Cuentas fiscales del país no dan señales de mejora, mientras el gasto se hace más rígido

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La ejecución presupuestal avanza solo 37%, mientras los ingresos se estancan y crece el pago de intereses.

Contrario a lo recomendado por los analistas y expertos, el balance fiscal de Colombia se sigue deteriorando y en el segundo trimestre de 2025, según el más reciente informe del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, dejó varios datos que preocupan por la tendencia negativa y las proyecciones poco alentadoras.

El estudio, basado en cifras del Ministerio de Hacienda, muestra que los ingresos del Gobierno Nacional Central no logran mantener el ritmo del gasto, lo que amplió el déficit a 3,8% del PIB, el más alto para un segundo trimestre desde la pandemia; mientras que los ingresos totales del Gobierno Nacional Central alcanzaron el 8,7% del PIB, un nivel inferior al del mismo periodo del año anterior y todavía lejos del pico de 9,9% registrado en 2023.

Así mismo, los ingresos corrientes, que incluyen los tributarios y no tributarios, representaron el 7,5% del PIB, apenas 0,1 puntos porcentuales por encima de lo reportado un año atrás, mientras los ingresos de capital cayeron hasta 1,1% del PIB, marcando un deterioro adicional.

Debilidades en el recaudo

Uno de los puntos que más llama la atención en este balance, está relacionado con el recaudo tributario, que continúa mostrando debilidad pese a los esfuerzos de la administración tributaria, dado que los ingresos brutos alcanzaron el 8,7% del PIB, pero tras descontar las devoluciones, el recaudo neto se redujo a 7,5%.

“Esa diferencia de 0,97 puntos porcentuales refleja el aumento en las devoluciones derivadas de retenciones y autoretenciones, que han presionado los ingresos efectivos del Estado. Frente a 2024, el recaudo bruto aumentó 0,51 puntos, mientras el neto apenas creció 0,1”, dice el reporte del Observatorio Fiscal.
Entre tanto, la composición del recaudo se mantuvo estable, con el impuesto de renta y el IVA como las principales fuentes, que en conjunto aportan más del 70% del total. Acá vale decir que la falta de diversificación y el aumento de devoluciones mantienen al sistema tributario en una posición frágil frente a los compromisos fiscales, dado que dicha estructura limita la capacidad del Gobierno para reaccionar ante choques macroeconómicos y cumplir con la regla fiscal vigente.

En contraste con la debilidad de los ingresos, el gasto público continúa creciendo y en el segundo trimestre de 2025, el gasto total del Gobierno Nacional Central se ubicó en 12,5% del PIB, lo que representa un incremento de 0,4 puntos frente al mismo periodo de 2024; con el gasto en funcionamiento como punto de mayor peso, tras alcanzar el 8,6% del PIB, mientras que el gasto en inversión se situó en 1,6% y los pagos por intereses aumentaron a 2,4%, el nivel más alto de los últimos años.

Un elemento que no se puede pasar por alto es el aumento en el pago de intereses, que se ha convertido en uno de los factores más determinantes del deterioro fiscal y según el Observatorio Fiscal, el gasto primario, que excluye el servicio de la deuda, fue de 10,2% del PIB; lo que quiere decir que una porción creciente del presupuesto se destina al pago de obligaciones financieras, reduciendo el margen de maniobra para invertir en proyectos sociales, infraestructura o programas de reactivación económica.

“Como resultado, el balance fiscal del país presentó un déficit de 3,8% del PIB, frente a 3,2% un año atrás. Se trata del mayor desbalance en un segundo trimestre desde la crisis sanitaria y evidencia la tensión estructural entre los ingresos limitados y el gasto inflexible. La combinación de presiones por mayores pagos de deuda, compromisos sociales y bajo dinamismo del recaudo mantiene la sostenibilidad fiscal en una posición frágil”, agregó el Observatorio de la Universidad Javeriana.

Una ejecución rígida y lenta

La ejecución presupuestal también refleja esta falta de dinamismo, ya que según el informe, la ejecución del Presupuesto General de la Nación, excluyendo deuda, fue de 37,2% en el segundo trimestre, por debajo del promedio histórico de 38,1% y aunque representa una leve mejora de 0,6 puntos porcentuales frente a 2024, sigue mostrando rezagos importantes. 
Con esto queda claro, entre otras cosas, que el tamaño del presupuesto supera la capacidad real de ejecución de las entidades públicas; mientras que por tipo de gasto, el comportamiento también revela desequilibrios, ya que la ejecución de funcionamiento llegó a 40,5%, la del servicio de la deuda a 39,6% y la de inversión apenas a 24,2%.
El Observatorio Fiscal resalta que esta diferencia evidencia la rigidez del gasto público, pues los componentes asociados a nómina, transferencias y deuda son inflexibles, mientras la inversión depende de procesos más lentos y sujetos a trámites, licitaciones y disponibilidad de recursos.
Esa rigidez, según el análisis, se traduce en una menor capacidad para ajustar el gasto en momentos de restricción fiscal; afectando más a los sectores que dependen de inversión, como infraestructura, vivienda o desarrollo regional, que avanzan a un ritmo más lento, mientras las partidas de funcionamiento absorben la mayor parte del presupuesto.

“En materia sectorial, los resultados de ejecución son dispares. Educación, con un 47,3%, lidera el uso de recursos, seguida de Salud y Protección Social con 45,3%, y Minas y Energía con 43,8%. En el extremo opuesto, Deporte y Recreación alcanzaron apenas 18,6%, la Presidencia de la República 12,8% y la Registraduría 10,7%”, acotaron.
En este punto no hay que pasar por alto la persistencia del rezago presupuestal; que a junio de 2025, muestra pagos pendientes de 2024 que ascendían a $62,8 billones, de los cuales $43,2 billones ya se habían cancelado. Esto equivale a un avance del 68,8%, dejando un saldo pendiente de $19,6 billones; generando presión hacia el futuro.

Presiones y lastres fiscales

Con todo lo anterior, el Observatorio Fiscal destacó que la combinación de gasto rígido, rezagos acumulados y limitaciones de ingreso hacen más difícil cumplir las metas de la regla fiscal. Además, el aumento de los pagos de intereses, derivado del alto endeudamiento y de las tasas de interés todavía elevadas, reduce los espacios de gasto productivo y dificulta avanzar en la consolidación de las cuentas públicas.
El país enfrenta, por tanto, un escenario de estrechez fiscal prolongada; al tiempo que la economía ha perdido dinamismo en la primera mitad del año, lo que limita el potencial de recaudo y mantiene la presión sobre el déficit fiscal estructural; por lo que se requiere una estrategia integral de consolidación, basada en un mayor control del gasto corriente y una revisión del modelo de devoluciones tributarias.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/cuentas-fiscales-del-pais-no-dan-senales-de-mejora-mientras-el-gasto-se-hace-mas-rigido-482726

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