Colombia se quedaría corta para aprovechar el buen viento económico de América Latina

Compartir

El Banco de Bogotá advierte que, aunque el entorno global mejora, la baja inversión y el déficit fiscal frenan el despegue del país.

En medio de un panorama desafiante, la economía del país sigue mostrando señales de resiliencia que han servido de punto de tranquilidad para los analistas. No obstante, al interior del mercado se mantienen las alertas encendidas, especialmente en frentes como la inflación y los efectos de la crisis fiscal.

Un ejemplo de esto es el reciente informe del equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, que actualizó sus perspectivas económicas y deja claro que los alivios en el costo de vida no son suficientes para corregir los desequilibrios fiscales y de crecimiento que arrastra el país y que tanto a mediano, como a largo plazo, quedan diversos frentes por fortalecer, si se quiere recomponer el camino.

De acuerdo con el análisis, el 2025 cerrará con una inflación promedio de 5,2%, un resultado positivo frente a los niveles de dos dígitos observados tras la pandemia. Sin embargo, la entidad señala que la convergencia hacia la meta del Banco de la República (3 %) será lenta y frágil, especialmente por las presiones salariales, la indexación de contratos y los precios de servicios que siguen mostrando rigidez.

Mientras tanto, el déficit fiscal del Gobierno Nacional Central se proyecta en 7,1% del PIB, uno de los más altos de la región y el mayor para Colombia desde 2020; con lo cual, para los analistas del banco, el país “ha ganado tiempo, pero no ha corregido los desequilibrios estructurales que afectan su sostenibilidad”.

Estabilidad aparente

El informe comienza con una lectura del contexto global y reseña que el PIB mundial crecería un 3,2% en 2025 y un 3,1% en 2026, impulsado por las economías emergentes y una inflación internacional que tiende a normalizarse. Así mismo, deja claro que si bien este entorno más benigno debería favorecer a los países latinoamericanos, no hay que pasar por alto que Colombia enfrenta limitaciones internas que frenan su capacidad de aprovechar esa oportunidad.

En este sentido, el informe dice que el PIB colombiano se expandiría 2,7% en 2025 y 2,8% en 2026, una cifra que refleja resiliencia, pero no dinamismo; mientras que el motor sigue siendo el consumo de los hogares, que representa más del 76% del PIB y la inversión permanece rezagada por la incertidumbre política, los costos del crédito y la baja confianza empresarial.

“El crecimiento actual descansa sobre la demanda interna, no sobre la productividad ni la inversión”, destaca el documento; que con base en esto resalta que dicha composición del crecimiento limita el potencial de largo plazo y vuelve a la economía más vulnerable frente a choques externos.

¿Inflación bajo control?

El Banco de Bogotá reconoce que la desinflación ha avanzado gracias a la moderación de los precios de alimentos y a la estabilidad del tipo de cambio, que ha promediado $4.000 por dólar durante el año. Sin embargo, advierte que la inflación de servicios aún supera el 7% anual, impulsada por la indexación de arriendos, matrículas y tarifas.

“Colombia completó la fase fácil del ajuste inflacionario; lo que viene será más complejo”; agregaron al referirse a los riesgos derivados del ajuste del salario mínimo para 2026 y de los costos laborales adicionales derivados de la reforma laboral; que podrían podrían mantener la inflación sobre el rango alto por más tiempo del previsto.

En este contexto, destacaron que el Banco de la República se mantiene prudente, con una tasa de política monetaria continúa en 9,25%; nivel frente al que solo se prevé un descenso gradual hasta 8,25% en 2026; dado que el dilema del Emisor está en equilibrar el control de precios con la necesidad de apoyar la recuperación económica.

Cambiando de frente, el diagnóstico fiscal es el punto más crítico del informe; puesto que según las proyecciones, el déficit del Gobierno Nacional Central se ubicaría en -7,1% del PIB en 2025, reflejo de una estructura de gasto rígida y de un recaudo que no cumple las metas oficiales.

“A agosto, el recaudo tributario bruto sumó $197 billones, con un crecimiento anual del 10,6%, pero por debajo del 14,5% esperado. El faltante, de $4,9 billones, sugiere que será muy difícil alcanzar el objetivo de la Dian para fin de año”, dice el reporte, que también reseña que los principales aportes provienen del impuesto de renta (48% del total) y del IVA interno y externo (39%), mientras que los impuestos al consumo y al patrimonio muestran bajo dinamismo.

Una economía sostenida por el consumo

Pese al difícil entorno fiscal, el documento reconoce que el consumo de los hogares ha sido el gran amortiguador del ciclo, partiendo de que el gasto de las familias se sostiene gracias al crédito, las remesas y la recuperación del empleo y a que la tasa de desempleo urbano bordea el 9%, el nivel más bajo en más de una década, aunque con señales de enfriamiento en la creación de nuevos puestos.

Así las cosas, los sectores líderes del crecimiento en 2025 serán comercio, servicios, industria liviana y vivienda, mientras que la construcción y la infraestructura muestran una recuperación incipiente, impulsada por proyectos de vivienda VIS y reactivación de obras civiles. No obstante, el informe advierte que la productividad sigue estancada y que la inversión privada no se recuperará mientras persista la incertidumbre regulatoria y política.

En el frente externo, el país ha mejorado su posición relativa; dado que el déficit en cuenta corriente se reduciría a -2% del PIB, gracias al repunte de remesas, el turismo y las exportaciones no tradicionales como flores, oro no monetario y productos químicos. De igual forma, las exportaciones de hidrocarburos siguen siendo relevantes, aunque el informe prevé una menor producción petrolera para 2026, lo que limitaría el ingreso de divisas.

“El tipo de cambio se mantendría entre $3.650 y $4.550 durante el próximo año, dependiendo de la evolución del déficit fiscal y el clima electoral. A pesar de estos avances, el riesgo país permanece alto, en parte por la incertidumbre política de cara a las elecciones de 2026 y por la pérdida de confianza inversionista. La economía colombiana está en equilibrio inestable: las cifras mejoran, pero la confianza no”, resume el documento.

Con base en todo lo mencionado, estos analistas cerraron diciendo que el reto de Colombia no está solo en bajar la inflación, sino en recuperar la sostenibilidad de sus cuentas públicas, ya que mientras el gasto continúa creciendo y el recaudo se queda corto, el país enfrenta un dilema que limitará su margen de maniobra en 2026, y la política monetaria no puede suplir las fallas fiscales, y la confianza inversionista dependerá de señales de disciplina y credibilidad.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/banco-de-bogota-advierte-que-colombia-enfrenta-2026-con-alta-fragilidad-fiscal-y-baja-inversion-643174

Compartir

Comments are closed.

Financial advisor showing payments plan to young couple

Estamos listos para resolver sus dudas