A través de realidad aumentada, el juego utiliza la tecnología para acercar a las personas al conocimiento y a la apropiación de la naturaleza.
Explorar y conocer la variedad de especies de aves, peces, macroinvertebrados, mamíferos y flora que rodean las cuencas que conectan la Sierra y la Ciénaga Grande de Santa Marta, en el Magdalena, ahora será posible a través de un ilustrativo juego hecho con realidad aumentada: Magdalena Salvaje.
En este juego, que contiene 40 cartas, hay una descripción detallada de la especie y una animación que puede visualizarse a través de una aplicación de realidad aumentada, utilizando la tecnología para acercar las personas al conocimiento y apropiación de la naturaleza. Además, la aplicación ofrece un ‘quiz’ para medir los conocimientos adquiridos y desbloquear más cartas, mientras que la versión física del juego incluye diversas opciones para disfrutar en grupo.
El desarrollo de Magdalena Salvaje se enmarca en una estrategia de divulgación científica dirigida a niños, jóvenes y comunidades del corredor Sierra Nevada y Ciénaga Grande de Santa Marta. Está basado en los resultados de un monitoreo de biodiversidad realizado en 2021 por un equipo de 17 investigadores y estudiantes, en las zona bananera y cafetera de las cuencas de los ríos Frío y Sevilla. Este estudio, pionero en la región, fue liderado por WWF Colombia, con el apoyo de la Universidad del Magdalena y la Universidad del Atlántico, y se desarrolló dentro del proyecto “Producción de banano convencional ambiental y socialmente sostenible” que WWF ha implementado desde 2014.
Una iniciativa por la conservación
Durante el estudio, se establecieron estaciones de muestreo en la cuenca baja, donde se cultiva banano, y en la cuenca media, dedicada al cultivo de café. Las estaciones de referencia permitieron comparar áreas con menor intervención humana frente a las zonas productivas, utilizando métodos que incluyeron cámaras trampa, identificación de huellas y rastros de mamíferos, y observación de aves.
El monitoreo reveló la presencia de 12 especies de mamíferos, incluyendo huellas de jaguar y registros de puma, ambos indicativos de ecosistemas mejor conservados. En cuanto a las aves, se identificaron 123 especies en la zona cafetera y 78 en la bananera, destacando la presencia de aves endémicas y migratorias. La flora también mostró mayor diversidad en la zona cafetera, con 90 especies frente a 46 en la zona bananera, lo que ofrece valiosa información para futuros proyectos de restauración ecológica.
El estudio también destacó un índice de calidad ecológica del agua basado en la presencia de macroinvertebrados y peces, encontrando que el 46,9% de las 32 especies de peces identificadas son endémicas, es decir que solo se encuentran allí.
Magdalena Salvaje no es solo un juego, sino una poderosa herramienta educativa que conecta a las comunidades con su entorno natural, promoviendo el conocimiento y la apropiación del territorio. Después de todo, no podemos cuidar lo que no conocemos, y con este tipo de iniciativas, damos un paso más hacia la conservación de nuestra biodiversidad.
Información extraída de: https://www.wwf.org.co/?393950/Magdalena-Salvaje-juego-de-cartas-en-realidad-aumentada