“Ante este panorama hay que apostar por transiciones justas. Los cambios de modelo productivo son inevitables, pero la pregunta es cómo llenarlos de justicia, protección y oportunidades. No se trata solo de sostenibilidad ambiental, sino también social y laboral. Las discusiones de la COP, explica, ya no se limitan a emisiones y metas climáticas, sino que empiezan a incorporar con más fuerza el impacto sobre los trabajadores”, destacó.
La tercera transición es tecnológica y, en particular, el desembarco acelerado de la inteligencia artificial generativa, que “hace cinco años no estaba en el debate, pero con la fuerza actual, la pregunta ya no es si la IA llegará al trabajo, sino cómo está transformando tareas, oficios y sectores completos. La OIT, junto con el Banco Mundial,
hizo un estudio regional para dimensionar ese impacto en América Latina”.
Las conclusiones del informe se alejan de los escenarios catastrofistas y destacan que sí habrá empleos que desaparezcan, pero serán una minoría, ya que lo que se proyecta, es que “uno de cada tres empleos casi se va a transformar” y debido a ello, muchas tareas se harán de forma diferente y que las personas deberán cambiar o ampliar sus competencias. “No todos serán desarrolladores, pero todos tendrán que entender y usar nuevas herramientas digitales”, manifestó.
Un aliado de la productividad
En el caso de Colombia, el estudio sugiere que la inteligencia artificial generativa podría mejorar la productividad alrededor de un 18%. Sin embargo, la cifra viene acompañada de una advertencia por cuenta de las decisiones pendientes, dado que la IA puede elevar la productividad, pero ese resultado no será automático y dependerá de políticas, inversiones y estrategias empresariales concretas.
Ítalo Cardona subraya que hace falta cerrar varias brechas para que esa promesa se vuelva realidad. La primera es de conectividad, cuestionando cuántas personas tienen acceso a Internet, con qué calidad de ancho de banda y para qué usan realmente sus dispositivos. La segunda es una brecha de género, porque “las mujeres siguen rezagadas” en el uso de herramientas digitales, lo que las deja en desventaja frente a un mercado crecientemente digitalizado.
En paralelo, recordó que persisten las viejas brechas del mercado laboral; como la informalidad, que sigue rondando la mitad de los ocupados y golpea con más fuerza a los jóvenes, que en muchos casos entran al trabajo por la puerta de la informalidad y nunca logran salir de allí. “La pandemia también reabrió las brechas de género en participación, después de años de avances y todo
esto exige políticas decididas de inclusión y protección social”.
Este experto cerró destacando que el Global Summit 2025, que se realizará en Bogotá esta semana, será para él una plataforma para sembrar esta reflexión y señaló que más que ofrecer recetas cerradas, su objetivo es invitar a los líderes empresariales y de gestión humana a tomar conciencia del momento.
“Los cambios que estamos viviendo son demasiado acelerados y en medio de esa velocidad se corre el riesgo de perder algo esencial, que es la cohesión social que sostiene a las sociedades y a sus economías”, concluyó.
Partiendo de que Colombia enfrenta al mismo tiempo el envejecimiento acelerado, la presión climática y la revolución tecnológica, todo sobre una base frágil de informalidad y baja productividad; esta voz experta cerró resumiendo que si el país apuesta por una transición sostenible, fortalece el diálogo social y se toma en serio la formación de competencias, la triple transición puede convertirse en motor de empleo digno y crecimiento.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/empleo/la-triple-transicion-que-reacomoda-el-mercado-laboral-ia-clima-y-demografia-presionan-a-colombia-483180