Desde el mercado cuentan que pese a las presiones actuales, no disminuye el apetito entre los inversionistas.
En medio de una coyuntura fiscal apretada y un escenario de financiamiento más costoso para el Gobierno, los Títulos de Tesorería (TES) siguen en el centro de la conversación económica; mientras que la pregunta, recurrente en foros y redes, es si la deuda pública en este instrumento se ha convertido en una “bomba de tiempo” que, de estallar, pondría contra las cuerdas a las finanzas del país.
Con el fin de conocer cómo se encuentra este renglón de la economía, Portafolio conversó con Federico Torres, vicepresidente de ventas para Latinoamérica de Global X ETFs Colombia, para quien la respuesta es más matizada, ya que su diagnóstico parte de que el país vive un momento fiscal complejo, pero está lejos de un escenario extremo.
Un termómetro en tiempo real
En charla con este medio, sostuvo que la foto de fondo no es sencilla y recuerda que Colombia enfrenta un déficit fiscal que obliga al Gobierno a buscar recursos en el mercado, pagando tasas más altas; situación que responde a la dinámica natural de cualquier emisor en la que los inversionistas están dispuestos a prestar si reciben una compensación acorde al riesgo y a las condiciones económicas del país.
“Es malo para el país porque se encarece la financiación, pero bueno para el inversionista, que recibe un retorno mayor”, resume; al tiempo que señala que la ecuación es clara, ya que mayores tasas atraen a compradores, incluso si el contexto macroeconómico está bajo presión.
No obstante, advierte que este equilibrio se sostiene solo mientras se perciba disciplina en el manejo de la deuda y pone sobre la mesa que “esto es cierto hasta que deja de serlo”, aludiendo a que una pérdida de confianza podría elevar el riesgo a niveles insostenibles.
Historial que respalda
En su análisis, Torres recuerda que hay un activo intangible pero crucial y es la tradición de Colombia de honrar sus deudas, subrayando que “nunca ha hecho un evento de no pago”, por lo que esa reputación ha sido clave para mantener el acceso a los mercados, incluso en condiciones más exigentes.
Esa historia de cumplimiento, dice, es una de las razones por las cuales la deuda pública colombiana es vista como una de las más confiables de América Latina. Y resalta que, por ahora, no hay señales de que esa línea se rompa.
Cabe resaltar que Torres no habla solo desde la teoría, dado que la firma en la que trabaja opera uno de los pocos mecanismos en el país que permite seguir el pulso del mercado de TES en tiempo real. Se trata de un indicador que refleja en tiempo real, cómo se están comportando los títulos de tesorería.
“La herramienta toma como referencia un fondo que replica buena parte de la curva de tasa fija de TES y que se negocia en la Bolsa de Valores como si fuera una acción. El resultado es una fotografía inmediata de si, en el día, estos papeles están mejorando o empeorando sus rendimientos”, indicó.
Según Torres, este seguimiento no es común para el público general, pues tradicionalmente solo los actores profesionales con acceso al mercado mayorista podían monitorear de cerca la evolución de la deuda pública. Hoy, la información está disponible para cualquier inversionista, grande o pequeño.
¿Hay una bomba de tiempo?
La pregunta sobre una posible burbuja o “bomba de tiempo” en los TES no es nueva, pero el vocero de Global X ETFs la descarta de plano, afirmando que “estamos muy lejos de pensar en una situación extrema” y a su juicio, lo que se vive hoy es un episodio propio de un ciclo económico difícil, en el que se requiere pericia técnica para administrar la deuda.
Parte de esa gestión, explica, está en manos de la Dirección de Crédito Público, que ha adoptado medidas para aliviar la presión. Entre ellas, optar por emisiones de corto plazo que permitan repartir mejor las cargas y evitar que se concentren en el largo plazo; mientras que el riesgo, reconoce, existe si no se corrigen desequilibrios como el déficit, pero no hay indicios de que el país esté en una trayectoria de colapso inminente.
Por otra parte, en el radar de los inversionistas internacionales, el apetito por TES colombianos está en uno de sus puntos más bajos de los últimos años. Sin embargo, Torres aclara que esto no significa que haya un rechazo total y replica que el interés podría repuntar si se perciben cambios en el panorama fiscal o señales de que se abordan problemas estructurales.
Así mismo, destacó que si bien hasta hace poco, hablar de TES era referirse a un mercado reservado para grandes jugadores institucionales como fondos de pensiones, inversionistas extranjeros o entidades estatales que administraban excedentes de liquidez; eso ha cambiado y el mercado ha girado hacia un entorno más democratizado.
“Hoy, con un par de clics y una cuenta en una plataforma habilitada, es posible invertir desde $54.000 en un portafolio diversificado de TES. Esto no elimina la naturaleza de largo plazo que debe tener este tipo de inversión, pero sí rompe la barrera de acceso”. explicó.
En su visión, el acceso directo a este tipo de instrumentos es un paso hacia la inclusión financiera; dado que la posibilidad de que más personas participen en el financiamiento del Estado no sólo diversifica la base de inversionistas, sino que también reduce la dependencia de unos pocos actores institucionales.
De esta forma, concluyó que el diagnóstico es claro y es que no hay una bomba de tiempo, pero sí un reto estructural que requiere atención constante y en el que mantener la reputación de buen pagador, controlar el déficit y gestionar bien los plazos de la deuda son las piezas que sostienen la confianza del mercado.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/gobierno/deuda-tes-en-colombia-riesgos-apetito-del-mercado-y-perspectivas-segun-global-x-etfs-637236



