Inversión rezagada y falta de confianza, las mayores alertas del empresariado colombiano

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El sector privado reclama estabilidad regulatoria y seguridad física para reactivar el crecimiento.

La inversión continúa siendo el gran punto débil de la economía colombiana; según reconocieron los líderes empresariales que se dieron cita este jueves -06 de noviembre- durante la Asamblea General del Centro de Estudios Económicos Anif, quienes coincidieron en que el país no podrá sostener su crecimiento si no logra recuperar la confianza y atraer nuevos proyectos productivos.

María Lorena Gutiérrez, presidenta del Grupo Aval, advirtió que el repunte económico reciente “no es sostenible porque no está sustentado en inversión, sino en consumo” y explicó que el gasto de los hogares se ha mantenido impulsado por transferencias y servicios, pero “sin nuevos proyectos ni sectores que impulsen la productividad, no habrá crecimiento de largo plazo”.

La ejecutiva afirmó que el sistema financiero está listo para apoyar la reactivación, pero insistió en que “lo que necesitamos son proyectos” y recordó que la banca ha avanzado en crédito productivo y en la inclusión de micronegocios dentro de la llamada economía popular, pero subrayó que las inversiones privadas aún no alcanzan los niveles de 2019.

“Llevamos seis años rezagados. Hemos regresado al nivel de hace seis años, a pesar de que sí se ha invertido. Por eso creo que lo primero que necesitamos son proyectos concretos. Además, ya que estamos hablando de la Agenda 2030 y de que todos estamos trabajando juntos, pienso que debemos atrevernos a hacer apuestas. Al país a veces le da miedo apostar, porque teme que, al hacerlo, esté discriminando otras prioridades”, acotó.

Para Gutiérrez, las principales condiciones para recuperar la inversión “hay dos criterios fundamentales, que son seguridad jurídica y seguridad física. Si las reglas cambian de manera constante o se retrasan las decisiones, el país pierde competitividad”; razón por la cual pidió que Colombia asuma “apuestas estratégicas” en sectores como energía, infraestructura, vivienda, minería y tecnología, pues “el país necesita proyectos que unan al sector público y privado alrededor de objetivos comunes”.

Desde el sector salud, Juan Pablo Rueda, presidente de Salud de Keralty, advirtió que la crisis de financiamiento amenaza la continuidad del modelo de aseguramiento, uno de los mayores logros sociales del país; señalando que “durante treinta años construimos un sistema que brinda cobertura casi universal financiando en promedio un dólar al día por persona. Hoy eso está en riesgo”.

Rueda explicó que el problema central radica en la falta de comprensión de las cifras y en la ausencia de liquidez, advirtiendo que “no se ha entendido el impacto del envejecimiento, las enfermedades crónicas ni los costos reales de la atención. Los recursos necesarios para estabilizar el sistema no equivalen a una reforma tributaria: se requieren entre cinco y siete billones de pesos. Pero sin liquidez y sin transparencia en las cifras, se pierden aseguradores y prestadores”.

Debido a ello, pidió cambiar el discurso oficial hacia el sector salud, al señalar que “no es cierto que el sistema sea ineficiente o corrupto” e insistió en que se deben “retener los buenos actores, invertir en prestación y devolverle confianza a los pacientes y a los empresarios que han sostenido el modelo”.

Por su parte, Javier Suárez, presidente de Davivienda, destacó la importancia de mantener una visión de construcción de país, incluso en medio de las diferencias con el Gobierno y puntualmente indicó que nuestra mirada es de largo plazo. Trabajamos con el Gobierno en los temas donde hay afinidad y con el sector privado donde hay oportunidades. Esa es la forma de construir país”.
Suárez señaló que, pese a las restricciones fiscales, la vivienda ha mostrado un comportamiento positivo gracias a las transferencias y a la compra de inmuebles por parte de colombianos en el exterior; añadiendo que “estamos viendo cifras históricas en ventas a migrantes. La vivienda demuestra que, incluso con recursos limitados, se pueden generar resultados si hay coordinación público-privada”.

Por último, Mauricio Rosillo, vicepresidente de Negocios de Bancolombia, coincidió en que el diálogo entre Gobierno y empresarios es clave para recuperar la confianza, explicando que “la política pública enmarca el corto, mediano y largo plazo. Si no hay diálogo público-privado, no hay confianza; sin confianza no hay inversión, y sin inversión no hay crecimiento”; y que debido a eso se deben superar las diferencias.
Rosillo resaltó que la estabilidad institucional debe entenderse más allá del Ejecutivo, dado que “también cuentan la rama judicial, el Congreso y los entes de control. Son los pesos y contrapesos que garantizan un entorno predecible para las decisiones económicas”. No obstante, reconoció que ha sido un camino de aprendizajes y de experiencias nuevas que seguramente fortalecerán al país para lo que viene y aún hay muchos temas por trabajar y resolver, varios de los cuales se evidenciaron en el panel anterior.

De esta forma, el mensaje común del empresariado fue claro y apuntó a que Colombia necesita confianza, estabilidad y proyectos concretos; ya que solo así podrá superar el rezago en inversión, fortalecer sectores estratégicos y recuperar el ritmo de crecimiento que hoy sigue amenazado por la incertidumbre.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/inversion-rezagada-y-falta-de-confianza-las-mayores-alertas-del-empresariado-colombiano-482757
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