Más de $100 billones costaría erradicar la pobreza y pobreza extrema

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Un análisis de la Universidad Javeriana advierte que es necesario optimizar el uso de los subsidios al luchar contra este flagelo.

Si bien la pobreza y la pobreza extrema en Colombia han sido dos flagelos que han caído desde la pandemia hasta los días actuales, las cifras del Dane evidencia que sigue latente, especialmente en las regiones más apartadas y que los esfuerzos del Gobierno Nacional y los gobiernos regionales ayudan, pero no son eficientes a la hora de generar resultados.

Teniendo en cuenta que la línea de pobreza se encuentra en $435.375 y todo aquel que esté por debajo de ella se considera pobre, hay que decir que el 33% de los colombianos se encuentran en esta condición en términos generales, mientras que en centros poblados y rural disperso sube al 41,2%.

Para el caso de la pobreza extrema, que agrupa a todos aquellos que ganen al mes $218.846 o menos, los datos oficiales resaltan que el 11,4% de las personas están en esta condición a nivel nacional, mientras que en las áreas rurales y regiones apartadas llega a un 19,8%; con corte a 2023.

Un alto costo

Partiendo de esta realidad, en el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana se dieron a la tarea de revisar qué tanto le cuesta actualmente la pobreza y la pobreza extrema a Colombia y la cantidad de recursos que se debe invertir para superar totalmente esta realidad y generar equidad para todos los colombianos.

La pobreza monetaria ocurre cuando una persona no tiene suficientes recursos económicos al mes para cubrir lo básico como comida, servicios y otros gastos esenciales. Si alguien en un hogar gana menos de esta cantidad, se le considera en pobreza monetaria. La pobreza extrema, en cambio, es cuando el ingreso no alcanza ni para comprar los alimentos necesarios para sobrevivir”, explicaron.

En una primera mirada del manejo actual que se le está dando a la pobreza en el país, los investigadores se centraron en los programas de renta básica, que para ellos es una ayuda económica que el Estado podría dar a las personas para que puedan cubrir sus necesidades básicas y su objetivo es asegurar un nivel de vida mínimo a la gente.

No obstante advierten que en Colombia, la implementación de una renta básica podría cambiar la forma en que las personas buscan y aceptan empleos, ya que ante la necesidad económica, hay muchas personas que se ven obligadas a aceptar un trabajo de pésimas condiciones con jornadas largas y bajos salarios. Debido a esto, ponen sobre la mesa una primera alerta para trabajar.

“Actualmente, más del 30% de la población en Colombia se encuentra en esta situación, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), lo que significa que garantizar un ingreso para estos hogares requeriría una gran cantidad de recursos públicos. Para financiarlo, el gobierno podría necesitar aumentar impuestos o reasignar fondos de otros programas sociales”, destacaron.

Con base en eso, contaron que hay un desafío importante para el país, dado que aunque la renta básica podría mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables, también es fundamental evaluar su sostenibilidad financiera y su impacto en el presupuesto del país, especialmente en estos momentos donde el balance de caja no es el mejor.

Partiendo del estado actual de las cosas, el informe dice que con una política de ingreso básico universal y un presupuesto anual de $1 billón, se podría sacar a 382.522 personas de la pobreza extrema. Sin embargo, para eliminar por completo la pobreza extrema en Colombia, se necesitaría un presupuesto total de $18,8 billones al año.

“Con ese mismo presupuesto de $1 billón al año, se podrían ayudar a 191.876 personas a superar la pobreza. Pero, para erradicar la pobreza en general, el costo anual sería mucho mayor y alcanzaría los $87,4 billones”, agregaron.

Diversas posibilidades

De cara hacia el futuro y los costos que se podrían originar, en el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana plantearon tres escenarios en los cuales el costo fiscal varía, ya que, por ejemplo, para erradicar la pobreza extrema, los montos estimados oscilan entre $11 billones y $19 billones, mientras que para la pobreza monetaria van de $41 billones a $87 billones, dependiendo del esquema de financiamiento adoptado por el Gobierno.

En los escenarios de mayor costo fiscal, es fundamental considerar los efectos sobre el mercado laboral. Como se mencionó, una renta básica podría aumentar el salario de reserva, mejorando las condiciones de trabajo, pero también reduciendo la participación laboral”, informaron.

Todos estos escenarios se diseñaron con base en un modelo bajo el cual, el Gobierno generaría unas tasas impositivas para la atención de la pobreza y diría cómo se obtendrían y redistribuirían los ingresos para eliminar la pobreza en diferentes contextos fiscales.

Por ejemplo, en uno de los casos, proponen un escenario con una tasa del 19%, inspirado en la estructura del IVA. En este caso, parte del financiamiento de la renta básica provendría de una reasignación de los recursos públicos, utilizando ingresos ya recaudados en lugar de crear nuevos impuestos.

“Con este mecanismo, se estima que erradicar la pobreza extrema costaría $12,5 billones anuales, mientras que eliminar la pobreza monetaria requeriría $50,2 billones, equivalentes al 2,5% y 10% del Presupuesto General de la Nación de 2024, respectivamente”, indicaron.

Finalmente, los expertos enfatizaron en la importancia de mejorar la eficiencia del gasto público, revisando la asignación de recursos y asegurando que contribuyan efectivamente a reducir la desigualdad por medio de estrategias como un presupuesto por resultados, que podría incentivar a que las ayudas se conviertan en herramientas de desarrollo.

“En Colombia, aunque han existido programas como Familias en Acción y Colombia Mayor, junto con otras iniciativas gestionadas por el Departamento Administrativo para la Prosperidad Social y el Ministerio de Igualdad, la pobreza sigue siendo un desafío central en la agenda del gobierno”, contaron.

Así las cosas, cerraron sugiriendo que se preste más atención a los casos de éxito en el exterior, especialmente en América Latina, que si bien reconocen que son limitados, tienen referentes como Brasil o Uruguay, donde han contribuído enormemente a la superación de la pobreza y la pobreza extrema.

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