Ante la falta de una hoja de ruta para la reactivación, la dinámica económica se está apoyando en otros factores para avanzar.
El 2024 comenzó con proyecciones poco favorables en frentes como el Producto Interno Bruto, el desempleo, los mercados de valores, la inversión y el costo de vida; esto como resultado de la incertidumbre que aún ronda entre los inversionistas y las empresas y las alertas que se han venido generando por los intentos del Gobierno para hacerle el quite a la regla fiscal o reestructurar los compromisos de deuda.
Si bien los pronósticos eran poco favorables, tanto a largo como a mediano plazo, el paso de los meses ha mostrado una dinámica mejor de la esperada en la que incluso se evitó una cantada recesión técnica y se superaron lo que bien se podrían denominar como “críticas catastrofistas”, tal y como las califica el Ministerio de Hacienda. No obstante, esto no sería gracias a un plan de recuperación sino a dinámicas propias del mercado.
Así se observa en un reciente análisis del BBVA Research, en el que se advierte que tras la pandemia, el país ha caminado sin un catalizador claro que impulse la economía y aunque reconoce que entre el 2020 y el 2022 la prioridad fue superar los estragos del Covid-19, desde el 2023 y por lo menos hasta el 2026; no se ve a ningún sector como palanca del crecimiento económico.
Portafolio conversó con Mauricio Hernández, economista de este equipo de investigaciones, quien indicó que es indiscutible que hay señales de recuperación, pero que no se puede pasar por alto que la génesis está en el consumo, que a su vez ha jalado la producción, aunque no como debiera, y no en la llegada de nuevos capitales o crecimiento de las dinámicas de inversión.
“En el lado del consumo hemos visto mejores ventas de automóviles, crecimiento en las ventas de vivienda y alguna recuperación en la confianza de los hogares; mientras que en el lado de la producción, seguimos viendo baja demanda de electricidad comercial y no olvidemos que cuando una industria prende las máquinas es porque está produciendo más. Entonces, una reducción de la demanda de electricidad comercial significa que todavía no estamos en niveles altos de producción”, explicó.
Para plasmar mejor su postulado respecto a que no hay un catalizador del crecimiento económico, desde el BBVA Research revisaron el comportamiento del PIB en los últimos 60 años y destacaron que entre 1965 y 1980, el país se impulsó en la industrialización y la sustitución de importaciones de café. Así mismo, entre 1981 y 1990; el apalancamiento se dio en el auge energético y en la minería, oleoductos y exportación de café.
Según el análisis, para el período entre 1991 y 1999, el crecimiento económico fue impulsado por la apertura comercial y a esto le siguió, para el período 2000 -2007, la bonanza de materias primas, seguido la ola de vías 4G y el impulso de la vivienda entre el 2009 y el 2019; para que luego llegara la pandemia y cortara el impulso.
“El gran reto de Colombia como economía hacia futuro es encontrar el próximo catalizador de la inversión. No se tiene a la vista cuál va a ser el sector o gran proyecto o gran iniciativa que va a recaudar esos recursos de inversión que sí lo hicieron en el pasado, grandes proyectos como las obras de infraestructura 4G, como la construcción del oleoducto Bicentenario, o como el auge de vivienda que se dio antes de 2014”, agregó Hernández.
Oportunidades a la vista
Conectando con este informe, la firma Dapper también hizo una revisión de la dinámica económica y planteó que si bien el agro y la administración pública han liderado casi todo el año el sostenimiento del PIB, últimamente se han visto algunos crecimientos importantes que pueden marcar el punto de partida para atender con un plan de reactivación.
“El ISE creció 3,9% en julio y aunque este resultado fue liderado por la recuperación de las actividades primarias, la fortaleza del sector terciario (ej. Servicios, comercio, artes, admin. Pública) lo convierte en el líder de la reactivación. También lo podemos ver en la producción industrial y las ventas minoristas. Después de completar varios meses creciendo en terreno negativo, en julio hubo señales de recuperación”, agregaron.
Si a esto se le suma que hay un mejor comportamiento de las exportaciones, desde Dapper resaltaron que la economía se está diversificando y emprendiendo una transición al sector terciario para tomar una senda de recuperación que se asoma en el horizonte como “oportunidad que no podemos desaprovechar”.
En este sentido, Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual para la región Andina, insiste en que más que un crecimiento tímido, se debe hablar de que “la economía colombiana sí está en un proceso de recuperación. Las cosas hay que llamarlas como son”, y que para sacarle el jugo a esta situación, se deben generar condiciones claras de juego.
“Acá lo importante es que hay que recuperar la inversión, ese debe ser el punto de partida y debido a eso nos debemos concentrar en crear opciones, alternativas y reglas del juego favorables para que esos capitales regresen. Hay que ayudar a que ese buen paso que se está observando, sea sostenible y proyectado en el tiempo”, indicó Jalil.
Para el vocero de BTG Pactual, se puede comenzar por analizar factores como las primas de riesgo y la imagen crediticia, que actualmente no pasan por su mejor momento y están jugando en contra de la llegada de capitales o la adquisición de crédito.
Impulso con techo
Por último, para entender mejor lo que está pasando con la dinámica económica, Portafolio habló con Camilo Herrera, fundador de la firma Raddar, quien pidió no pasar por alto que mientras el país siga dependiendo de renglones como la administración pública, se enfrentará al techo de lo que pueda gastar el Gobierno, además de que crecerá de forma incorrecta y descuidando los verdaderos dinamizadores.
“Que estemos creciendo en el Producto Interno Bruto no significa que estemos creciendo bien, porque el crecimiento es un tema inercial, sistemáticamente la economía en Colombia avanza de manera continua. Entonces, esa historia de que se está haciendo crecer el PIB vía administración pública es necesario revisarla porque no necesariamente eso dinamiza el gasto de los hogares, así uno piense que esa plata llega a más hogares y por lo tanto la gente gasta más, eso no es necesariamente cierto, porque hay que ver en qué está gastando”, explicó.
Herrera explicó que la recuperación que tenemos en este momento se origina en factores como la baja de las tasas de interés por parte del Banco de la República y la caída de la inflación; que han llevado a que las personas puedan gasta más y por este camino, se genere una reactivación más asociada a las dinámicas del mercado.
Así las cosas, tanto Camilo Herrera, como los demás expertos que hablaron y fueron consultados por Portafolio, manifestaron que si esto no se apoya con una estrategia de reactivación clara, difícilmente se logrará que la economía vuelva a crecer al ritmo que se necesita para competir con los pares de la región.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/por-que-la-economia-del-pais-esta-creciendo-por-inercia-y-sin-un-motor-de-reactivacion-614842