Las personas que trabajan por la sostenibilidad de esta región colombiana tienen una particularidad que las caracteriza: son parientes y los une un vínculo por la protección de la vida.
En los Llanos Orientales de Colombia, “pariente” es mucho más que un lazo de sangre: es amistad, vecindad y cuidado mutuo. Por más de dos décadas y junto a las comunidades y otros socios y aliados, WWF Colombia ha venido trabajando por la conservación y la sostenibilidad de la Orinoquia.
Hoy entendemos que los parientes no son solo personas. También lo son el río, las sabanas, los bosques, el ganado, los cultivos. Son las familias, los saberes y la biodiversidad con los que hemos tejido vínculos que suman para proteger la vida.
Y ‘Parientes de la Orinoquia’ es una serie de historias en video y audio que representan los paisajes conectados, las especies protegidas, las alianzas construidas y las comunidades fortalecidas en esta región inmensa. Cada una muestra acciones y contribuciones que hemos desarrollado juntos, con iniciativas como el proyecto GEF “Paisajes Integrados Sostenibles de la Orinoquía” (GEF Orinoquía).
Gilberto y Mónica: parientes restauradores del piedemonte araucano
En Tame, Arauca, la familia Soler Alfonso se ha sumado a los procesos impulsados desde la Asociación Comunitaria Morichales de Vida El Mapoy, dedicada a restaurar bosques y proteger el agua en el piedemonte araucano. Han hecho parte de la firma de acuerdos voluntarios en restauración que 407 hectáreas suman a la conectividad de ecosistemas. Gilberto, Mónica y el resto de la familia ven una oportunidad en el turismo de naturaleza y avistamiento de aves, para fortalecer sus ingresos mientras siguen protegiendo el territorio. Su trabajo y el de otros 28 predios de la zona unen comunidad y biodiversidad para asegurar un futuro sostenible en la región.
Marly, Juanita y la ‘Sábana de sabanas’: mujeres tejen conservación
Treinta lideresas de Arauca y Casanare se formaron en la Escuela de Género para la Conservación de la Biodiversidad de la Orinoquía, fortaleciendo su liderazgo ambiental. De allí nació la Sábana de sabanas, una obra colectiva que borda el cuidado de hogares, naturaleza y vida. Esta iniciativa impulsa ganadería tradicional en sabana inundable, restauración de bosques en el piedemonte llanero y producción de plántulas nativas, y fortalecen iniciativas de bioeconomía que cuidan y aprovechan sosteniblemente la biodiversidad, entre muchas otras actividades, demostrando que el empoderamiento femenino transforma el territorio y asegura un futuro donde biodiversidad y comunidades prosperen juntas.
Yohana: pariente de la sabana conserva desde sus predios en Casanare
En Trinidad, Casanare, Belcy Yohana Cerón y su familia decidieron proteger las sabanas y bosques de su finca frente a la expansión arrocera. Lograron la firma de acuerdos de conservación-producción y fortalecieron su vocación ambiental. Esta historia muestra cómo preservar bosques de galería y sabanas naturales puede surgir desde lo local, convirtiendo el legado familiar en inspiración para la sostenibilidad rural. Este es un testimonio de resistencia, amor por la tierra y compromiso con el futuro.
Alejandro y Eusebia: conservación y vida silvestre en Doñana, Vichada
A orillas del río Bita, en Puerto Carreño, la Reserva Natural de la Sociedad Civil (RNSC) Doñana protege más de 1.200 hectáreas de sabanas de altillanura y bosques de galería, integradas en los corredores biológicos de la danta y el jaguar que abarcan 67.000 km2 conectando comunidades, áreas protegidas, sabanas, bosques y humedales. Esto ha impulsado que se alcancen acuerdos de conservación-producción en este y otros 112 predios en Arauca, Casanare y Vichada. Este compromiso familiar preserva bosques, sabanas y fauna, mientras se apoya su producción sostenible, asegurando que las futuras generaciones encuentren en Doñana un refugio de paz, naturaleza y vida silvestre.
Aydé y Jenny: gobernanza y liderazgo en la Reserva El Tuparro
En el Vichada, Jenny Mena, líder indígena sikuani, y Aydé Reyes, lideresa campesina, junto con otros miembros de organizaciones locales, impulsan la gestión de la Reserva de Biósfera El Tuparro, reconocida por la UNESCO. Esto permitió la creación de su primer Plan de Gestión y el grupo semilla de su comité de gestión, que une comunidades e instituciones para implementar acciones de conservación y desarrollo sostenible. Este hito nacional fortalece la gobernanza local y contribuye a la protección y uso sostenibilidad de este lugar único en el mundo.
Salomé, Edilberto y el río Bita: ciencia, comunidad y conservación
En el Vichada, Salomé y Edilberto se unieron gracias al monitoreo comunitario de peces en el río Bita, el sitio Ramsar más grande de Colombia. Dentro de este proceso comunidades y autoridades confirman épocas de veda y promueven pesca sostenible. El diálogo de saberes y la ciencia fortalecen la conservación y la unión comunitaria, reconociendo al río como un verdadero “pariente” que merece ser cuidado para el presente y el futuro.
Nayibe y Karina: mujeres que transforman la Orinoquía con miel y cacao
En Casanare y Arauca, Nayibe Vargas y Karina Torres lideran Abejas de Cristal y AMECSAR, emprendimientos que unen producción sostenible y conservación. De este manera, fortalecieron sus negocios, obtuvieron registros sanitarios y mejoraron sus prácticas, protegiendo abejas, cacao y paisajes llaneros. Esta historia muestra cómo la bioeconomía y el liderazgo femenino generan ingresos, conservan la biodiversidad y transforman comunidades rurales.
El proyecto GEF Orinoquía es liderado por el Gobierno de Colombia, se financia con recursos del GEF (Fondo para el Medio Ambiente Mundial) y es implementado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales Naturales y Corporinoquia, con el apoyo del Banco Mundial, como agencia implementadora, y de WWF, como agencia ejecutora.
Información extraída de: https://www.wwf.org.co/de_interes/noticias/?397032/conservacion-sostenibilidad-oronoquia-colombia-biodiversidad



