El S&P 500 suele acomodarse, positivamente, en los períodos que preceden a los comicios.
El mercado accionario estadounidense ha tenido una reacción muy positiva al triunfo del republicano Donald Trump por sobre la demócrata Kamala Harris, con el S&P 500 subiendo más de 2% en la comparación intradiaria. ¿Qué puede pasar en el futuro cercano? Es difícil preverlo, pero sí se puede hacer un análisis histórico.
Un informe del holding suizo Mirabaud echa un vistazo a lo que ha sucedido con el S&P 500 tras las elecciones presidenciales desde la Segunda Guerra Mundial:
- Una semana después: el mercado bursátil cayó una media del 1% en la semana siguiente a las elecciones. Los peores resultados en una semana se produjeron tras las elecciones de 1948 (-6%) y 2008 (-15%); los mejores se produjeron el día de las elecciones de 2020 (5%), 2004 (3%) y 1996 (2%). En más del 60% de los casos, la bolsa cayó en la semana siguiente a las elecciones
- Un mes después: el mercado bursátil subió una media inferior al 1% en el mes siguiente a las elecciones. Los peores resultados en un mes se produjeron tras las elecciones de 1984 (-4%) y 2008 (-16%); los mejores se produjeron el día de las elecciones de 2020 (9%), 2004 (6%) y 2016 (5%).
- Un año después: la bolsa subió una media de más del 10% un año después de las elecciones. Los peores resultados en un año se produjeron tras las elecciones de 2000 (-21%) y 1956 (-10%); los mejores seguidos el día de las elecciones en 2020 (40%), 1996 (35%) y 1960 (32%). La renta variable fue positiva casi el 70% del tiempo en el año siguiente a las elecciones, y el rendimiento en este periodo más amplio reflejó factores distintos de las meras reacciones a las elecciones.
- Un mandato presidencial después: El mercado bursátil registró una ganancia media del 61% en los cuatro años de mandato. Los peores resultados se produjeron tras las elecciones de 2004 (-19%) y 2000 (-2%); los mejores se registraron en 1948 (134%) y 1952 (131%). Los dos peores periodos mencionados son los dos únicos mandatos que han registrado un descenso.
Mirabaud aclara que las tendencias económicas generales y los acontecimientos del mercado, y no los resultados electorales, fueron los principales factores determinantes durante estos periodos. El calendario y los factores externos desempeñaron un papel en los periodos negativos (burbuja tecnológica y desplome del mercado inmobiliario, 11 de septiembre), mientras que el auge económico de posguerra de la década de 1950 fue responsable de las considerables ganancias registradas durante estos periodos.
La renta variable generó sólidos rendimientos bajo ambas partes, con las condiciones económicas y financieras marcando el ritmo.