La desaceleración registrada es uno de los factores que llevaría a una reducción del IPC, que se espera cierre el año entre 9% y 11%
Pese a la desaceleración económica, el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) se ubicó en 120,46 en mayo y creció 0,65% anual, con una mejora frente a la contracción de abril.
Pese a la leve mejoría, aún persistirían señales de desaceleración para el segundo semestre de 2023. De hecho, de acuerdo con un informe de Bancolombia, en parte la desaceleración es lo que llevaría a una reducción del IPC que se espera cierre el año entre 9% y 11%.
Desagregando por sectores, hasta el momento, y en lo que resta del año, se espera un mejor comportamiento en servicios. Por el contrario, en cuanto al mercado primario y secundario, estos no tendrían la mejor tendencia debido a El Niño.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, se refirió al resultado del ISE y agregó que “estas cifras muestran una marcada desaceleración de la dinámica productiva, que se alinea con las acotadas proyecciones de crecimiento del PIB para 2023 de distintos centros de pensamiento, que van de 0,6% a apenas 1,5%, en el caso más optimista”.
Y es que, aunque es cierto que el indicador mejoró, el empresario enfatiza en que el crecimiento de 1,68% en el ISE entre enero y mayo no ha sido suficiente. De hecho, en el mismo periodo de 2022 el crecimiento anual fue de 10,31%.
Entre los factores que aún mitigan lo que podría ser una mayor contención de la desaceleración, Mac Master señaló que “la economía ya está golpeada por la inflación y el desempleo, que en mayo cerró en 10,5%. Tampoco se puede descartar el efecto de la reforma tributaria sobre hogares y empresas”.
En esa línea, David Cubides, director de investigaciones de Alianza, considera que aún con el rebote en el quinto mes del año, las perspectivas de crecimiento para 2023 siguen bajas.
“Vimos una recuperación en mayo frente a los primeros meses. Sin embargo, esto es un repunte en el margen. Creemos que aún habrá una tendencia bajista en la actividad económica que llevará a un crecimiento tenue al cierre del año, de 1,5%”.
Según el informe presentado por el Dane, el grupo de mayor aumento fue el de las actividades primarias, que se ubicó en 100,62, lo que representó un crecimiento de 1,26% respecto al mes de mayo de 2022. Este grupo incluye agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; y explotación de minas y canteras.
Mientras tanto, las actividades secundarias, que comprenden las industrias manufactureras y la construcción, tuvieron un crecimiento anual de 0,58% y uno mensual de 2,64%.
Por último, las actividades terciarias tuvieron una variación de 0,56% anual en mayo, llegando a 129,38. En este grupo, las que más crecieron fueron las actividades financieras y de seguros (2,49%), suministro de electricidad, gas y agua (1,98%) y actividades inmobiliarias (1,95%). Mientras tanto, las que tuvieron contracciones fueron comercio al por menor y al por mayor (-2,47%) y actividades profesionales, científicas y técnicas (-0,75%).
Sobre el comportamiento sectorial, Gustavo Acero, economista principal del Banco de Bogotá, resaltó el comportamiento de los servicios. “Lo que estamos viendo es que servicios sigue siendo el atenuante de la aceleración. Es decir, los servicios inmobiliarios, financieros y públicos están mitigando la magnitud de la desaceleración económica. Esa es la tendencia que vamos a ver en lo que queda del año, un sector de servicios robusto, mientras que el sector primario y secundario se mantendría débil”.
José Ignacio López, director de estudios económicos de Corficolombiana, coincide en que el resultado del ISE estuvo por encima del esperado, y sobre la dinámica sectorial destaca el caso de la construcción, el cual “tuvo un comportamiento por encima del esperado y mostró señales de recuperación para el quinto mes del año”.
