La medida de inflación subyacente preferida de la Reserva Federal (Fed) aumentó al ritmo mensual más lento desde finales de 2020, ayudando a sentar las bases para que los responsables políticos renuncien a una subida de tipos de interés en su próxima reunión.
El índice de precios del gasto de consumo personal básico, que elimina los componentes volátiles de alimentos y energía, avanzó un 0,1% en agosto, según el informe de la Oficina de Análisis Económico publicado hace unos instantes. El índice general de precios PCE subió un 0,4%, reflejando un repunte de los costes energéticos.
El mantenimiento de las bajas lecturas mensuales de la inflación subyacente es vital para generar confianza entre los funcionarios de la Fed de que están ganando la batalla de la inflación y creando margen para abstenerse de subidas adicionales de los tipos de interés.
Después de que la Fed mantuviera los tipos sin cambios a principios de este mes, el presidente Jerome Powell citó específicamente la mejora de los informes de inflación.
“Queremos ver que estas buenas lecturas de la inflación que hemos estado viendo durante los últimos tres meses, queremos ver que es algo más que tres meses”, dijo en la conferencia de prensa posterior a la reunión.
Tras una explosión del gasto en los dos meses anteriores, la fortaleza de los consumidores estadounidenses se disipó en agosto. Aunque la resistencia del mercado laboral está contribuyendo a sostener los ingresos, el efecto acumulativo de los altos precios, el encarecimiento de la gasolina y la reanudación de los pagos de los préstamos estudiantiles amenazan con enfriar los desembolsos.
Esta evolución podría contribuir a limitar aún más las presiones inflacionistas, pero también corre el riesgo de acercar la economía a una recesión.
