El Emisor calcula varios factores, entre los que están el envejecimiento de la población e incremento de la demanda de servicios de salud.
El Banco de la República lanzó un informe sobre el costo fiscal que tendrá la salud con referencia a 2030, teniendo en cuenta variables como el envejecimiento y el incremento de la demanda de servicios de salud. Asimismo, el Ministerio de Hacienda calculó los costos de la salud de los próximos años en un escenario de implementación de la reforma que cursa en el Congreso de la República.
En primer lugar, el estudio del Emisor calcula varios factores, entre los que están el envejecimiento de la población, incremento de la demanda de servicios de salud y “el propósito político de igualdad de los beneficios entre los planes contributivo y subsidiado”. El reporte encontró que estas variables pesarán al menos 6,8% en materia de recursos en el Producto Interno Bruto (PIB) en 2030. El pronóstico se hace sin contar gastos de inversión en infraestructura, salud pública y prevención.
El Emisor sostiene que “esto implica un reto de política pública para garantizar la sostenibilidad del sistema, que es una característica esencial de un sistema de aseguramiento en salud”. En un escenario inercial, sin contar los ítems evaluados, el costo del sistema de salud dentro de los próximos seis años pesará 5,8% en el Producto Interno Bruto.
Los recursos de la reforma
Uno de los puntos de encuentro entre el Emisor y el Minhacienda es que los costos en materia de salud van a aumentar. Según la cartera, un escenario de implementación de reforma a la salud para 2030 provocará un peso en el PIB de alrededor de 6,2% en gasto de salud.
Se estima que a partir de este año, el sector salud sumará $92,3 billones en gasto con la reforma. Dado en otras cifras, el sistema de Salud de Colombia tendrá en 2024 un costo adicional de $929.000 millones de ser aprobada la propuesta. Sin embargo, y aunque en los años siguientes el costo de la reforma generará un costo adicional máximo de $9,2 billones en 2029, se espera que empiece a bajar el peso en el PIB de la reforma a partir de la vigencia 2036. Se calcula que, para 2050, el gasto del sector salud pesará alrededor de 5,60%, teniendo en cuenta la implementación de la reforma.
El Minhacienda sostiene que “si bien la reforma implica mayores gastos en el corto y medio plazo, derivados de la ampliación en la atención primaria, la formalización del talento humano y el fortalecimiento de la infraestructura, en el largo plazo se espera que estos cambios se traduzcan en menores gastos de atención en mediana y alta complejidad”.
Jesús Albrey González, presidente del Colegio de Abogados en Derecho Médico, aseguró que aún hay temas que preocupan sobre el proyecto. “No sabemos cómo se hará para que los recursos alcancen de manera suficiente para todas las necesidades de salud. Es importante que durante los próximos años los presupuestos de las vigencias no se agoten en seis u ocho meses”, concluyó el experto.
