Las dudas y las demoras en la entrega de resultados de un plan de transición energético concreto estarían generando trabas en la prospección de minerales en Colombia, que consiste en la investigación de zonas prometedoras y posibles yacimientos, una estrategia que será clave para poder avanzar hacia una economía descarbonizada y menos dependiente del petróleo.
Bloomberg Línea conoció que hay preocupaciones con respecto a los frenos que estaría teniendo la investigación y prospección de minerales liderada por el Servicio Geológico Colombiano (SGC) y su impacto justamente en el plan de transición energética que plantea el Gobierno.
Las preocupaciones se derivan de la presunta falta de definición de una estrategia clara para avanzar en la investigación y prospección de minerales en función de las políticas sociales y ambientales propuestas por el gobierno actual. Además, dentro del gobierno habría fuerzas políticas que discrepan respecto a qué rumbo debería adoptar el país en materia minera.
¿Qué pasa si no se prospectan minerales?
El cambio de gobierno ha impactado la prospección minera del país a cargo del Servicio Geológico Colombiano. Colombia pasó de unos gobiernos más “extractivistas”, interesados por explorar el territorio y definir zonas con potencial para ser más competitivos en el mercado internacional minero y atraer inversiones con una hoja de ruta clara, a uno que no logra definir cómo trabajará las labores de prospección, señalaron fuentes con conocimiento del sector.
“Si se para o se deja de generar conocimiento geocientífico del territorio, el país no va a poder ofrecer ese tipo de commodities al mundo (minerales). ¿Cómo se va a atraer inversión extranjera si no hay conocimiento del subsuelo colombiano? Las empresas que invierten van a hacerlo en zonas que tengan mejor seguridad jurídica y mayor conocimiento de su subsuelo, se van a ir a países que tengan mayores avances en materia de prospección mineral y los hay, están Perú y Chile en Suramérica”, resaltó una de las fuentes.
“La confianza y el valor de un proyecto minero depende de qué tanta certidumbre geológica se tiene. En ese sentido el Servicio Geológico aporta conocimiento del subsuelo, aporta certidumbre, valor. Dejar de prospectar y explorar minerales es dejar de crear valor en el subsuelo colombiano”, añadió otra de las fuentes.
Aunque en el artículo 184 del proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo (PND) el gobierno le apuesta a estructurar un plan nacional de conocimiento geocientífico con el fin de proveer conocimiento e información geocientífica para, entre otras cosas, “la investigación y prospección de los recursos minerales estratégicos para la transición energética, la industrialización, la seguridad alimentaria y la infraestructura pública”, esto podría estar en riesgo tras la parálisis de la prospección minera por parte del Servicio Geológico.
“Dejar de prospectar minerales entra en contradicción con uno de los objetivos del presidente Gustavo Petro que es diversificar la canasta minera del país. Además, para lograr la seguridad alimentaria se tiene que garantizar el acceso a los fertilizantes que en esencia son minerales que contienen potasio, fósforo y sustancias que contienen nitrógeno. La seguridad alimentaria de un país también implica que ese país sea capaz de producir sus fertilizantes o de cubrir una parte de los que usa”, explicaron fuentes conocedoras del asunto a este medio.
Así mismo, se expuso que los minerales de construcción son clave para la infraestructura y más para países como Colombia que están en desarrollo. “Se necesitan materiales como arcillas, arenas y gravas, también hierro y aluminio para la construcción de obras públicas, el metro de Bogotá es un claro ejemplo de ello”.
Este medio confirmó que la Agencia Nacional de Minería (ANM) y el Servicio Geológico Colombiano (SGC) tienen mesas de trabajo para definir el listado de minerales estratégicos de los que se hará prospección en el país.
“Ya se han definido algunos como cobre, fosfatos y magnesio, entre otros, y la idea es que esta entidad solicite al SGC generar conocimiento geocientífico sobre el potencial mineral de zonas del país en donde no hay títulos mineros ni solicitudes de títulos, pues no es posible hacer inversiones de dineros públicos para el favorecimiento de actores privados”, respondió el SGC.
El Servicio Geológico Colombiano genera información sobre las concentraciones de elementos químicos, sustancias que están en el subsuelo y que tienen un valor económico en el mercado como cobre y oro, entre otros, también se genera información sobre elementos potencialmente peligrosos que acompañan a dichos minerales (por ejemplo: arsénico, mercurio, plomo, cadmio, entre otros).
La entidad indicó a Bloomberg Línea que, teniendo la información tanto de unos como de otros, “lo que se espera es que se tomen decisiones en escenarios de costo beneficio en donde, si hay una eventual exploración o explotación, se tenga también una previsión sobre los eventuales efectos ambientales, sociales y culturales que se pueden generar en un territorio”.
“Es posible que esa información muestre que es inviable una explotación de un proyecto minero por más concentraciones prospectivas y promisorias que pueda haber de los materiales de interés económico”, apuntó el director general del Servicio Geológico Colombiano, Julio Fierro.
Los minerales estratégicos para la transición energética
El Ministerio de Minas y Energía ha señalado que tiene sobre la mesa 80 minerales para la transición energética de Colombia, entre los cuales se cuentan el litio, cobalto, coltán, cobre, manganeso, hierro, que sí tenemos algo, y otros.
La estrategia del Gobierno de cara a la transición energética contempla avanzar en la prospección del potencial de minerales críticos, lo que significa intensificar el conocimiento respecto a nuestros bienes minerales.
En segunda instancia prevé crear un catálogo de proyectos socio-ambientalmente sustentables que son potencialmente importantes para ese propósito y un tercer paso consiste en configurar un modelo minero-ambiental respetuoso de la delimitación de zonas excluibles y restringidas de minería.
Las fuentes consultadas por este medio insisten en que aún no hay certezas sobre este plan y consideran que existen contradicciones que aún no se han podido resolver.
En opinión del director de Investigaciones del Departamento de Derecho Minero-Energético de la Universidad Externado de Colombia, Milton Fernando Montoya, “hay un riesgo de que se detenga la actividad exploratoria en el país si el Gobierno no da unas señales claras que estimulen el desarrollo de la industria minera, especialmente aquellos minerales claves para la transición energética”.
“A medida de que hayan señales de apoyo a la industria para el desarrollo de este tipo de minería -de cobre, tierras raras, el mismo oro, fosfatos- habrá inversionistas y habrá empresas que deseen llevar a cabo exploración, pero sí no hay esas señales y hay restricciones de carácter ambiental, de carácter social, desde el punto injustificadas claro está, pues lógicamente esas son señales para los inversionistas que van a hacer menos atractivo al país en términos de competitividad regional para atraer la inversión minera en exploración”, apuntó en conversación con Bloomberg Línea.
Las necesidades de diversificar la canasta exploradora
Según las cifras compartidas por la Cámara Colombiana de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol), en el cuarto trimestre del año pasado la Inversión Extranjera Directa (IED) del sector petrolero en Colombia fue de US$416 millones, un 46% menos con respecto al trimestre anterior (US$768 millones) y una disminución del 5% frente al mismo trimestre de 2021.
Campetrol informó que las empresas privadas proyectan una disminución de inversión en exploración para 2023 del -4% y una caída del presupuesto en 33% (ACP).
“Los riesgos de viabilidad y seguridad en las operaciones (caso Emerald – 2 de marzo de 2023) por incidentes de orden público reducen los incentivos de los inversionistas del sector a mantener sus capitales en el país”, indicó Campetrol.
Se espera que para el 2030 las energías renovables representen un 50% de la combinación energética mundial, “a medida que los sectores se electrifiquen y el hidrógeno y los combustibles basados en él aumenten su cuota de mercado debido a la descarbonización”, de acuerdo al reporte Perspectivas Energéticas Globales para 2022, de McKinsey & Company.
Mientras esto ocurre McKinsey & Company prevé que el pico de la demanda de petróleo se alcance entre 2024 y 2027, mientras sigue avanzando la electrificación en la movilidad.
Mientras que en el caso del gas las proyecciones realizadas en el marco de este informe apuntan a que para el 2035 la demanda en todos los escenarios pueda crecer otro 10% a 20% en comparación con la actual.
Pero después de 2035, según McKinsey & Company, “la demanda de gas estará probablemente sujeta a mayores incertidumbres, impulsada especialmente por la interacción con el hidrógeno”.