El economista jefe de la entidad para América Latina, Andrés Pérez, entregó las perspectivas de la región.
Una vez entregados los datos finales del 2023 para América Latina y el mundo en general, la prioridad de los analistas es determinar para dónde va la economía, especialmente en materia de crecimiento.
En diálogo con Portafolio, el economista jefe de Itaú para América Latina de Itaú, Andrés Pérez, entregó las perspectivas de la región, haciendo énfasis en que es momento de concentrarse en la recuperación de Colombia.
¿Qué viene para la economía de Latam?
Yo diría, desde el punto de vista de actividad, seguimos con una región donde las dinámicas van a ser distintas entre las economías de mayor tamaño y otras economías como, digamos, las andinas.
Tenemos desaceleraciones en Brasil y México y en contraste, tenemos economías que se van a recuperar, que van a tener un rebote en el crecimiento de este año por debajo del potencial. Entonces, aquí tenemos el caso de Chile, Colombia, Perú.
Y después, como para cerrar el panorama, tenemos a Argentina, donde es probable que la contracción este año sea un poco mayor a la que se esperaba, en el marco de un ajuste macro que era necesario.
¿Todavía hay que tener paciencia?
Mira, en Brasil y México tenemos desaceleraciones. En el caso de Brasil, vamos a pasar de un crecimiento de 2,9% el año pasado a un crecimiento en torno al 2% en este. Después tenemos el caso de México, que el año pasado seguía sorprendiendo la alza en los datos de actividad y terminó creciendo en torno al 3,2% el año pasado y este año tendría una desaceleración bien moderada a 2,8%.
¿Y Colombia?
Está en la otra cara, como contraste. Países como Chile, Colombia y Perú, o específicamente el caso de Colombia: después de una desaceleración abrupta, pero también diseñada para bajar la inflación, tenemos una desaceleración que llevó el PIB a 0,6% el año pasado y apunta hacia un 1% este año.
En estos países hay una recuperación todavía frágil, gradual, donde no vamos a tener presiones inflacionarias por el lado de la demanda, pero con un fenómeno como El Niño, que sigue siendo una amenaza.
¿Qué hay después de la inflación?
Algo muy favorable en la región es que hemos logrado aprender de ciclos pasados. Entonces, al momento de ver el escenario de inflación que se venía en el mundo, los bancos centrales en la región, con alguna diferencia en la oportunidad en la cual los bancos centrales empezaron a subir las tasas mucho antes que las economías avanzadas. Leyeron bien el ciclo y eso ha permitido que la inflación se haya ido moderando mucho antes en las economías de la región. Este año yo creo que el foco va a estar en saber qué tan rápido se pueden recuperar las economías después de un periodo prolongado de tasas altas y de inflación alta, pero cayendo.
¿Ya pasaron las vacas flacas?
Nuestra proyección de crecimiento para este año, en Colombia en particular, todavía tiene la economía creciendo por debajo del potencial. Estamos ante perspectivas desafiantes desde el punto de vista de actividad. Apenas tenemos para el año 2025 un crecimiento que se acercaría al 3% y una recuperación con mayor dinamismo sólo sería palpable el otro año.
Tenemos, obviamente, diferencias en la dinámica de la región. En el caso de Chile, el año pasado tuvimos un crecimiento en torno a cero, pero en términos de niveles, la economía se viene recuperando básicamente desde el tercer trimestre. Sin embargo, deberíamos aspirar a más, a crecer más.
¿Hay una media de crecimiento para Latam?
Podría decir que hay luces y sombras en la actividad económica a lo largo de la región. El punto es que hay dinámicas diferentes y para hablar en agregado, puedo dar un dato, pero si uno hace doble clic, la diferencia es bien notoria entre un país y otro.
¿Cuál debería ser la prioridad para Colombia?
La economía colombiana ha experimentado un ajuste macroeconómico significativo, en el que las autoridades, incluido el Banco de la República, han desempeñado un papel fundamental. En este sentido, se ha observado un progreso gradual, aunque la inflación aún no ha alcanzado la meta establecida y es probable que la actividad económica se mantenga débil en el corto plazo.
No obstante, este ajuste es necesario para garantizar que la economía retome una senda de crecimiento a largo plazo sin enfrentar presiones inflacionarias. Este es un escenario que abre el camino para pensar en impulsar la recuperación.
¿De qué dependerá la recuperación?
Yo creo que va a ser clave fortalecer las perspectivas de la inversión privada en construcción, especialmente, considerando la debilidad que ha tenido ese sector durante los últimos años, tanto en Chile como en Colombia. Así como mantener controlada la inflación en el país.
