también un punto menos que en el mismo periodo de 2024; mientras que la participación se mantuvo en 64,1% y la ocupación ascendió a 58,7%, lo que confirma una mejora sostenida en las condiciones generales del empleo. Así mismo, en las trece principales ciudades y áreas metropolitanas, el desempleo se redujo a 8,1%, con una ocupación del 61,0%, evidenciando una recuperación más notoria en los entornos urbanos.
Hablando esto en cifras claras, se puede decir que el total de personas ocupadas en el país ascendió a 23,9 millones, un aumento de 714.000 frente al mismo mes del año pasado y entre las ramas que más contribuyeron al crecimiento de la ocupación se destacan las industrias manufactureras, la administración pública y la educación, así como los servicios de alojamiento y comida.
Según el Dane, el sector manufacturero registró el mayor incremento, con 244.000 nuevos empleos, equivalente a una contribución de 1,1 puntos porcentuales a la variación total. Le siguió la administración pública, la educación y la salud, con 188.000 ocupados adicionales y una contribución de 0,8 puntos y en tercer lugar se ubicaron los servicios de alojamiento y comida, con 168.000 nuevos puestos, gracias a la recuperación de la
actividad turística y gastronómica en distintas regiones del país.
También se observaron aumentos en la agricultura, la ganadería, la construcción, el transporte y las comunicaciones, aunque en menor proporción. En contraste, las actividades profesionales, científicas y técnicas, junto con los servicios administrativos, registraron una disminución de 212.000 ocupados, equivalente a una caída de 0,9 puntos porcentuales; lo cual se podría tomar como una reconfiguración del empleo hacia sectores de base productiva y de servicios esenciales, con menor dinamismo en los segmentos corporativos.
Por tipo de posición ocupacional, los mayores aportes provinieron de los obreros y empleados particulares, con 473.000 nuevos empleos, y de los jornaleros o peones, con 108.000 adicionales; que dicho de forma simple, es una expansión del empleo asalariado y un leve repunte en el trabajo rural. En contraste, el trabajo por cuenta propia se mantuvo prácticamente estable, al pasar de 9,69 a 9,73 millones de personas, lo que evidencia una pausa en el crecimiento del autoempleo tras su fuerte expansión en 2024.
En otros datos, la población desocupada, que incluye a quienes buscan empleo activamente, se redujo a 2,13 millones de personas, frente a 2,33 millones en septiembre del año pasado, lo cual, junto con el incremento en la población ocupada, explica la mejora general del indicador. No obstante, la proporción de inactivos, personas fuera de la fuerza laboral, se mantuvo alta, con 14,73 millones, lo que equivale a casi el 37% de la población en edad de trabajar.
Dentro de este grupo, el 54% se dedica a los oficios del hogar, el 25% corresponde a personas que estudian y el 21% restante a jubilados, rentistas o personas con incapacidad permanente.
Desempleo por regiones
En el plano territorial, el ranking de desocupación confirma las disparidades estructurales del país, ya que Quibdó registró la tasa más alta, con 24%, seguida por Riohacha (14,2%) y Sincelejo (11,5%). En el extremo opuesto, las menores tasas se observaron en Florencia (7,6%), Villavicencio (6,6%) y Medellín área metropolitana (6,4%).
También vale la pena destacar que el Dane reportó una caída en la tasa de subocupación, que mide la proporción de trabajadores que desean laborar más horas o mejorar sus ingresos y como indicador se redujo a 6,7%, el nivel más bajo del año, tras haberse mantenido por encima del 7,5% durante varios meses.
De forma paralela, la medida complementaria de subutilización de la fuerza laboral se ubicó en 19,1%, por debajo del 21,4% registrado en agosto; poniendo así sobre la mesa la idea de que el mercado está absorbiendo con mayor eficiencia la oferta de trabajo, aunque todavía un quinto de la población en edad productiva se encuentra en situación de subempleo, desempleo o disponibilidad no utilizada.
Así las cosas, el balance previo de este año apunta a que, pese al avance, los desafíos estructurales del mercado de trabajo persisten, dado que la alta informalidad, las brechas de productividad regional y la limitada participación femenina continúan siendo los principales obstáculos para consolidar un crecimiento sostenido del empleo y por eso, las mejoras observadas en septiembre deben leerse como un avance coyuntural dentro de un contexto de recuperación desigual, en el
que algunos sectores avanzan con mayor rapidez que otros.
Para lo que resta del 2025, habrá que seguir de cerca el impacto de factores estacionales como la contratación temporal del último trimestre y el dinamismo del comercio; mientras que el reto será sostener los avances en la ocupación sin depender exclusivamente de empleos de corta duración.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/empleo/desempleo-quedo-en-su-punto-mas-bajo-desde-2017-tras-caer-al-8-2-en-septiembre-cuales-sectores-destacaron-482468