El banco señala que el aumento del gasto y del déficit fiscal presionan la demanda interna y elevan los riesgos de precios.
El equilibrio entre política monetaria y política fiscal vuelve a tensarse en Colombia y de acuerdo con el más reciente análisis sobre la economía del país de JP Morgan, el deterioro de las cuentas fiscales está contrarrestando los esfuerzos del Banco de la República por mantener la estabilidad de precios, al tiempo que aumenta los riesgos inflacionarios hacia el cierre de 2025.
El informe, titulado “Monetary stability seeks to counter fiscal stimulus”, analiza las minutas más recientes del Emisor, en las que la Junta Directiva decidió mantener inalterada la tasa de política. Según el banco de inversión, esa decisión refleja una visión más prudente de la mayoría de los directores, quienes consideran que no hay condiciones para recortes en un contexto de inflación todavía alta y gasto público expansivo.
Inflación persistente y cautela monetaria
Con base en lo anterior, JP Morgan señala que la mayoría de la junta ve más razones para mantener las tasas que en reuniones anteriores; mientras su diagnóstico se apoya en la persistencia de la inflación, que ha rondado el 5% durante todo 2025, y en una inflación básica cercana al 4,8% por seis meses consecutivos; demostrando que la desinflación avanza lentamente y que el país enfrenta un escenario de precios rígidos pese a la moderación del consumo.
Así mismo, el documento destaca que los directores del Emisor reconocen que el camino hacia la convergencia con la meta del 3% sigue lleno de incertidumbre, dado que las presiones de los alimentos y las tarifas reguladas continúan siendo un riesgo, especialmente ante las vulnerabilidades estructurales del sector energético, que podrían limitar la caída de precios en servicios públicos.
En este contexto, JP Morgan afirma que la estabilidad monetaria se ha convertido en el contrapeso natural del estímulo fiscal, una situación que, según el banco, podría generar tensiones entre las dos principales palancas de política económica del país.
Uno de los puntos más críticos del informe es el déficit fiscal, que la entidad identifica como la dinámica más preocupante para la estabilidad macroeconómica, destacando que, de acuerdo con la lectura de las minutas, los directores del Banco de la República ven con inquietud el incremento del gasto público y la ausencia de medidas correctivas para contener el endeudamiento.
“El deterioro fiscal está alimentando la demanda interna y, sin ajustes, está elevando la deuda y las primas de riesgo”, resume JP Morgan, que a su vez recuerda que el crecimiento del gasto no solo impulsa el consumo, sino que también aumenta las presiones sobre la inflación, dificultando la tarea del Emisor.
Además, la firma destaca que la demanda interna robusta ha ampliado el déficit en cuenta corriente, con un deterioro en la balanza comercial impulsado por el incremento de las importaciones de bienes de consumo. Esa combinación, advierte el informe, “refleja un crecimiento impulsado por gasto y no por productividad, lo que limita la sostenibilidad del ciclo económico”.
Salario mínimo y riesgos adicionales
El informe también menciona la discusión sobre el salario mínimo como un elemento de riesgo adicional y resalta que un aumento pronunciado para 2026, como lo han insinuado recientes declaraciones del Gobierno, podría reavivar las presiones inflacionarias y retrasar el retorno a la meta de precios.
Debido a esto, pone sobre la mesa que, aunque la tasa de desempleo ha descendido a niveles históricamente bajos (8,6%), aún es alta frente a los estándares internacionales y por ello, un incremento salarial por encima de la productividad podría deteriorar la competitividad de las empresas y alimentar un nuevo ciclo de alzas de precios.
Pese a las preocupaciones por la inflación, JP Morgan destaca que la mayoría del directorio no ha considerado endurecer la política monetaria, aunque tampoco ve espacio para recortes, ya que algunos miembros de la junta, según el informe, han cuestionado la prudencia excesiva del banco central, argumentando que mantener tasas altas podría afectar la estabilidad financiera en un contexto de recortes en Estados Unidos y un peso fuertemente apreciado.



