Los recientes datos del Dane reafirmaron el mal momento de la minería y la construcción y su impacto negativo en el PIB.
La fotografía que dejó el segundo trimestre de 2025 para la economía colombiana tiene un dato central y es que el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,1% anual, según las cifras preliminares del Dane, lo cual es un avance menor de lo esperado, que estuvo sostenido por el consumo y algunos servicios, pero en el que dos motores históricos del crecimiento se convirtieron en un verdadero freno para la actividad económica.
Se trata de la explotación de minas y canteras y la construcción, dos renglones de la economía que más allá de ser culpables del lento crecimiento, son el resultado de las políticas que ha impulsado el presidente Gustavo Petro para apoyar las energías renovables, y de los efectos del fin de varios subsidios importantes, debido a la crisis fiscal
En lo que respecta al primero, el balance de la autoridad estadística señala que registró una caída del 10,2% frente al mismo periodo de 2024; con un descenso generalizado en carbón (-14,6%), minerales metálicos (-20%) y petróleo y gas (-6,9%). Así las cosas, dichas actividades completan más de un año entre altas y bajas, que tienen paralizada a toda una industria desde que Petro llegó al poder.
Dos motores apagados
Este fue un retroceso que, de acuerdo con el presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Juan Camilo Nariño, no debe tomarse a la ligera, ya que está estrechamente relacionado con un entorno de regulaciones restrictivas y un clima de incertidumbre que desincentiva la inversión.
“El resultado es menos empleo, menos desarrollo y menos competitividad, especialmente en las regiones más vulnerables”, advirtió.
En el caso de la construcción, la contracción fue del 3,5% anual. Dentro del sector, la construcción de edificaciones residenciales y no residenciales se desplomó un 9,7%, afectada por la reducción de programas como Mi Casa Ya, mientras que solo las obras civiles mostraron un avance significativo del 9,6%, impulsadas por megaproyectos como la primera línea del metro de Bogotá.
Para el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, esto refleja que el sector ha perdido parte de su capacidad de dinamizar la economía a través de encadenamientos productivos y empleo, quedando sostenido en un puñado de proyectos específicos.
No hay que pasar por alto que estos dos sectores han sido tradicionalmente pilares del PIB, generando ingresos, empleo y encadenamientos con otras actividades. Sin embargo, el segundo trimestre de este año mostró que su bajo desempeño está teniendo un efecto neto negativo sobre el crecimiento.
Para analistas como el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, todo lo sucedido se puede resumir de forma contundente, reafirmando que “Colombia debe aspirar a crecer mucho más. La minería y la construcción no pueden seguir en terreno negativo si queremos llegar al 3% anual”.
Restrepo plantea que, en el caso de la construcción, la eliminación de subsidios a vivienda VIS y No VIS (subsidio a la tasa) ha pasado una factura costosa, frenando el mercado habitacional y la inversión privada; mientras que en minería advierte sobre la necesidad de dejar de estigmatizar la actividad y verla como un sector clave que puede convivir con estándares ambientales.
Para analistas como el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, todo lo sucedido se puede resumir de forma contundente, reafirmando que “Colombia debe aspirar a crecer mucho más. La minería y la construcción no pueden seguir en terreno negativo si queremos llegar al 3% anual”.
Restrepo plantea que, en el caso de la construcción, la eliminación de subsidios a vivienda VIS y No VIS (subsidio a la tasa) ha pasado una factura costosa, frenando el mercado habitacional y la inversión privada; mientras que en minería advierte sobre la necesidad de dejar de estigmatizar la actividad y verla como un sector clave que puede convivir con estándares ambientales.
Un panorama más amplio
Mirando los datos en general, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, destacó que el 2,1% de crecimiento estuvo por debajo de las expectativas del mercado (entre 2,6% y 3,2%) y del propio Banco de la República (más de 2,5%).
Para él, la contracción en minería y construcción es parte central de la explicación subrayando que la caída en edificaciones fue tan profunda que ni el dinamismo de las obras civiles logró compensarla, y que la minería sigue golpeada, especialmente en carbón y petróleo.
La visión gremial coincide en que la pérdida de dinamismo de estos sectores no es un fenómeno coyuntural, ya que la minería acumula un año y medio de caídas, según la Andi, y la construcción arrastra varios trimestres de retrocesos, afectada por la lenta recuperación de la inversión en capital fijo, que en el segundo trimestre apenas creció un 1,7%.
También hay que decir que no todo es negativo en el análisis y, por ejemplo, para el economista de BBVA Research, Mauricio Hernández, aunque el PIB trimestral fue de 2,1%, algunos indicadores líderes muestran un arranque más fuerte en julio, con repuntes en ventas de automóviles, confianza del consumidor, licencias de construcción y transporte de carga.
Desde su perspectiva, “esto podría anticipar cierta recuperación en la construcción, aunque advierte que existe un desfase natural entre la aprobación de licencias y la ejecución de obras. La clave estará en que las señales positivas se consoliden y que las exportaciones no tradicionales resientan menos de lo previsto los nuevos aranceles de Estados Unidos”.
Este experto también enfatiza en que el gasto público debe mantener su buen ritmo de ejecución para no perder el impulso, dado que algunos indicadores como las obras civiles, mostraron una leve mejoría que le puede ayudar a la economía.
Resultados mixtos
Si bien a la minería y a la construcción no les fue bien, no hay que pasar por alto que otros sectores mostraron un desempeño sólido en el segundo trimestre de 2025, como fue el caso del comercio, el transporte, el alojamiento y la restauración; que crecieron 5,6%, impulsados por una recuperación del consumo y estrategias comerciales agresivas, lo que aportó más de un punto porcentual al crecimiento total del Producto Interno Bruto.
También destacó el sector agropecuario, que avanzó 3,8% gracias a la fortaleza de la ganadería y la pesca, pese a la caída en el café; o las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación que crecieron 7,5%, consolidando su papel como uno de los motores emergentes de la economía.
Así mismo, las actividades inmobiliarias han mostrado una mayor estabilidad y Mario Ramírez, presidente de Fedelonjas, resaltó que el sector creció un 2% en el primer semestre y en el segundo trimestre, aportando 0,2 puntos porcentuales al PIB; gracias a las mejores condiciones financieras y a un menor costo de vida en comparación con 2024, lo que ha facilitado el acceso a crédito y la compra de bienes raíces.
En el frente del gasto, la demanda interna creció 4,2%, con un consumo de los hogares en alza del 3,7% y un gasto del gobierno que aumentó 3,9%. Dentro del consumo privado, los bienes durables y semidurables registraron incrementos notables, mientras que la inversión en maquinaria y equipo creció 11,6%, señal de que algunos sectores productivos apuestan por ampliar y modernizar su capacidad instalada.
De esta forma, la conclusión es clara y apunta a que minería y construcción han pasado, por diferentes razones, de empujar a frenar el crecimiento económico de Colombia; mientras que su recuperación no es solo deseable, sino necesaria para que el país aspire a tasas más altas y sostenibles de expansión.
Tanto los inversionistas, como los analistas y gremios, sostienen que mientras eso no ocurra, el peso de su rezago seguirá restando velocidad a la economía, limitando el potencial de otros sectores y dejando al consumo la tarea de mantener a flote el PIB.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/crecimiento/mineria-y-construccion-pasaron-de-motor-a-freno-del-pib-en-el-segundo-trimestre-de-2025-637807
