Incertidumbre económica y polarización aumentarán la vulnerabilidad del país en 2026

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Colombia llegará a 2026 con desequilibrio fiscal, menor confianza inversionista y un escenario político dividido.

La economía colombiana se alista para un año electoral con señales de aparente estabilidad, pero con bases frágiles y crecientes tensiones fiscales y políticas; según advierte el más reciente informe de Colombia Risk Analysis, que describe un panorama donde la incertidumbre económica y la polarización electoral se combinan para aumentar la vulnerabilidad del país en 2026.

Estos analistas comenzaron señalando que si bien el Gobierno ha logrado mantener un crecimiento moderado del producto interno bruto (PIB), una reducción sostenida de la inflación y el desempleo más bajo en más de dos décadas; esos logros están acompañados de un deterioro estructural en las finanzas públicas y de un contexto político cada vez más fracturado.

El Gobierno muestra resiliencia macroeconómica, pero con un déficit crítico y un margen de maniobra cada vez más limitado. Durante el primer semestre de 2025, el PIB creció 2,4%, impulsado por el consumo privado, la fortaleza del mercado laboral y la mejora de los ingresos reales”, señala el informe.

Desde Control Risks también reconocieron que la inflación, que había alcanzado el 13,3% en mayo de 2023, bajó hasta 5,18% en septiembre de 2025, y explican que si bien esto es un alivio para el bolsillo de la gente, no se debe pasar por alto que aún sigue por encima de la meta de largo plazo del Banco de la República.

Así mismo, pese a este y otros avances, el informe advierte que la economía se sostiene sobre una base endeble por cuenta del gasto público desbordado, la deuda creciente y la suspensión de la regla fiscal. En pocas palabras, el país gasta mucho más de lo que ingresa, y lo hace en un contexto donde la confianza de los inversionistas se ha reducido de forma significativa.

Déficit creciente y presión fiscal

El panorama fiscal es el punto más preocupante del análisis, ya que según el documento, el déficit del Gobierno pasó de 4,3% del PIB en 2023 a 6,7% en 2024, y las proyecciones oficiales lo elevan a 7,1% en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) de 2025. Todo esto, debido a un sistema tributario que recauda poco y de manera desigual, la alta informalidad, la evasión persistente y una carga de gasto público rígida dominada por transferencias obligatorias, subsidios y pago de intereses de deuda.

Debido a ello, el informe estima que para 2026 la relación entre intereses y amortizaciones alcanzará un récord de 256%, lo que significa que una parte creciente del presupuesto se destina solo a pagar los compromisos financieros del Estado y recuerda que ante este panorama, el Gobierno decidió invocar la cláusula de escape de la regla fiscal, suspendiendo temporalmente sus límites para permitir un mayor gasto.

“La medida fue criticada por el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF), que la consideró legalmente cuestionable e insuficiente para corregir el rumbo del déficit. La respuesta de los mercados no se hizo esperar y Moody’s y Standard & Poor’s rebajaron las calificaciones crediticias de Colombia, lo que encareció el costo de la deuda y provocó ventas masivas de bonos TES por parte de inversionistas extranjeros”, explicaron.

En otro apartado, el documento examina las cuentas del Presupuesto General de la Nación 2026, presentado por el Ministerio de Hacienda, inicialmente por $556,9 billones, junto con una reforma tributaria por $26,3 billones; pese a que las proyecciones no son alentadoras, el Congreso ya acordó recortar cerca de $10 billones y la probabilidad de que la reforma se apruebe es baja.

“Se presentó una hoja de ruta con una reforma tributaria en 2025, ajustes estructurales del gasto y mejoras en la gestión de deuda, buscando retomar la regla fiscal en 2027. Sin embargo, es poco probable que, en su estado actual, la reforma tributaria se apruebe”, señala el informe.

Presiones y reformas

Control Risks también se refirió al Banco de la República, que, desde su perspectiva, se mantiene como uno de los pilares institucionales del país, destacando que su Junta Directiva ha mantenido la tasa de interés en 9,25%, privilegiando el control de la inflación sobre los riesgos fiscales.

Para ellos, esa independencia ha contribuido a preservar cierta estabilidad cambiaria, aunque el peso colombiano, que se ha apreciado frente al dólar, lo ha hecho principalmente por el diferencial de tasas de interés, y no por fundamentos económicos sólidos.

A este análisis también se suma la descertificación de Estados Unidos como aliado en la lucha antidrogas, anunciada en septiembre, la cual se perfila como otro factor de riesgo para la economía. Aunque el país recibió una excepción parcial, la medida permite a Washington suspender hasta el 50% de la asistencia y votar en contra de préstamos en organismos multilaterales como el FMI y el BID.

Por otra parte, el informe resalta que a las tensiones externas se suman factores internos que presionarán la economía; como la reforma al Sistema General de Participaciones (SGP), conocida como Ley de Competencias, que aumentará las transferencias a departamentos hasta el 39,5% de los ingresos nacionales en 2038, lo que refuerza la autonomía regional pero también perpetúa el déficit fiscal.

Así mismo, indicaron que el aumento del salario mínimo, calificado por el informe como “significativo”, podría encarecer los costos laborales, elevar la informalidad y presionar la inflación en el corto plazo; mientras que la Ley de Garantías Electorales, que restringe la contratación pública y los acuerdos interadministrativos, podría ralentizar la inversión en infraestructura y servicios durante la campaña.

Escenarios políticos

En lo que respecta a las elecciones, Control Risks planteó dos escenarios que desde su perspectiva, deben seguirse con detenimiento. En primer lugar, en caso de que gane la izquierda, indicaron que “una victoria amplia probablemente provocará protestas y difamaciones de la oposición, que también presionará a EE. UU. y Europa para recortar ayudas, imponer sanciones y, aunque menos probable, no reconocer al Gobierno”.

Ahora bien, en lo que respecta a la derecha, manifestaron que en caso de que ganen, “es probable que el presidente Petro cuestione los resultados si su candidato pierde por un margen estrecho, dado su historial de descrédito al CNE y otras autoridades electorales. Petro probablemente convocará protestas públicas y levantamientos sociales, mientras que el Pacto Histórico ejercerá oposición a las iniciativas legislativas del Gobierno entrante”.

En este entorno, cerraron diciendo que la campaña presidencial de 2026 será altamente polarizada y que las elecciones se perfilan como un referendo sobre la gestión del actual Gobierno, con un Congreso dividido y un debate dominado por la seguridad, el déficit y la relación con Estados Unidos.

Con todo lo anterior, el informe concluye que la combinación de desequilibrio fiscal, tensiones políticas y deterioro de la confianza externa hará de 2026 un año particularmente volátil, en el que la vulnerabilidad económica se amplificará por la polarización y la incertidumbre electoral, en un entorno de bajo crecimiento y gasto inflexible.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/descertificacion-de-ee-uu-y-fin-del-credito-del-fmi-agravan-el-riesgo-fiscal-de-colombia-643155

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