Juan Carlos Orrego, experto en emergencias y desastres, aseguró que la mayoría de las inversiones en gestión de riesgo se dan para recuperación.
A propósito de las contingencias por desastres naturales que están ocurriendo en diferentes partes del país, como los múltiples incendios, la atención a las políticas de mitigación empezaron a avivarse.
En conversación con Portafolio, Juan Carlos Orrego, experto en emergencias y desastres, aseguró que el país necesita empezar a hacerle frente a la educación ciudadana para la mitigación del riesgo, así como también fortalecer las capacidades de inversión.
¿Qué se debe plantear ante el desastre natural?
Es necesario fortalecer la educación y conciencia. Es un punto fundamental poder construir la cultura de reducción de riesgos y preparación para los desastres. El segundo punto es fortalecer las normatividades, tanto para hacerlas cumplir como para ponerlas a tono con las nuevas realidades.
En el caso de los incendios forestales, estamos ante una nueva generación que hoy por hoy es mucho más rápida, intensa y simultánea.
¿Qué dinámicas ve?
Los incendios están cruzando las interfaces urbano-rurales. Tanta ocupación de territorio, como en el caso de Cundinamarca, fácilmente se pasa de la zona urbana a la rural. Es necesario trabajar los aspectos de organización, planificación y desarrollo.
¿Cómo ve las inversiones en mitigación de riesgo?
En el país se están haciendo inversiones absolutamente grandes, y cada vez los desastres están siendo más costosos. Países como Colombia tienen una maqueta de inversión que no funciona bien, porque cerca del 70% se destina para respuesta a emergencias y procesos de recuperación. Un 22% de la inversión está orientada a acciones de reducción de riesgos, y cerca del 8% a conocimiento.
Los países desarrollados han cambiado la maquinaria de inversión, porque se necesitan acciones de conocimiento y reducción. Por lo menos una maqueta que fuera del orden de un 25% en conocimiento de riesgos, un 40% en reducción, y un 35% en respuesta a recuperación, sería una inversión mucho más eficaz.
El país no está haciendo inversiones sistemáticas, por ejemplo, en construcción de cultura de conocimiento de riesgo y educación de la población.
Para las capacidades que hay se requiere de gobernanza y más inversión pública. Por ejemplo, 32 de los 322 municipios de Colombia no cuentan con cuerpo de bomberos. Bogotá está invirtiendo $30.000 por habitante año, Manizales y Medellín el orden de $27.000 habitante año, pero la inmensa mayoría de municipios del país están invirtiendo entre $2.000 y $5.000.
Esa es una matriz que demuestra que no hay un esfuerzo fiscal en los municipios, acorde a lo que impone el cambio climático.
¿Es viable pedir la ayuda financiera internacional?
La comunidad internacional siempre ha estado interesada en aplicar los esfuerzos en la mitigación de riesgos. Pero en realidad los recursos de la cooperación son limitados. El problema real es la eficiencia en la gestión pública. No siempre el desafío es de recursos, el problema es de la capacidad de gobernar.
Lo que debe hacer la Unidad Nacional es promover una descentralización de la gestión de riesgos y desarrollar las capacidades en municipios y departamentos para enfrentar la crisis. Y en eso es donde está fallando.
¿Los gastos subirán?
Colombia en los últimos 15 años presenta un gasto muy alto en respuesta a desastres y reconstrucción. En La Niña, conocida como Ola Invernal en 2010-2011, que fue hace ya 14 años, se han demandado más de $8,9 billones en acciones de respuesta y reconstrucción. El Niño 2015 – 2016 generó daños estimados en $4,4 billones. La Niña 2021 – 2023 produjo daños superiores a $22 billones y los gastos en respuesta fueron de $2,2 billones. Hay que revisar la calidad del gasto.
¿Qué riesgos hay para los sectores económicos?
Hay impactos en el aumento del precio de electricidad, por poca oferta hídrica. En la parte humana, por trastornos nutricionales y enfermedades infecciosas, porque cuando el agua escasea, la posibilidad de contaminación es mucho mayor.
Hay un impacto importante es el desabastecimiento de sistemas de suministro de agua. Otro es el de los incendios forestales por aumento de temperatura, que es crítico. Y hay que mencionar los efectos en la producción agropecuaria, por los cambios en los rendimientos del sector y la proliferación de plagas.
¿Deberían invertir para tener vías seguras?
Fenómenos como El Niño generan efectos diferenciados en el territorio. Hay partes del país donde se presentan excesos hídricos que afectan las vías. Internacionalmente, la idea es siempre garantizar los trazados viales, tanto de los proyectos nuevos como de los viejos. Hacen un análisis de riesgos detallados.
En Colombia hay muchos de los proyectos de inversión, sobre todo de infraestructura vial, no tienen los estudios suficientes. Falta hacer el conocimiento adecuado de los riesgos y diseñarlas con base en las circunstancias que pone la geografía.