Los compromisos del Presupuesto llegaron a 80,8% de recursos asignados, equivale a $406,7 billones de $503,6 billones que se tenían previstos, el Gobierno sigue sin ejecutar.
La noticia es muy mala para un país con índices de pobreza tan alta y con bajo crecimiento económico como es Colombia: la ejecución presupuestal al pasado noviembre es la más baja desde 2019 como obligaciones y la segunda más baja como compromisos, es decir, la administración central no encuentra el camino para gobernar y mostrar realizaciones evidentes.
El Ministerio de Hacienda dio a conocer la semana pasada que los compromisos del Presupuesto General de la Nación llegaron a 80,8% de recursos asignados, la cifra equivale a $406,7 billones de $503,6 billones que se tenían previstos.
Dicho de otra manera, el Gobierno obligó 71,1% del PGN hasta noviembre y estuvo por debajo de lo registrado en 2020, el año de la pandemia, con 71,3%. En el mismo periodo del año pasado, el Gobierno ya había obligado 79,4% del PGN. A los ojos de la empresa de análisis de datos Dapper, de los $406,7 billones que están comprometidos, hubo obligaciones por $358,2 billones, y de esta cantidad ya se pagó 98,6%, es decir, $353 billones.
De la totalidad de los pagos, $75,7 billones se destinaron a pagar deuda, 80,1% del total anual que está programado. El portal de Transparencia Económica de la misma Presidencia de la República muestra rezago en la ejecución del recientemente creado Ministerio de la Igualdad, solo 3,11% de $1,8 billones asignados para 2024, tiene obligaciones por $56.013 millones, de los cuales ha pagado $54.169 millones; en pocas palabras, hay más de $1,5 billones parados, guardados en el sistema financiero o en las arcas del Estado en medio de millones de necesidades de inversión.
Es inexplicable cómo el Icbf también tiene una ejecución de 79,28%, muy por debajo de las necesidades de su sector. La misma Presidencia tampoco da ejemplo de ejecución presupuestal: con solo 17,32% de los $3,03 billones asignados, ha obligado solo $717.279 millones a menos de un mes de terminar el año. Una a una las carteras, todas se rajan en no hacer uso del dinero exigido: Ministerio del Deporte (25,71%), Ministerio del Interior (29,28%), Ministerio de Ambiente (30,24%), Ministerio de Agricultura (38,99%) y Ministerio de Hacienda (45,14%). Saca la cara el Ministerio de Salud, con una ejecución presupuestal de 93,05% de $59,62 billones que le correspondieron a la cartera este año, ha obligado $55,48 billones.
También el Ministerio de Educación (88,01%); Ministerio de las TIC (85,16%); Cancillería (76,82%); Ministerio de Ciencia (73,73%); Ministerio de Justicia (67,71%) y Ministerio de Vivienda (65,85%). La tragedia para la economía colombiana es justamente esa: no saber administrar los muy escasos recursos públicos que tanto les cuestan a los contribuyentes; dicho de otra manera, se recaudan cuantiosos impuestos con el argumento de hacer inversión social, pero los funcionarios son incapaces de ser eficientes.
La conclusión es muy simple: no saber ejecutar un presupuesto asignado es no saber gerenciar, administrar lo público. En el sector productivo, en donde las juntas directivas están encima de las presidencias y gerencias, auscultando su gestión, es evidente que si no se invierte bien el dinero privado, la vida útil de la alta gerencia es mínima y se debe ir de una compañía por mala gestión.
El Gobierno Nacional está ad portas de decretar un presupuesto histórico de $523 billones para 2025, pero tiene mucho dinero sin ejecutar aún de 2024, una situación que debe ahuyentar la idea de una nueva reforma tributaria.
Información extraída de: https://www.larepublica.co/opinion/editorial/no-ejecutar-los-presupuestos-es-no-saber-gerenciar-4017257