En la industria de cannabis persisten diferentes retos que se representan en que de 57.000 hectáreas licenciadas para cultivos, solo hay sembradas 26 en Colombia, ¿qué está pasando?
Las empresas de cannabis colombianas no han sido ajenas a la desafiante realidad económica global y a factores internos que ponen más presión a sus finanzas, por lo que algunas de las firmas referentes en el país han anunciado contracciones en sus operaciones o cierres definitivos para hacer frente a esta situación.
“La situación de las empresas de cannabis es crítica. Se podría decir que están en cuidados intensivos. De 57.000 hectáreas licenciadas para cannabis psicoactivo y no psicoativo, solo se están sembrando 26. Además, cerca del 40% de las empresas que obtuvieron alguna licencia en los últimos siete años cerraron operaciones”, dijo a Bloomberg Línea el presidente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna), Miguel Samper Strouss.
Añadió que como en todo proceso de aprendizaje “fue bastante complicado aprender cómo tener un negocio en un mercado altamente regulado”.
“Por su puesto, los funcionarios públicos también iniciaron ese aprendizaje cuando se inició la industria”, apuntó.
Los empresarios del sector se refieren puntualmente a los retrasos en los registros con el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).
Además, advierten sobre presuntas demoras en los procesos del Fondo Nacional de Estupefacientes.
Según indican, en esta entidad “pueden tardar entre 2 y 3 meses para aprobar una certificación de exportaciones para los productos fitoterapéuticos”, advirtió el director de Asuntos Regulatorios de la firma de cannabis FCM Global, Diego Ruiz.
Por eso desde Asocolcanna piden al Gobierno que para salvar la industria se necesita regular la posibilidad de producir alimentos funcionales incorporándoles CBD (cannabinoide no psicoactivo), establecer una fórmula exprés para el registro de fitoterapéuticos y que se aprube la regulación del uso adulto, que es un mercado que hoy existe y que genera millonarios ingresos que no son gravados con impuestos.
Ahora, la empresa Khiron Life Sciences, que fundó la clínica de tratamientos medicinales con cannabis Zerenia en 2020, confirmó a Bloomberg Línea que ha iniciado una nueva estrategia y por ende no continuará con los cultivos y extracción en el departamento del Tolima.
Esta estrategia se adelanta con el propósito de reducir los gastos de la empresa e implica un recorte de personal, a medida que se reestructura la empresa con un foco en el negocio de la clínica.
“Encontramos un tercero con el cual vamos a hacer algunas de las operaciones tradicionales de la industria como el cultivo y parte del proceso de extracción. Tenemos unos inventarios que hoy en día son importantes. Lo que hemos definido es no seguir concentrando tanto de la operación de la compañía en esos primeros eslabones sino más en las clínicas y la atención en salud que nos quita mucho tiempo”, dijo a Bloomberg Línea el vicepresidente de Asuntos Públicos de Khiron, Juan Diego Álvarez.
El ejecutivo señala que la operación de los cultivos de cannabis en general es costosa porque demanda “unos requisitos de calidad difíciles, no es lo mismo que cultivar otra cosa. Y esos costos están asociados a unos costos regulatorios que hacen que el cultivo sea más complicado”.
“Con los recursos que tenemos preferimos tratar de invertir en las clínicas y en la atención en salud que hemos venido prestando y que otros terceros que pueden tener unos volúmenes distintos nos puedan prestar esos servicios”, insistió.
En abril de 2020, el Gobierno colombiano expidió la Resolución Conjunta 539 de 2022, que completa el marco regulatorio para la exportación de flor seca de cannabis desde el país, a la vez que detalla el proceso y los requisitos.
Esta resolución reglamenta el Decreto 811 de 2021, que a su vez abrió las puertas para las operaciones de comercio exterior de semillas para siembra, grano, componente vegetal, plantas, cannabis, derivados y productos relacionados.