Economía mundial: los desafíos para el 2026

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Desde tensiones comerciales y elevadas deudas hasta temores de que estalle una burbuja por la IA: la economía mundial se enfrentará el próximo año a una serie de riesgos que podrían frenar el crecimiento global.

El 2025 desató un torbellino de desafíos que la economía global ha superado, incluyendo fuertes tensiones comerciales, un crecimiento desigual pero moderado y crecientes preocupaciones ante la elevada inflación y los niveles de deuda en muchos países del mundo.

Llegando casi al fin de 2025, se espera que muchos de estos problemas continúen en 2026.

El crecimiento global se desacelerará moderadamente, del 3,2% en 2025 al 2,9% en 2026, según estima la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La entidad afirmó que la economía mundial ha demostrado ser resiliente, pero sigue siendo frágil.

La administración del presidente estadounidense Donald Trump sorprendió al mundo en abril al imponer un nuevo y amplio régimen de aranceles destinado a reconfigurar los flujos comerciales globales y reducir los grandes déficits de Estados Unidos.

La medida provocó turbulencias en los mercados, incertidumbre empresarial y ajustes en las cadenas de suministro.

Desde entonces, Washington ha alcanzado acuerdos con muchos de sus socios comerciales. Aun así, el arancel promedio de EE. UU. ha aumentado del 2,5% cuando Trump regresó a la Casa Blanca en enero al 17,9%, el nivel más alto desde 1934, según cálculos del Budget Lab de la Universidad de Yale.

Persistirán las tensiones arancelarias entre EE. UU. y China

Se espera que la Corte Suprema de EE. UU.  decida en 2026 si el presidente puede eludir al Congreso para imponer aranceles invocando una emergencia nacional.

Muchos observadores esperan que el máximo tribunal confirme los fallos de instancias inferiores que consideran que los aranceles de Trump no son legales.

Pero incluso si los jueces anulan los aranceles, la administración podría recurrir a otros mecanismos legales para restablecer parte de la carga fiscal. Por lo tanto, los aranceles probablemente seguirán siendo un tema central en 2026.

También es probable que persista la fricción comercial entre EE. UU. y China, las dos principales economías del mundo. Las tensiones se han aliviado ligeramente desde que Trump y el presidente chino Xi Jinping se reunieron en octubre y acordaron una tregua de 12 meses en su guerra comercial.

Pero sigue siendo frágil y los problemas económicos y estratégicos de fondo continúan sin resolverse.

El acuerdo comercial entre EE. UU. y China “es similar a un alto el fuego más que a un acuerdo de paz duradero que pondría fin a la guerra comercial”, dijo a DW Rajiv Biswas, director ejecutivo de la firma de análisis de riesgos Asia Pacific Economics.

“Estados Unidos y China siguen atrapados en una competencia geoestratégica que impulsa la rivalidad en áreas clave como la tecnología de defensa y las industrias avanzadas de manufactura, como la IA, la computación cuántica y la robótica”, señaló.

Biswas subrayó que la lucha por la supremacía tecnológica entre EE. UU. y China probablemente se extenderá al próximo año.

Habrá “un uso creciente de aranceles, sanciones y otras medidas económicas en áreas clave de rivalidad tecnológica, como equipos avanzados de defensa, chips de IA, computación cuántica y robótica”, añadió.

Desequilibrio comercial entre China y el resto del mundo

Aun así, se espera que la economía china siga siendo resiliente el próximo año, con una expansión de alrededor del 5%, en línea con los objetivos recientemente anunciados por el gobierno.

Pero persisten los desafíos estructurales profundamente arraigados del país asiático, como “el envejecimiento demográfico, la disminución de la productividad marginal del capital y el exceso de capacidad en muchos sectores industriales como el acero, la construcción naval y los productos químicos”, dijo Biswas.

Neil Shearing, economista jefe de Capital Economics, con sede en Londres, señaló en un informe que el modelo de crecimiento de China “continúa priorizando la oferta sobre la demanda, lo que resulta en un exceso crónico de capacidad y un consumo persistentemente débil”.

Para abordar estos problemas, los líderes chinos prometieron impulsar el consumo interno y estabilizar el vasto y problemático mercado inmobiliario, entre otras medidas.

“Los responsables políticos prometen abordar el problema, pero el desbalance seguirá siendo una característica definitoria de la economía china en 2026”, señaló Shearing.

Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico del banco francés Natixis, dijo que los aranceles de Trump afectarán más a las naciones asiáticas en 2026. Lo atribuyó a las continuastensiones geopolíticas, la creciente fragmentación comercial y la falta de una mayor integración regional que compense los aranceles.

Inflación y elevadas deudas

Mientras tanto, la inflación se ha mantenido elevada en muchas partes del mundo, incluidos EE. UU. y la eurozona, en parte debido a los aranceles.

Un aumento adicional de las barreras comerciales o interrupciones en las cadenas de suministro podría acelerar las subidas de precios, planteando un dilema a los bancos centrales sobre si subir las tasas de interés para combatir la inflación o mantenerlas bajas para apoyar el crecimiento.

“Las tensiones fiscales que inquietaron a los inversores en varios momentos de este año seguirán acechando a los mercados en 2026. Ahora se acepta ampliamente que las finanzas públicas de varias economías avanzadas importantes están en una trayectoria insostenible”, escribió Shearing.

La economía de Alemania, continúa siendo la mayor de la UE pero aún luchando por salir de unalarga desaceleración. Se espera que reciba un impulso el próximo año gracias al aumento del gasto público en defensa e infraestructura.

Pero el sentimiento empresarial sigue siendo sombrío. Los principales institutos económicos redujeron recientemente sus previsiones decrecimiento para 2026. El instituto Ifo, por ejemplo, ahora predice solo un 0,8% de expansión el próximo año, frente al 1,3% de su pronóstico anterior. El gobierno alemán, sin embargo, prevé un crecimiento del 1,3% en 2026.

¿La burbuja de la IA también es artificial?

También se espera que el auge de la inteligencia artificial (IA) continúe el próximo año.

Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses han destinado cientos de miles de millones de dólares para construir y expandir infraestructura de IA, como centros de datos.

Se proyecta que estas inversiones contribuyan significativamente al crecimiento del PIB en EE. UU., en comparación con otras regiones del mundo, dado el bajo nivel de gasto en otros lugares.

Pero los inversores están cada vez más nerviosos por las elevadas valoraciones de las empresas tecnológicas estadounidenses, ya que aún es incierto si el enorme gasto en infraestructura de IA será finalmente rentable.

Algunos temen que se haya convertido en una burbuja que podría estallar y provocar un desplome del mercado.

García-Herrero dijo a DW que la “revolución de la IA es estructural” y que la transformación tecnológica y su adopción continuarán en 2026.

Sin embargo, advirtió que si la burbuja estalla y el gasto en IA cae abruptamente, la economía estadounidense y los hogares sufrirán un fuerte impacto, probablemente llevando a la mayor economía del mundo a una recesión y debilitando el crecimiento global.

Información extraída de: https://www.dw.com/es/econom%C3%ADa-mundial-los-desaf%C3%ADos-para-el-2026/a-75289448

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