Creación y ampliación de áreas protegidas: impulso a la conservación en Colombia

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WWF Colombia, Parques Nacionales Naturales de Colombia, con el respaldo del Fondo Colombia en Paz, dan un primer paso para garantizar la conservación de diferentes territorios en el país.

En un esfuerzo conjunto por proteger la biodiversidad colombiana, WWF Colombia y Parques Nacionales Naturales de Colombia, con el apoyo del Fondo Colombia en Paz, han fortalecido el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP).

Esta alianza ha hecho posible la declaratoria y ampliación de nuevas áreas protegidas, acompañadas de la implementación de medidas de manejo efectivas que garantizan su conservación a largo plazo.

Nuevas Áreas Protegidas y sus ampliaciones

Gracias a esta alianza, Colombia ha incorporado tres nuevas áreas protegidas al SINAP: el Parque Nacional Natural Serranía de Manacacías, la Reserva Natural Cordillera Beata y el Distrito Nacional de Manejo Integrado Colinas y Lomas Submarinas de la Cuenca Pacífico Norte. Estas zonas, ricas en diversidad biológica, geoformas y cultura, y habitat de especies con distribución restringida o en algún grado de amenaza o riesgo de extinción, incrementan la representatividad del SINAP al incluir ecosistemas en omisión o bajamente representados.

Además, reconociendo la importancia de los ecosistemas marinos y terrestres, se amplió la cobertura de áreas estratégicas como el Santuario de Fauna y Flora Malpelo, el Distrito Nacional de Manejo Integrado Yuruparí – Malpelo y el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta, lo cual contribuye al cumplimiento de la Meta 11 de Aichi y el nuevo marco global de biodiversidad Kunming-Montreal, alcanzando el 17,01% de la superficie terrestre del país y el 32,81% de la superficie marina del país en áreas protegidas.

A lo anterior se suma el esfuerzo desde la sociedad civil, permitiendo integrar al SINAP, 59 nuevos registros de Reservas Naturales de la Sociedad Civil.

Acciones para un manejo integral y participación comunitaria

La creación y expansión de áreas protegidas representa solo el primer paso. Para garantizar la conservación de estos territorios, en el marco de esta alianza se ha apoyado la formulación de estrategias de manejo que involucran a las comunidades locales y otros actores clave, promoviendo la preservación a largo plazo. En cinco áreas protegidas se han implementado acciones tempranas de manejo que integran a quienes habitan y dependen de estos ecosistemas, fomentando una gestión compartida y sostenible.

El Santuario de Fauna Acandí, Playón y Playona es un ejemplo emblemático de esta visión integral. Su propuesta de ampliación no solo busca proteger las playas de anidación de tortugas marinas, sino también resguardar otras áreas cruciales para su ciclo de vida, como zonas de alimentación y descanso. Además, se integran ecosistemas marinos como arrecifes coralinos y pastos marinos, esenciales para la salud del mar.

La conservación ha sido una tarea conjunta con comunidades de pueblos indígenas y negros, especialmente en áreas como el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta y el Santuario de Fauna Acandí, Playón y Playona, donde se realizaron procesos de consulta previa con grupos étnicos. Estas consultas resultaron en la firma de 32 acuerdos que aseguran una gestión respetuosa e inclusiva para la conservación de estos territorios.

Resultados tangibles y una visión de futuro

Los logros de este convenio son significativos: se han incorporado 240.489 hectáreas terrestres y 17.781.392 hectáreas marinas al SINAP, acercando a Colombia a su meta de proteger al menos el 30% de su territorio terrestre y superando el 30% en los ambientes marinos.

La colaboración entre WWF Colombia y Parques Nacionales Naturales de Colombia, con el respaldo del Fondo Colombia en Paz, ha sentado las bases para un futuro más prometedor para la conservación de la biodiversidad y la cultura colombiana. Este esfuerzo conjunto no solo protege el patrimonio natural del país, sino que también asegura su preservación y uso sostenible para las generaciones futuras, contando con el compromiso y la participación de las comunidades que habitan y custodian estos territorios.

Información extraída de: https://www.larepublica.co/opinion/editorial/bajo-el-habitual-efecto-tijera-de-dolar-y-petroleo-3997922

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