Llega la ‘Harris-nomics’

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Anoche la vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, recibió de manera oficial la nominación del partido Demócrata para la carrera hacia la Casa Blanca. Tras un mes de haber sustituido al actual presidente, Joe Biden, en la fórmula, la política californiana le ha dado la vuelta a la campaña, ha dinamizado a las bases de los demócratas y ha puesto a la defensiva al expresidente republicano Donald Trump.

Luego de cuatro años a la sombra de Biden, la vicepresidente Harris enfrenta complejos desafíos como presentarse a un buen número de votantes que todavía no la conocen ni votaron por ella en menos de tres meses. Además, le corresponde proyectar una visión optimista y de futuro para una nación como la norteamericana, donde dos de cada tres ciudadanos creen que va por mal camino. Precisamente, dentro de estos retos está la presentación de una agenda económica creíble que disipe ese malestar general de los votantes.

Si bien el pulso Kamala Harris versus Donald Trump no tiene antecedentes ante ese retiro tardío de Biden, el peso de los asuntos económicos en la definición de la preferencia electoral sí cuenta con un histórico recorrido. De hecho, uno de los argumentos con los que Trump iba derrotando al expresidente Biden era en la confianza de los votantes en el manejo de la economía. Aunque la llegada de la vicepresidenta como aspirante ha cerrado esa brecha, la inflación sigue siendo una de las herencias del cuatrienio Biden que Harris tendrá que cargar.

La economía es uno de los temas principales de esta campaña presidencial en EE. UU. y, dentro de esa sombrilla, específicamente el costo de vida. Mientras la tasa de inflación ha venido bajando para los consumidores norteamericanos, también es cierto que los precios de los bienes básicos se mantienen más altos que antes de la pandemia. Y lo más grave es que los votantes culpan de esa situación a la administración Biden-Harris.

Por esa razón, en su primer discurso económico de hace unos días, la candidata demócrata se concentró en los “altos costos que importan a la mayoría”. No obstante, las primeras propuestas delineadas por Harris apuntan a un tono más bien populista y anti-empresarial que empieza a despertar preocupación. La vicepresidenta impulsará desde la Casa Blanca estrategias de “control y fijación de precios” contra las empresas de alimentos e incluso los supermercados y cadenas de venta de productos básicos.

Si la historia de esas políticas en EE. UU. es referente, estos esfuerzos no han dado buenos resultados. Además, podrían conducir a escasez de productos y a más subidas en los precios. Harris, asimismo, continuará la política de subsidios a los hogares -que podrían aliviar el apretón- y de aumentos de los impuestos en unos 5 billones de dólares.

En materia de la tasa impositiva para las empresas, se plantea subirla de 21% a 28%, en contraste con su contendor Donald Trump, que prometió extender sus recortes impositivos. En construcción de vivienda, Harris apunta a estímulos que, mezclados a los subsidios para los compradores de sus primeras casas, podrían desembocar en alzas de costos de las unidades.

Si por el lado de la “Harris-nomics” se han despertado alertas ante la continuidad de las políticas de Biden que ayudaron a la inflación, por los de la “Trump-nomics” no escampa. El ex presidente ha insistido en su abordaje proteccionista, aranceles a productos importados, mayor intervención del Estado en la economía y desregulación en áreas como la energía. En conclusión, con marcadas diferencias en impuestos y en lo social, ambas campañas buscan enfrentar la inflación con un coctel de intervención estatal y control a las empresas.

FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER

Información extraída de: https://www.portafolio.co/internacional/llega-la-harris-nomics-editorial-611749

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