A pesar de la volatilidad, aún persiste la incertidumbre y crece la desconfianza. Sin embargo, expertos aseguran que no habrá una ‘Gran Recesión’.
Después del anuncio de quiebra del Silicon Valley Bank de Estados Unidos, se desató una “crisis” a nivel global en el sector bancario y bursátil. Adicionalmente, una semana después se dio la caída del Credit Suisse, que fue comprado por su rival suizo UBS, para no desequilibrar el sector.
Este fin de semana se sumó otro banco europeo a la tendencia bancaria que afecta a la estabilidad del sector, las acciones del Deutsche Bank cayeron el viernes 8,5% en la bolsa, hecho que reiteró la incertidumbre financiera a nivel mundial.
Teniendo en cuenta la volatilidad del mercado, Portafolio consultó diferentes expertos para corroborar si se acerca una crisis financiera como a presentada en el 2008, que tuvo una consecuencia de liquidez en la economía global.
De acuerdo con Ricardo Salas, profesor de la Universidad del Rosario, lo ocurrido con el Credit Suisse generó un efecto dominó en la banca europea, causando las caídas, especialmente, de los dos bancos nombrados anteriormente. Sin embargo, el académico reitera que en general los bancos del continente están en mejores condiciones que el suizo y el alemán.
Ahora bien, llevando la mirada hacia las consecuencias, Salas manifiesta que el problema se ubica en la alta inflación que parece no ceder, lo que genera la continua subida de tasas de interés por parte de los bancos centrales como la Reserva Federal (Fed) o el Banco Central Europeo (BCE).
“Este aumento de tipos afecta el valor de los portafolios de las entidades del sector financiero con la necesidad de liquidarlos, y las dudas sobre la solvencia del sector generan desconfianza entre los inversores. El temor de contagiarse no desaparece”, dijo.
Frente a las implicaciones de la volatilidad del mercado, Pablo Gil, estratega jefe de XTB para Latinoamérica y el Caribe, indicó que dado que el sistema financiero es fraccionado, “es decir, que no hay un respaldo físico al dinero financiero que figura en las cuentas de los ciudadanos”, la confianza lo es todo.
Dicho esto, para Gil, luchar contra las presiones inflacionarias para evitar el deterioro de la confianza en el sistema financiero, haría que los bancos centrales dejarán de atender a su mandato de controlar la estabilidad de precios, lo que podría acabar propiciando un entorno estructural de inflación elevada. Pero, si por el contrario continúan subiendo el coste del dinero, “es probable que amplíen la crisis bancaria”. Por lo tanto, explica que cualquier decisión que tomen tendrá repercusiones negativas.
“En el caso de que finalmente se desate una crisis financiera será inevitable entrar en recesión y en ese caso la inflación dejará de ser un problema, pero a cambio tendremos otro dilema por el cual preocuparnos”, manifestó.
Para los analistas, es difícil definir si es el inicio de una nueva crisis financiera, teniendo en cuenta que la situación del 2008 se marcó en un contexto diferente.
Según Alejandro Useche, profesor de la Universidad del Rosario, actualmente se está pasando por uno de los episodios más tensos de la historia reciente de la banca internacional. Sin embargo, afirma que, “esto no significa que se vaya a desatar una crisis como la de la ‘Gran Recesión’”.
“Existen una cantidad de lecciones aprendidas y de diferencias entre la situación económica y financiera del mundo entre lo que fue en el 2008 y hoy. Sí hay debilidades, puntos de mejora de la gestión bancaria, pero también del control, supervisión y calificación de estas entidades, que no proyectan que el impacto sea tan profundo como en el presentado durante el 2008”, explicó el docente.
Ahora bien, para Pablo Gil, la crisis podría extenderse y profundizarse rápidamente por aquellos bancos que no hayan tomado las medidas adecuadas de cobertura de riesgo de tipos, los cuales podrían tener pérdidas en sus balances que solo aflorarán si se ven obligados a vender sus posiciones a mercado, lo que podría poner en peligro sus resultados, así como sus ratios de cobertura.
“En el caso de que suceda volveremos a hablar de la necesidad de recapitalizar los balances de los bancos y eso generaría una pérdida de confianza entre los inversores y ciudadanos”, explicó el estratega jefe.
Adicionalmente, el académico Ricardo Salas aseguró que no habrá una crisis financiera de la magnitud como la del 2008, pero, algunos bancos están más expuestos por la conformación de sus portafolios y las características de sus clientes.
“Se verían afectados los que han perdido valor por los portafolios en bonos de renta fija. En la medida que las tasas de interés suben, el valor de los portafolios de renta fija bajan”, dijo.
Ante la ansiedad generada por la caída de los bancos las diferentes autoridades gubernamentales han hecho un llamado a mantener la calma.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, aseguró que se cuenta con la resiliencia de un sistema bancario con “sólidas posiciones en términos de capital y liquidez”.
A su vez, el presidente francés, Emmanuel Macron y el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, hicieron un llamado a calmar el juego.
También, la secretaria de Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, manifestó que las autoridades estaban dispuestas a adoptar medidas adicionales para evitar un contagio en el sector financiero.