El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos ha repuntado en julio al 3,2% en tasa interanual, frente al 3% registrado en junio, según los datos publicados este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales estadounidense. Este movimiento se ha situado ligeramente por debajo de lo anticipado, ya que se esperaba un 3,3%. Por su parte, la tasa subyacente, que excluye alimentos y energía, ha retrocedido una décima, hasta el 4,7%, mientras que el consenso apuntaba a que se mantuviera en el 4,8%.
En términos mensuales, ambos índices registraron un avance del 0,2%, como ya hicieran en junio, lo que se se sitúa en línea con las expectativas del mercado.
Según el organismo que difunde los datos, “el índice de vivienda fue, con mucho, el que más contribuyó al aumento mensual de todos los artículos, representando más del 90% del incremento, con el índice para seguros de vehículos motorizados también contribuyendo”.
El índice de alimentos subió un 0,2% en julio tras crecer un 0,1% el anterior mes, con alzas del 0,3% en el índice de alimentos en el hogar, frente al incremento del 0,2% para los alimentos fuera del hogar. Las carnes, aves, pescado y huevos aumentaron un 0,5% su coste medio, ya que el índice de carne vacuna registró un encarecimiento del 2,4% en el mes.
En términos interanuales, los alimentos registran un alza del 4,9% en los últimos 12 meses, con un incremento promedio del 3,6% en el coste de la comida en casa y del 7,1% para la alimentación fuera del hogar.
Por su parte, el coste de la energía subió un 0,1% en el mes, con un comportamiento mixto en los principales índices de componentes energéticos, que incluye subidas en la gasolina (0,2%) y en el gas (2%), mientras que la electricidad registró una caída del 0,7% en su precio.
En los últimos doce meses, los precios de la energía se han moderado un 12,5% en EEUU, debido al descenso del 19,9% en el coste de la gasolina y del 13,7% en el gas natural, mientras que la electricidad se encareció un 3% desde julio del año pasado.
Alex Livingstone, jefe de comercio y divisas de Titan Asset Management,destaca que “de cara al futuro, la persistente narrativa de desinflación general puede enfrentar algunos desafíos debido al aumento de los precios del petróleo, pero en gran medida buscará mantenerse en el buen camino debido al deterioro general del panorama económico”.
“A medida que los rezagos prolongados y variables de las tasas de política más altas se traducen en un consumo y una inversión más débiles, se alivian las presiones inflacionarias. Es probable que el dólar estadounidense se vea sometido a una presión adicional en esta última publicación de datos a medida que se reduzcan los diferenciales de tipos de interés”, agrega.
Los analistas de Oxford Economics destacan que estos datos “no cambiará el plan inmediato de la Fed ni su estrategia de comunicación, ya que seguirán indicando que aún no han ganado la batalla contra la inflación”.
“La Fed seguirá adoptando un tono agresivo porque quiere evitar que las condiciones de los mercados financieros mejoren. Aun así, esperamos que la Fed se salte las subidas de tipos en septiembre y noviembre, cuando la inflación debería haberse desacelerado aún más. Por lo tanto, creemos que la Fed ha terminado de subir las tasas en este ciclo de ajuste, pero no las reducirá hasta principios del próximo año, ya que querrán errar y mantener las tasas más altas durante más tiempo para asegurarse de ganar la batalla contra la inflación”, vaticinan.
Para Ryan Brandham, director de Global Capital Markets en Validus Risk Management, “el resultado es alentador, aunque sigue siendo un reto volver al 2% por efectos de base”, mientras que “a pesar del progreso continuo, la subyacente sigue siendo elevada”.
“En general, la inflación está retrocediendo hacia el objetivo y el mercado laboral se está enfriando lentamente, pero el FOMC querrá ver aún más datos antes de decidir en septiembre si el progreso ha sido lo suficientemente rápido como para justificar una pausa, o si el balance de riesgos requiere otro alza para asegurar que se cumplan las metas de inflación”, considera.
Desde Pantheon Macroeconomics vaticinan que “el informe del IPC subyacente de agosto, publicado una semana antes de la próxima reunión de la Fed el 20 de septiembre, también estará entre 0,1% y 0,2%“.
“Tres cifras decentes del IPC subyacente no son definitivas, pero creemos que serán suficientes para disuadir a la Fed de otra subida, a menos que el informe laboral de agosto, que se publicará el 1 de septiembre, sea realmente feo”, agregan.
PETICIONES DE DESEMPLEO
Este jueves se han publicado también las peticiones de desempleo para la semana finalizada el 5 de agosto, que han subido hasta las 248.000, desde las 227.000 registradas en los siete días previos, según los datos del Departamento de Trabajo estadounidense. Este movimiento se ha situado por encima de las 230.000 anticipadas por el consenso.
La tasa de desempleo fue del 1,1%, sin cambios desde la semana anterior, y la cifra de trabajadores desempleados descendió hasta los 1.684.000, lo que supone una caída de 8.000 con respecto al periodo previo.
Las tasas de desempleo más altas se registraron en Nueva Jersey (2,6%), California (2,3%), Puerto Rico (2,2%), Rhode Island (2,1%), Massachusetts (2,0%), Connecticut (1,9%), Nueva York (1,8%), Oregón (1,8%), Pensilvania (1,8%) y Minnesota (1,7%).
Los mayores aumentos en las solicitudes iniciales se produjeron en Missouri (+2.644), Nueva Jersey (+730), Illinois (+723), Florida (+533) y Tennessee (+365), mientras que las mayores disminuciones se dieron en California (-3.108), Ohio (-2.952), Georgia (-1.373), Texas (-1.102) y Nueva York (-1.001).
Desde Oxford Economics destacan que “los riesgos se inclinan a favor de una subida de tipos más si no se acumulan más pruebas de un mercado laboral más débil”.
“Esperamos que las solicitudes de desempleo aumenten más adelante en el año a medida que la economía cae en recesión. Sin embargo, dado nuestro pronóstico de que la recesión será leve, junto con las dificultades que aún enfrentan algunos empleadores para contratar trabajadores, esperamos que las pérdidas de empleo y los aumentos en las solicitudes de desempleo durante esta recesión sean modestos en comparación con recesiones anteriores”, concluyen.