No obstante, analistas advierten que hay riesgos latentes que no se pueden descuidar.
Durante la Asamblea 50 de Anif, que se realiza en Bogotá, Laura Clavijo, directora de este equipo, aseguró que para nadie es un secreto que hay un mejor comportamiento y además de los ajustes para este año, consideran que de cara al 2025 el crecimiento rondará el 2,6% en su variación anual, dato que si bien es bueno, es de los más cautos respecto al rango entre 2,8% y 3% que se han conocido desde otros centros de análisis.
“Hay una divergencia entre las visiones y análisis de los datos que ha venido mostrando la economía, ya que está claro que vamos avanzando, pero esto es gracias a la caída en las tasas de interés y de la inflación, punto con el que arranca todo, mientras que nos falta avanzar en frentes como la inversión y la generación de confianza”, indicó Clavijo.
La directora de Investigaciones Bancolombia calificó como tímidas las señales de recuperación e hizo énfasis en que este año ha dependido de factores como el agro, que si bien ha tenido un buen desempeño en el contexto reciente, ha mostrado en sus balances que no tiene un comportamiento estable, situación que derivaría en un ritmo lento hacia adelante.
“El agro si duda ha sido protagonista en el 2024, pero recordemos que se está comparando con un 2023 que fue muy pobre y ayuda a que las cosas se vean mejores. En este sentido, creemos que hay que salir a buscar cómo fortalecemos esos sectores que también son fundamentales para impulsar el crecimiento económico, partiendo de, por ejemplo, que están creciendo las inversiones”, agregó.
Otro de los caminos que Laura Clavijo resaltó como fundamentales para recorrer en los meses que vienen, tiene que ver con los mensajes de estabilidad y disciplina fiscal que hay que enviar al mercado, explicando que sucesos como los recortes presupuestales o las proyecciones sobreestimadas, acaban minando la imagen de seguridad que transmite el país a los inversionistas y mercado en general.
“Hay que dejar de hablar de presupuestos desfinanciados y de subejecución presupuestal y, por el contrario, centrarnos en hablarle a los actores de la economía en términos que generen certidumbre y que brinden un panorama claro hacia el futuro. Solo de esta forma podremos apuntarle a un mejor crecimiento hacia adelante”, acotó.
Por último, la economista centró su atención en el estado de las obras de infraestructura del país y lanzó una alerta respecto al bajo nivel de adjudicación y los efectos que esto podría tener en la economía hacia el futuro, principalmente en la generación de empleo y los niveles de inversión que derivarían en un paso lento del crecimiento más largo de lo necesario.