Los desafíos en torno a la incertidumbre y la reactivación homogénea de las industrias y el comercio perduran.
El pasado viernes el Dane publicó los datos sobre el desempeño de las industrias manufactureras y las actividades comerciales durante el pasado mes de enero de 2025. De acuerdo a la organización estadística, las ventas reales del comercio minorista aumentaron 10,2% y el personal ocupado decreció 1,4% en comparación con el primer mes del año pasado.
En el caso industrial, el reporte también fue favorable: la producción real subió 1,9%, las ventas reales crecieron 1,4% y el personal ocupado bajó 0,2% frente a enero de 2024. De las 39 actividades industriales medidas, 21 registraron variaciones positivas. Así, la industria suma dos meses seguidos en terreno verde mientras los comerciantes completan ocho meses seguidos en aumento.
Tanto las industrias manufactureras como el comercio reportan un positivo arranque del año 2025, en sintonía con los respectivos comportamientos de ambas actividades en el tramo final del año pasado. La tendencia a la baja de las tasas de interés y de la inflación incentivan un mayor consumo y mejoran las perspectivas del sector comercial en este año. La producción industrial podría protagonizar un 2025 de recuperación parcial, ante la estabilización de la demanda y una mayor atracción de inversión manufacturera.
Dicho lo anterior, todavía es prematuro cantar victoria en ambas ramas de la economía ya que el panorama anual que dejó el 2024 refleja una fotografía menos luminosa. Mientras el comercio creció el año pasado 1,4% -por debajo del 1,7% del PIB nacional- las industrias manufactureras se contrajeron 2,1%-. Estos dos motores de la reactivación de la economía colombiana no solo incumplen su esperado papel jalonador, sino que han sido sustituidos por agro y juegos de azar.
En los últimos doce meses con corte a enero pasado, la producción industrial cayó 1,6% y sus ventas reales, 1,6%. La fabricación de productos minerales no metálicos, de productos farmacéuticos, de vehículos automotores y la coquización y refinación jalaron hacia abajo este desempeño de las industrias. Por los lados del comercio, el crecimiento fue del 3,2%, movido particularmente por vehículos automotores y motocicletas (0,9 puntos porcentuales) y equipos de informática. Autopartes y prendas de vestir resta a estos resultados.
Lo anterior debe conducir a reconocer que, a pesar de estos recientes desempeños positivos, estos dos sectores todavía enfrentan complejos desafíos que perduran. El primero tiene que ver con la ausencia de un plan de reactivación económica, integral y específico, que apunte a un crecimiento homogéneo y menos divergente. Las marchas que hoy convocó el gobierno Petro como arranque de su campaña por la consulta popular para las reformas laboral y de salud no hace más que ratificar que las prioridades de la Casa de Nariño no están en la recuperación económica.
Industriales y comerciantes encaran retos como, por ejemplo, la creciente incertidumbre política y económica. De acuerdo a la más reciente Encuesta de Ritmo Empresarial (ERE) de 22 cámaras de comercio en el país, este entorno incierto, junto a la falta de demanda, fueron los dos “principales problemas de las empresas para desarrollar sus actividades” en el segundo semestre de 2024. Los altos impuestos -y la amenaza de más cargas tributarias-, el contrabando, la inseguridad física y jurídica y la falta de inversión- que sube, pero no llega a niveles de años anteriores- son desafíos que persisten, a pesar de este buen arranque.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
Información extraída de: https://www.portafolio.co/opinion/editorial/retos-persistentes-editorial-de-francisco-miranda-portafolio-625994