La triple transición que reacomoda el mercado laboral: IA, clima y demografía presionan a Colombia

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Para la Organización Internacional del Trabajo, el país debe empezar a apostar por una transición sostenible.

En el cierre de 2025, mientras los indicadores de empleo dan señales de resiliencia, la Organización Internacional del Trabajo advierte que el mercado laboral colombiano se está moviendo sobre un terreno mucho más complejo de lo que muestran las cifras y que más allá de los datos positivos, las empresas deben prepararse para transitar hacia un desarrollo sostenible, que se adapte, por ejemplo, a los nuevos desafíos tecnológicos.

En charla con Portafolio, Ítalo Cardona, director de la oficina de la Organización Internacional del Trabajo para los países andinos, destacó que el país enfrenta al mismo tiempo tres grandes transiciones que están reacomodando el mundo del trabajo; las cuales pasan incluso por temas demográficos.
Antes de hablar de proyecciones, Cardona insiste en volver a la base y recordó que en América Latina los dos problemas crónicos del mercado laboral siguen siendo la informalidad y la baja productividad; flagelos que compara con “dos vías de un ferrocarril” que deben avanzar juntas para que el sistema funcione; ya que sin ganancias de productividad, subraya, es difícil crear empleo formal y salir de ese círculo donde el autoempleo y el rebusque siguen dominando.
“Esa realidad se cruza hoy con una primera transición, la demográfica. La región, y en particular Colombia, se están poniendo un poco más viejos a una velocidad mayor de la prevista hace algunos años y la clásica pirámide poblacional comenzó a deformarse y, paradójicamente, nunca como ahora el país tendrá tantos jóvenes, lo que plantea enormes retos de inversión en capacidades y sostenibilidad de la seguridad social”, indicó.
Cardona advierte que esta ola juvenil no está siendo bien aprovechada si se tiene en cuenta que uno de cada cuatro o cinco jóvenes en la región “ni estudia ni trabaja”, no porque no quiera, sino porque no encuentra oportunidades reales de estudio y empleo y por eso “allí aparece un cuello de botella central en la transición escuela trabajo. Se están formando jóvenes que luego encuentran enormes dificultades para insertarse en un mercado que demanda otras competencias”.

Habilidades que no se encuentran

Por otra parte, el vocero de la OIT comentó que las empresas están buscando habilidades que muchas veces no aparecen en los entornos educativos locales y que familias y estudiantes invierten tiempo, dinero y esfuerzo en carreras que no siempre dialogan con las necesidades del tejido productivo; por lo que, “sin buena información vocacional ni orientación sobre demanda laboral, el resultado es frustración y subempleo”.
La segunda gran transición es la climática. Punto en el que Cardona enlaza este frente con el agotamiento de recursos, las tensiones sobre el uso del territorio y las decisiones que se toman a nivel global. Recuerda que, en los países andinos, buena parte de la economía sigue siendo extractiva y que si Europa decide, por ejemplo, comprar menos carbón, países como Colombia sienten el golpe de inmediato en su aparato productivo y en su empleo.

“Ante este panorama hay que apostar por transiciones justas. Los cambios de modelo productivo son inevitables, pero la pregunta es cómo llenarlos de justicia, protección y oportunidades. No se trata solo de sostenibilidad ambiental, sino también social y laboral. Las discusiones de la COP, explica, ya no se limitan a emisiones y metas climáticas, sino que empiezan a incorporar con más fuerza el impacto sobre los trabajadores”, destacó.

La tercera transición es tecnológica y, en particular, el desembarco acelerado de la inteligencia artificial generativa, que “hace cinco años no estaba en el debate, pero con la fuerza actual, la pregunta ya no es si la IA llegará al trabajo, sino cómo está transformando tareas, oficios y sectores completos. La OIT, junto con el Banco Mundial, hizo un estudio regional para dimensionar ese impacto en América Latina”.

Las conclusiones del informe se alejan de los escenarios catastrofistas y destacan que sí habrá empleos que desaparezcan, pero serán una minoría, ya que lo que se proyecta, es que “uno de cada tres empleos casi se va a transformar” y debido a ello, muchas tareas se harán de forma diferente y que las personas deberán cambiar o ampliar sus competencias. “No todos serán desarrolladores, pero todos tendrán que entender y usar nuevas herramientas digitales”, manifestó.

Un aliado de la productividad

En el caso de Colombia, el estudio sugiere que la inteligencia artificial generativa podría mejorar la productividad alrededor de un 18%. Sin embargo, la cifra viene acompañada de una advertencia por cuenta de las decisiones pendientes, dado que la IA puede elevar la productividad, pero ese resultado no será automático y dependerá de políticas, inversiones y estrategias empresariales concretas.

Ítalo Cardona subraya que hace falta cerrar varias brechas para que esa promesa se vuelva realidad. La primera es de conectividad, cuestionando cuántas personas tienen acceso a Internet, con qué calidad de ancho de banda y para qué usan realmente sus dispositivos. La segunda es una brecha de género, porque “las mujeres siguen rezagadas” en el uso de herramientas digitales, lo que las deja en desventaja frente a un mercado crecientemente digitalizado.

En paralelo, recordó que persisten las viejas brechas del mercado laboral; como la informalidad, que sigue rondando la mitad de los ocupados y golpea con más fuerza a los jóvenes, que en muchos casos entran al trabajo por la puerta de la informalidad y nunca logran salir de allí. “La pandemia también reabrió las brechas de género en participación, después de años de avances y todo esto exige políticas decididas de inclusión y protección social”.

Este experto cerró destacando que el Global Summit 2025, que se realizará en Bogotá esta semana, será para él una plataforma para sembrar esta reflexión y señaló que más que ofrecer recetas cerradas, su objetivo es invitar a los líderes empresariales y de gestión humana a tomar conciencia del momento.

“Los cambios que estamos viviendo son demasiado acelerados y en medio de esa velocidad se corre el riesgo de perder algo esencial, que es la cohesión social que sostiene a las sociedades y a sus economías”, concluyó.

Partiendo de que Colombia enfrenta al mismo tiempo el envejecimiento acelerado, la presión climática y la revolución tecnológica, todo sobre una base frágil de informalidad y baja productividad; esta voz experta cerró resumiendo que si el país apuesta por una transición sostenible, fortalece el diálogo social y se toma en serio la formación de competencias, la triple transición puede convertirse en motor de empleo digno y crecimiento.

Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/empleo/la-triple-transicion-que-reacomoda-el-mercado-laboral-ia-clima-y-demografia-presionan-a-colombia-483180
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