El rebusque sigue impulsando el empleo: tasa de desocupación a octubre se situó en 8,2%

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Colombia alcanzó 24,37 millones de personas ocupadas durante el décimo mes del 2025.

En octubre, el mercado laboral colombiano volvió a mostrar una cifra que refleja alivio y, al mismo tiempo, cautela, dado que la tasa de desocupación se situó en 8,2%, una disminución anual frente al 9,1% registrado en el mismo período de 2024, pero que no tiene grandes cambios frente a septiembre de este año. Así las cosas, se puede decir que el desempleo entra por ahora en una fase de estabilización que, si no se cuida, podría pasar al estancamiento en el corto y mediano plazo.

Según los datos del Dane, este escenario de estabilidad se acompaña de un repunte en la participación laboral, pues la tasa global de participación alcanzó el 65%, superando el 63,9% de hace un año; mientras que la tasa de ocupación llegó al 59,7%, lo que se traduce en más personas trabajando o buscando empleo en comparación con el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, estos avances no se reflejaron en un descenso adicional del desempleo mensual.

De hecho, el comportamiento del trimestre móvil confirma esa sensación de freno si se tiene en cuenta que entre agosto y octubre, la tasa de desocupación fue de 8,3%, una caída anual de un punto porcentual, pero también sin cambios relevantes frente a septiembre. Así mismo, los resultados del mercado laboral señalan que para este mismo lapso, la tasa global de participación se ubicó en 64,3%” lo cual coincide con el mayor interés de la población en vincularse al mercado laboral pese a las señales de desaceleración.

Hay datos positivos

Aunque el desempleo parece asentarse en una especie de meseta, el número de ocupados sí presentó un incremento notable; ya que en octubre, Colombia alcanzó 24,37 millones de personas ocupadas, es decir, 977.000 más que un año atrás y detrás de este crecimiento hay una mezcla de empuje sectorial y dinámica social, donde la recuperación se explica más por la necesidad y el autoempleo, que por la expansión de plazas laborales estables.

Esto se observa con claridad al revisar las posiciones ocupacionales y contrastar que la categoría que más aportó al aumento de personas ocupadas fue la de trabajadores por cuenta propia, con 651.000 incorporaciones, cifra que equivale a 2,8 puntos porcentuales del total de la variación y llevó al Dane a señalar que esta fue la posición que más aportó a la variación total para el décimo mes de este año.
También aumentó el número de obreros y empleados particulares, que sumaron 192.000 personas, además de un incremento de 187.000 jornaleros y peones; datos que sugieren que, aunque sí hay empleos formales que se están recuperando, la base del crecimiento sigue estando en ocupaciones de baja estabilidad y alta vulnerabilidad; sin pasar por alto que el patrón o empleador, por el contrario, disminuyó en 45.000 personas, un dato que refleja tensiones en la capacidad empresarial.

Por el lado sectorial, el impulso del empleo tampoco provino de las actividades tradicionalmente más estables. Las ramas que jalonaron la ocupación fueron agricultura, con 347.000 nuevos ocupados; alojamiento y servicios de comida, con 279.000; y transporte y almacenamiento, con 231.000. En contraste, sectores clave como comercio perdieron 221.000 ocupados, y la construcción retrocedió en 68.000, lo que evidencia una recomposición del tejido laboral.

Acá vale decir que la disminución del empleo en comercio resulta especialmente relevante, ya que históricamente ha sido una de las actividades con mayor capacidad para absorber mano de obra y en estos momentos el país se alista para una temporada donde suele aumentar la contratación en este sector; por lo que su caída coincide con señales de menor dinamismo económico interno.

Entre tanto, el retroceso en actividades artísticas y de otros servicios, con 73.000 ocupados menos, también plantea preguntas sobre la fragilidad de algunos sectores afectados por ciclos irregulares de demanda.

Visión por ciudades

En las ciudades, las diferencias siguen siendo profundas y reiteran que el promedio nacional oculta realidades divergentes, ya que durante el trimestre móvil, Quibdó registró la mayor tasa de desocupación con 23,9%, seguida de Sincelejo con 12,3% y Riohacha con 12,2%. Estas cifras contrastan fuertemente con los niveles de Medellín y Villavicencio, que se situaron en 6,9% y 6,8%, respectivamente. Bucaramanga, por su parte, también marcó 7,3%, manteniéndose entre las mejores.

De esta forma, nuevamente se ponen sobre la mesa los contrastes territoriales, que reflejan la compleja geografía laboral del país, donde la informalidad, la estacionalidad productiva y las condiciones económicas locales determinan dinámicas muy diferentes. El mismo Dane muestra cómo el total de las trece principales ciudades registró un desempleo de 8%, una caída anual importante, aunque igualmente estancada frente al mes anterior, replicando el comportamiento del indicador nacional.

La población fuera de la fuerza de trabajo también cambió de manera significativa y en octubre, esta cifra se redujo a 14,28 millones, con una caída de 255.000 personas en un año; con aquellos que realizan oficios del hogar como los mayores protagonistas, aunque aquí se redujo en 214.000 personas, mientras que quienes estaban estudiando disminuyeron en 94.000.

El comportamiento de la población fuera de la fuerza laboral también puede leerse como una respuesta a la coyuntura económica, donde las restricciones de ingreso empujan a más personas a buscar trabajo. Aun así, también aumentó ligeramente el grupo de quienes no están interesados en trabajar, o no pueden hacerlo, con 53.000 personas más en la categoría denominada “otros”, que incluye pensionados, incapacitados o rentistas.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/empleo/el-rebusque-sigue-impulsando-el-empleo-cuenta-propia-aporto-gran-parte-del-crecimiento-483860
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