La primera ‘batalla’

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Con los aranceles recíprocos, Trump desata una guerra comercial que distorsionará la economía global y en la que Colombia debe tener cautela.

Ayer en la Casa Blanca el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó la imposición de un arancel mínimo de 10% a todos los países, otro del 25% a carros y autopartes extranjeros, sumado a unos aranceles recíprocos específicos para cada socio comercial, dependiendo de lo que estas naciones les cobran a los productos norteamericanos. El mandatario llamó al anuncio el ‘día de la liberación’, en referencia a que Washington se “liberaría” de un sistema comercial supuestamente injusto con la economía estadounidense.

La ‘tabla’ que mostró Trump incluye tasas diferenciales para economías que la Casa Blanca califica como “malos actores” en la relación comercial con EE. UU. Los nuevos aranceles para la mayoría de importantes socios comerciales de Washington son más altas de lo que esperaban los analistas y los mercados: 34% para China, 20% para la Unión Europea, 24% para Japón, 25% para Corea del Sur, 32% para Taiwan, entre otros.

Canadá y México -dos de los principales socios de EE. UU. y sujetos de permanentes amenazas comerciales- quedaron excluidos en esta política de aranceles recíprocos. Otras economías con fuertes lazos con EE. UU. como el Reino Unido y Australia no se salvaron y recibieron tarifa del 10%. Colombia y otros países latinoamericanos como Brasil, Chile, Perú y Argentina quedaron en la lista de 10%.

Que Trump imponga estos aranceles no debe sorprender a nadie, ya que su postura comercial es conocida desde su primera administración y la campaña. No obstante, el nivel de este impuesto a las importaciones es considerado demasiado alto y seguramente generará represalias de estos países afectados, en especial China y la UE. Este “día de la liberación” no es más que la primera de muchas ‘batallas’ que vendrán en una guerra comercial global, cuyas consecuencias son aún hoy impredecibles.

Lo cierto es que el choque que esta andanada arancelaria de Washington desatará sobre la economía mundial y el intercambio comercial será drástico y doloroso. Trump lo justifica bajo la idea de que el fisco estadounidense recogerá dinero -que servirá para financiar los próximos recortes de impuestos- y que incentivará a muchas empresas a mover su producción y sus fábricas a territorio norteamericano, lo que dinamizará la economía.

Sin embargo, en el corto plazo, es probable que esta barrida comercial -la más agresiva en EE. UU. desde 1870- distorsione tanto las cadenas de suministros y materias primas que los precios de bienes básicos subirán para el consumidor promedio en EE. UU. A lo anterior hay que añadir los efectos- todavía inciertos- de las medidas retaliatorias de los principales socios comerciales. El crecimiento de la economía estadounidense se ralentizará mientras que los mercados resintieron los anuncios de ayer en la Casa Blanca. El ambiente económico en EE. UU. se ha venido deteriorando y eso podría afectar negativamente el respaldo popular del presidente Trump.

Al quedar en la tabla, Colombia debe actuar con cautela y, en primer lugar, se requiere mejor entendimiento sobre la magnitud de los impactos que esta decisión de EE. UU. tendrá sobre las ventas externas del país. La naturaleza generalizada de los aranceles -y Colombia está en el rango más bajo- no produce un deterioro de competitividad de productos colombianos y podría, tras un estudio detallado, incluso abrir algunas oportunidades específicas en el mercado de ese país. Sector público y privado deben trabajar en conjunto para mitigar efectos negativos a la economía colombiana.

FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER

Información extraída de: https://www.portafolio.co/opinion/editorial/opinion-portafolio-la-primera-batalla-627135

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