorama dado que 230.000 encontraron una labor. Así las cosas, la desocupación de julio es la más baja para ese mes desde 2001, fecha en que son comparables los datos.
Por sectores económicos, el mayor aporte a los nuevos trabajos es alojamientos, servicios de comida y hostelería, con 186.000 empleos nuevos, seguido de transporte y almacenamiento, con 172.000. Importante resaltar que es la primera vez en el año, que el mayor aporte a la generación de empleo se deriva de obreros y empleados particulares, unos 769.000 más que en el año anterior, y los trabajadores por cuenta propia subieron 170.000 empleos nuevos.
En términos de informalidad, en julio, se ubicó en 54,8%, hubo una caída importante al comparar el indicador interanual, en julio de 2024 estaba en 56%. No se puede negar que las cifras de desempleo -según el Dane- han tenido una mejora a nivel interanual, la población ocupada en julio de 2025 fue 45,4% de empleo particular u obrero y el trabajo por cuenta propia ascendió a 40,8%.
En cuanto a la población ocupada informal, las actividades que registran la mayor proporción son: agricultura, ganadería y otras actividades rurales, con 84,6%; alojamiento y servicios de comida, 74,1%; actividades artísticas y de entretenimiento, 72%; actividades inmobiliarias, 12,9%; administración pública y defensa, 11,7%; y actividades financieras y de seguros, 11,2%.
Quizá sea la oportunidad para que el Gobierno Nacional argumente una reforma tributaria enfocada en la generación de empleo formal y que de paso ataque la evasión, dos de los lunares de la economía colombiana que nunca se integran en las soluciones propuestas para equilibrar déficits. La baja cultura tributaria colombiana, la desconfianza en la recaudación y un sistema tributario obsoleto hacen que la evasión pueda ser 8% del PIB, lo que golpea el financiamiento de servicios públicos, salud, educación y no haya dinero para invertir en modernizar las fuerzas militares en un momento de gran avance de la ilegalidad. Si realmente se quiere trabajar por el futuro, la nueva tributaria debería tener en mente un objetivo superior: atacar la evasión y la informalidad.
Información extraída de: https://www.larepublica.co/opinion/editorial/ojala-tributaria-toque-evasion-e-informalidad-4212340
