Family holding cardboard roof above their heads

Familia y Patrimonio

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Una de las inquietudes más grandes de las personas después de construir un patrimonio es como lo manejaran las futuras generaciones y que este no sea factor de división y rupturas familiares. Pues bien, en nuestras manos se encuentra contribuir para que ese legado tenga una integralidad que vaya mucho más allá de una cifra económica o unos determinados derechos.

Desde que la humanidad dejó de ser nómada la institución familiar cobra relevancia como el factor más importante en el desarrollo de la humanidad y hoy no lo ha dejado de ser. La familia es el primer mundo con el que tenemos contactos los seres humanos, donde se generan unas características particulares e inherentes a cada familia que a su vez está expuesta a la influencia de diferentes mundos con los que se va mezclando e interactuando de diferentes formas y además cada miembro de la familia tiene sus propias características, visiones y percepciones que no necesariamente coinciden con los miembros de su generación, ni de las generaciones anteriores o posteriores, por que cada miembro de una familia tiene sus propios rasgos, para la grandeza familiar.

Lo anterior que podría parecer una complejidad es un sistema que facilita y soporta el crecimiento multidimensional de la familia y sus miembros como un todo que pocas veces se aprovecha en la debida forma dado que los seres humanos tendemos al individualismo y a la competitividad primaria y no al progreso conjunto. Es así, como en una gran mayoría de familias, generaciones posteriores están arrancando prácticamente del mismo punto de partida donde arrancó la generación precedente desaprovechando el camino recorrido y desperdiciando competencias individuales que no se aprovechan al servicio del sistema familiar.

Pues bien, así como nos esforzamos en la creación de un patrimonio que en primer lugar y como es natural debe satisfacer las necesidades de sus gestores, también podemos crear un ambiente propicio en la familia que facilite el manejo adecuado de sus relaciones internas y del patrimonio, pero también así como una persona puede construir su patrimonio durante largos años o durante los últimos diez años de su etapa productiva, también puede sembrar en la familia esa semilla en cualquier momento, nunca siendo tarde si se hace auténticamente.

Podría uno pensar hasta acá, que lo anterior es un enfoque facilista de la relación familiar y tan alejado de la realidad por ciertas situaciones de las que nos enteramos continuamente, en ningún se trata de minimizar la dificultad que puede existir, pero si en hacer una reflexión que es un tema que tenemos que trabajar con tanta o más intensidad que la construcción patrimonial.

Es recomendable aceptar como punto de partida que estamos ante seres humanos que normalmente tenemos los siguientes patrones de comportamiento:

  • Nuestras reacciones y conductas no son enteramente predecibles.
  • La realidad es relativa a cada persona y no es normal que todos compartamos la misma visión.
  • Suponemos, palabra peligrosa, que nos conocemos mutua y profundamente y por consiguiente sabemos: cómo piensa cada uno, cómo reacciona cada uno, qué siente, etc., y es simplemente una suposición sin validación.
  • No importa cómo ni en dónde decimos las cosas y asumimos que es obligación que los demás nos entiendan y recuerdan.
  • Lo importante es tener la razón y no cuál es la razón.
  • La personas no valoramos, en primera instancia, como nuestras actuaciones influyen en el sistema familiar, lo que se haga en extremo de la familia se puede irradiar a todas las dimensiones de la familia.

La pregunta hasta acá es: bueno estoy ante un sistema complejo, con unos miembros con características individualistas muy arraigadas por la naturaleza humana, entonces cómo y por dónde arranco la construcción de ese legado integral.

Pues bien, así como en nuestro trabajo o empresa hay un plan estratégico por desarrolla, así como le hacemos seguimientos a nuestros resultados de toda índole, nuestras familias también merecen un plan estratégico y seguimiento que permita aprovechar la sinergia familia a todos su integrantes, estos planes normalmente tienen unos pilares fundamentales:

  • Respeto y autonomía al individuo.
  • Dialogo claro, directo y fraterno.
  • Adecuada satisfacción de las necesidades del grupo.
  • Ambiente familiar distendido, los miembros de la familia se sienten a gusto en casa y entre los suyos.
  • Desarrollo identidad personal impulsado con la sensación de pertenencia y aceptación.
  • Las crisis y conflictos son oportunidades de fortalecimiento familiar y escollos superados.
  • Pautas de convivencia claras y respetadas.
  • La familia no es una democracia, pero tampoco una dictadura, la generación líder explica, discute y fundamenta sus decisiones.
  • La familia esta en un gran mundo cambiante por consiguiente la flexibilidad de sus miembros y de la familia como un todo debe estar altamente desarrollada, para poderse adaptar.
  • Se fomenta el adecuado distanciamiento entre los miembros de la familia de forma tal que permita el desarrollo individual, ni muy lejanos ni muy pegados.

Naturalmente cada punto de estos parece un pesado capitulo por desarrollar, pero si emprendemos nuestra función guiados por el resultado emocional que se espera de cada uno de esos tópicos y no por un frio resultado cuantificables, es muy probable que con abrir espacios adecuados en la familia podamos sembrar esa semilla de unión familiar integral que trasciende los intereses económicos y por consiguiente estos pasan a un segundo plano.

No es gratis, no brota de la nada, necesita nuestro impulso, pero es totalmente realizable.

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