La retroalimentación entre cambio climático y energía convencional -a más demanda por altas temperaturas, más consumo y por tanto más calor generado- preocupa a los expertos de la Agencia Internacional de la Energía. La solución, dicen, pasa por las renovables.
El último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) revela que el ascenso de las temperaturas contribuyó a un fuerte aumento del consumo mundial de electricidad durante el año pasado. Las intensas olas de calor dispararon la demanda de refrigeración en muchos países, lo que se sumó al aumento del consumo de la industria, la electrificación del transporte y el crecimiento de los centros de datos y la inteligencia artificial.
Estos factores, que consumen mucha energía, impulsaron un aumento del 2,2% de la demanda energética el año pasado. “Hay muchas incertidumbres en el mundo de hoy y diferentes narrativas sobre la energía”, afirma Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE. “Lo que es seguro es que el uso de la electricidad está creciendo rápidamente, revertiendo años de disminución del consumo de energía en las economías avanzadas”.
“El resultado”, prosigue, “es que la demanda de todos los principales combustibles y tecnologías energéticas aumentó en 2024, con las renovables cubriendo la mayor parte del crecimiento, seguidas del gas natural. Y la fuerte expansión de la energía solar, eólica, nuclear y de los vehículos eléctricos está aflojando cada vez más los vínculos entre el crecimiento económico y las emisiones”, dice Birol.
¿Cómo aumentan las emisiones el cambio climático?
El bucle de retroalimentación entre el aumento de las temperaturas y las emisiones es una tendencia preocupante recogida por el Informe Global de la Energía 2025 de la AIE. Las fuertes olas de calor en China e India -que dispararon las necesidades de refrigeración-contribuyeron en más de un 90% al aumento anual del consumo de carbón en el mundo.
Las temperaturas récord en todo el mundo contribuyeron significativamente al aumento anual del 0,8% de las emisiones mundiales de CO2, hasta 37.800 millones de toneladas. Pero el despliegue de energía solar y eólica, nuclear, coches eléctricos y bombas de calor desde 2019 evita ahora 2.600 millones de toneladas de CO2 cada año, según la AIE. Eso equivale al 7% de las emisiones mundiales.
Hay otra buena noticia en el informe: la creciente oferta de fuentes de bajas emisiones cubrió la mayor parte del aumento de la demanda mundial de electricidad en 2024. La cantidad de nueva capacidad de energía renovable instalada en todo el mundo ascendió a unos 700 gigavatios el año pasado.
¿Cuál es el panorama energético en Europa?
La revolución de las energías renovables en Europa prosigue a buen ritmo. La eólica y la solar alcanzaron una cuota récord del 28% de la producción de electricidad el año pasado, superando por primera vez la cuota combinada del carbón y el gas.
En total, las renovables representaron casi el 50% de la producción eléctrica. Tras las graves sequías de 2023, las precipitaciones superiores a la media contribuyeron a aumentar la generación hidroeléctrica. Pero las malascondiciones del viento en Europa hicieron aumentar el uso de combustibles fósiles en el sector eléctrico.
En general, mientras que la demanda de energía en la UE comenzó a crecer nuevamente por primera vez desde 2017 (aparte del repunte posterior a COVID en 2021), sus emisiones de CO2 relacionadas con la energía disminuyeron en un 2,2%. “Desde la ralentización del crecimiento de la demanda mundial de petróleo y el creciente despliegue de coches eléctricos, hasta la rápida expansión del papel de la electricidad y la creciente disociación de las emisiones del crecimiento económico, muchas de las tendencias clave que la AIE ha identificado por adelantado se muestran claramente en los datos para 2024″, concluye Birol.
Información extraída de: https://es.euronews.com/green/2025/03/25/el-cambio-climatico-aumenta-la-demanda-de-energia-no-renovable-por-el-aumento-de-la-temper