México es el país de la región que más dinero recibe de sus emigrantes en términos absolutos. Sin embargo, en otras partes de LatAm la dependencia es mucho mayo.
En muchos países de América Latina, las remesas son un componente importante del Producto Interno Bruto (PIB), pero la incidencia varía mucho en cada caso. En un extremo, está Nicaragua, país en el cual las transferencias de los emigrantes a sus familias alcanzan un 27,6% del PIB, y en el otro a Argentina, donde no superan el 0,1% del producto.
Además de Nicaragua, existen otros países latinoamericanos en los que las remesas tienen un impacto superior al 20% del total de la economía: Honduras y El Salvador están en ese grupo, mientras que Guatemala está apenas por debajo (19,5%).
Los datos, que surgen de un informe del Banco Interamericano de Desarrollo y se basan en cifras estimadas para todo el 2024, no contienen a Cuba y Venezuela debido a la falta de información completa que permita realizar el análisis respectivo.
¿Qué pasa en las principales economías de América Latina?
En Brasil, la economía más grande de América Latina, ingresarán en todo el 2024 unos US$4.203 millones en concepto de remesas, valor que representa un 0,2% de la economía del gigante sudamericano. Menos peso aún tienen estos envíos en Argentina (3° era economía de LatAm), que apenas sumará US$882 millones este año, el equivalente un 0,1% del producto.
Ahora bien, distinto es el caso en la segunda y cuarta economías de Latinoamérica: en el caso de México, ingresarán este año, por concepto de remesas, US$65.150 millones, es decir, 3,2% del PIB. En tanto, en Colombia el ingreso de remesas para 2024 se espera que sea de US$11.830 millones, un 3,1% del PIB.
Un dato llamativo de Colombia es el crecimiento que tuvieron las remesas este año: el BID estima que habrán crecido 17,2% respecto de 2023.
¿Qué sucede en el resto de América Latina y el Caribe?
Según el BID, en 2024 habrán llegado a Latinoamérica y Caribe US$160,9 mil millones en divisas. El número seguramente sería mucho más abultado si se pudiese sumar a países como Cuba y Venezuela, que tienen millones de personas viviendo en el exterior y enviando ayudas a sus familias.
Al respecto, el BID destaca: “En 2024, las remesas recibidas en América Latina y Caribe continuaron la senda de crecimiento que se observó desde hace casi dos décadas. Sin embargo, la velocidad a la que crecen ha venido disminuyendo de forma constante durante los últimos cuatro años, pronosticándose que al cierre de 2024 lleguen a crecer a una tasa del 5% respecto a lo observado el año previo, la cual constituye la tasa de crecimiento anual más baja de los últimos diez años, y que significará un ingreso por concepto de remesas de US$160,9 mil millones para los países de América Latina y el Caribe, US$7,7 mil millones más de lo que recibió un año antes”.
Esto es lo que le ingresará a cada país de la región en 2024 por concepto de remesas:
- Argentina: US$882 millones (0,1% del PIB)
- Belice: US$141 millones (4,3% del PIB)
- Bolivia: US$1.291 millones (2,6% del PIB)
- Brasil: US$4.203 millones (0,2% del PIB)
- Chile: US$573 millones (0,2% del PIB)
- Colombia: US$11.830 millones (3,1% del PIB)
- Costa Rica: US$459 millones (0,5% del PIB)
- El Salvador: US$8.289 millones (23,5% del PIB)
- Ecuador: US$5.943 millones (4,9% del PIB)
- Guatemala: US$21.475 millones (19,5% del PIB)
- Guyana: US$1.179 millones (5,6% del PIB)
- Haití: US$4.377 millones (18,2% del PIB)
- Honduras: US$9.671 millones (25,9% del PIB)
- Jamaica: US$3.373 millones (16,8% del PIB)
- México: US$65.150 millones (3,2% del PIB)
- Nicaragua: US$5.196 millones (27,6% del PIB)
- Panamá: US$460 millones (0,5% del PIB)
- Paraguay: US$651 millones (1,4% del PIB)