¿El 2025 fue un año perdido en materia de inflación?: luces y sombras de la lucha contra los precios

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Para los expertos de Anif, el país deberá esperar hasta 2027 para ver grandes avances en el tema.

La pregunta sobre si 2025 fue un año perdido en materia de inflación empieza a tomar fuerza tras el análisis más reciente de Anif, que advierte que el comportamiento de los precios ha mostrado un retroceso en el objetivo de acercarse al rango meta y pone sobre la mesa que los repuntes sostenidos en los últimos meses han llevado la inflación a niveles superiores a los de un año atrás, deteriorando el panorama inicialmente previsto.

Según un reciente informe de este centro de estudios económicos, el hecho de que la inflación anual de octubre se ubicara en 5,5%, acelerándose por cuarto mes consecutivo frente al 5,2% registrado en septiembre y superando el 5,4% observado en octubre del año pasado; es una señal de alerta y aunque parte de este aumento se explica por un efecto base derivado del comportamiento de 2024, subrayan que persisten presiones inflacionarias que han contribuido a mantener los precios al alza durante todo el año.

Para los expertos, es claro que durante 2025 la inflación “no ha cedido durante el año”, un comportamiento que consolida la idea de que este ha sido un período adverso para el control de los precios y afirman que los repuntes sostenidos han materializado no solo expectativas de una mayor inflación al cierre del año, sino también “un año perdido en el proceso de control inflacionario”, lo que complica aún más la transición hacia la estabilidad.

Al detallar el comportamiento de octubre, Anif resalta que tres divisiones concentraron el 67,7% del incremento de la inflación anual; comenzando por la división de alojamiento y servicios públicos lideró con una contribución de 1,6 puntos porcentuales, impulsada especialmente por el arriendo imputado y el arriendo efectivo; dejando expuestas las presiones asociadas a costos estructurales en servicios esenciales, que siguen ajustándose y mantienen elevados los gastos recurrentes de los hogares.

La segunda mayor presión provino de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que aportaron 1,2 puntos porcentuales y registraron una variación anual de 6,6%; acotando que “las principales incidencias se dieron en productos como la carne de res y las frutas frescas, que mostraron comportamientos más costosos. Esta división pasó de contribuir apenas 0,3 puntos porcentuales en octubre de 2024 a 1,2 puntos en octubre de 2025, un salto significativo”.

Los alimentos no ceden

En ese sentido, el repunte de los alimentos ha sido determinante y Anif explica que las legumbres lideraron el cambio en la contribución anual, debido a aumentos derivados de condiciones climáticas adversas que afectaron la producción; mientras que el tomate pasó de contribuir negativamente a registrar aportes positivos por efecto de lluvias intensas y menor oferta y el plátano, afectado por reducciones de cosechas en regiones como el Meta, también elevó su incidencia en el índice de precios.

El informe también destaca el comportamiento de la carne, que incrementó su contribución a 0,22 puntos porcentuales por una menor disponibilidad de ganado para sacrificio. Así mismo, la leche y los quesos pasaron de no contribuir en 2024 a aportar 0,04 puntos porcentuales, debido a aumentos que llevaron a la industria láctea a reducir compras a productores y los aceites, grasas y café completaron las presiones, con incrementos asociados tanto a factores productivos como a choques internacionales relevantes.

La tercera división clave fue la de restaurantes y hoteles, que aportó 0,8 puntos porcentuales con una inflación anual de 7,6% y el reporte explica que la mayor contribución provino de comidas en establecimientos de mesa y autoservicio, lo que refleja ajustes en costos operativos como insumos y servicios. Este comportamiento, sumado al de los alimentos, genera impactos directos en el gasto cotidiano de los hogares, especialmente en las familias con menor ingreso disponible.

Replantear las proyecciones

Más allá del comportamiento anual, Anif sostiene que la dinámica mensual mantiene a los regulados como protagonistas, ya que fueron los mayores responsables del cambio positivo en la contribución a la inflación entre septiembre y octubre; dado que la energía eléctrica pasó de aportar negativamente a convertirse en uno de los principales impulsores, debido a mayores costos de generación térmica y a ciudades como Cúcuta, Cali, Villavicencio y Bogotá se les trasladaron aumentos que incidieron directamente en el gasto mensual en servicios públicos.

El suministro de agua también incrementó su contribución, impulsado por ajustes tarifarios en municipios como Pasto, Riohacha, Florencia y Cali. De igual forma, el gas mantuvo una participación destacada, afectado por la caída en la extracción local y por eso, para ANIF, esta combinación de presiones en servicios regulados configura un escenario más complejo para los hogares, ya que se trata de consumos obligatorios que difícilmente pueden sustituirse o reducirse sin afectar la capacidad de bienestar.

A partir de este panorama, la entidad revisa sus proyecciones y anticipa que la inflación de 2025 cerrará en 5,34%, superior al 5,2% registrado en 2024; considerando que las presiones inflacionarias persistirán en los próximos meses y que, además, las expectativas de un aumento elevado en el salario mínimo pueden inducir nuevos incrementos de precios hacia final de año; con lo cual, el camino hacia la estabilidad será más prolongado de lo esperado.

Dicha realidad es algo no menor si se tiene en cuenta que el repunte sostenido del costo de vida “reduce significativamente las probabilidades de recorte de la tasa de interés en la decisión de diciembre” e incluso abre la posibilidad de que el Banco de la República mantenga su postura restrictiva por un periodo más largo, en busca de contener las presiones y evitar que los nuevos choques sigan deteriorando este indicador.

Finalmente, la entidad concluye que aunque podría darse una normalización gradual de la inflación durante 2026, esta se mantendría “por encima del límite superior del rango meta”, proyectándose alrededor de 4,1% y con ello, la convergencia total a la meta de 2% a 4% se postergaría hasta 2027, lo que reafirma la afirmación de que 2025 fue un año perdido en el esfuerzo por recuperar el control inflacionario y estabilizar los precios en Colombia.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/el-2025-fue-un-ano-perdido-en-materia-de-inflacion-luces-y-sombras-de-la-lucha-contra-los-precios-483293

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