Los riesgos de una fuerte desaceleración económica ahora son mayores que la amenaza de una inflación más rápida, dijo el codirector del Banco de la República, Mauricio Villamizar.
La política monetaria de Colombia es lo suficientemente contractiva como para que la mayor tasa de inflación en casi un cuarto de siglo baje al rango meta a fines de 2024, según un alto funcionario del banco central.
Después de elevar su tasa de interés de referencia en 11 puntos porcentuales durante el último año y medio, los riesgos de una fuerte desaceleración económica ahora son mayores que la amenaza de una inflación más rápida, dijo en una entrevista el codirector Mauricio Villamizar.
“Ahora pensamos que estamos en una postura de política monetaria suficientemente contractiva para alcanzar la meta en el mediano plazo”, dijo el miércoles Villamizar, quien fue economista del Banco Mundial. “Esto no significa necesariamente que hayamos terminado con los aumentos, o que podamos descartar reaccionar ante shocks inesperados”.
El Banco de la República sorprendió a la mayoría de los economistas en enero al realizar un aumento menor de lo esperado de tres cuartos de punto porcentual, elevando la tasa de interés al 12,75%. Fue la última medida de una campaña de ajuste monetario sin precedentes en respuesta a lo que Villamizar describió como un conjunto de shocks inflacionarios “únicos en la vida”.
Los operadores están divididos sobre si el banco detendrá los aumentos de tasas en su reunión de política monetaria del 30 de marzo, siguiendo los pasos de Brasil y Chile, o si las elevará por vigésima tercera reunión consecutiva.
Desfase monetario
Villamizar dijo que espera que el crecimiento económico se desacelere a entre 0% y 1% este año, por debajo del 7,5% de 2022, en momentos en que la economía siente el impacto de las alzas de tasas del año pasado.
“Vemos signos claros de una marcada desaceleración en la actividad interna desde el último trimestre del año pasado”, sostuvo Villamizar. “De hecho, se puede ver muy claramente en las importaciones, el consumo y el crédito bancario, por ejemplo”.
La política monetaria afecta la producción después de un desfase de unos 9 a 12 meses, puntualizó. Esto significa que las medidas adoptadas por el banco en junio y julio del año pasado, cuando aumentó su tasa clave en 1,5 puntos porcentuales en dos reuniones consecutivas, recién están empezando a surtir efecto.
En general, es preferible una “trayectoria monótona” de las tasas de interés, en lugar de paradas y arranques, para evitar la percepción de medidas erráticas, agregó.
Villamizar dijo que espera que la inflación baje a entre 8% y 9% a fines de este año, desde el 13,3% del mes pasado. La meta de inflación anual de Colombia es del 3%, más o menos 1 punto porcentual. La inflación de los precios de los alimentos, que actualmente es del 24%, podría volver a ser de un solo dígito a fines de este año, agregó.
“Hemos visto algunas señales cautelosamente optimistas, pero quizás sea demasiado pronto para celebrar”, sostuvo.
La inflación colombiana supera a la de sus pares
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha criticado en reiteradas ocasiones los aumentos de tasas de interés del banco, diciendo que causan daños innecesarios a la economía y no resuelven las causas profundas de la inflación.
Petro ha propuesto como alternativas medidas como subsidios a los fertilizantes y topes de precios en las facturas de servicios públicos. El intento del presidente de tomar el control de las comisiones reguladoras que fijan los precios de las facturas de servicios públicos fue anulado por un tribunal este mes.
Villamizar dijo que el banco central sigue gozando de gran credibilidad, a pesar de que está en camino de superar su meta de inflación por tercer año consecutivo.
“Hemos recibido múltiples shocks inflacionarios y shocks muy persistentes, así que básicamente es diferente de cualquier cosa que hayamos visto en el pasado”, afirmó. “Pero mientras la gente sepa que estamos haciendo lo que está en nuestras manos para garantizar esta convergencia, tener tres años consecutivos sin alcanzar la meta no pondrá en riesgo la credibilidad que necesitamos”.