Un dólar barato es mejor que uno caro

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Más allá de revisar las externalidades que explican la revaluación del peso colombiano, es preciso tomar decisiones en finanzas personales que beneficien a los consumidores

Durante los últimos dos meses del año, el dólar ha caído de precio en todos los mercados y las monedas emergentes se han revaluado durante ya varias semanas, un fenómeno que no se observaba hace mucho tiempo y que rompe todos los pronósticos de los agentes del mercado.

La principal explicación de la extraña e inusual dinámica del dólar a nivel global, tiene que ver con la política arancelaria y fiscal del gobierno de Estados Unidos, a lo que se suman las crecientes tensiones con su otrora segundo socio comercial, China, lo que ha generado volatilidad en los mercados y debilitando al dólar que venía siendo el refugio de muchos inversionistas.

Hay derivaciones que ameritan explicaciones como es la caída del barril de petróleo, que ya camina la senda de los US$56 en promedio, y de los precios récord alcanzados por la onza de oro, que va rumbo a los US$4.500, un valor increíble que nadie lo tenía en su radar. Todo tiene que ver con las expectativas de tasas de la Reserva Federal ante una inflación resistente; los atisbos de paz entre Ucrania y Rusia; la normalización de la situación en Medio Oriente y las inevitables consecuencias de la guerra arancelaria sobre la economía estadounidense.

Son todo un rosario de pequeñas situaciones, muy coyunturales, las que han generado que el dólar en países como México, Chile, Perú, Argentina y Colombia, para hablar de economías parecidas en la región, sea la noticia económica transversal del año, a dos meses de acabarse.

En países fuertes en exportaciones como México, Chile y Perú, la revaluación de sus monedas es mala; para países endeudados como Argentina son buenas, y para otros como Colombia que poco exporta y está un tanto endeudado, la revaluación de su peso es agridulce para la visión macro y óptima para las familias.

Para los consumidores es mejor un dólar barato que uno caro porque se pueden comprar más productos y servicios en el exterior a un mejor precio, ahora que las plataformas de comercio electrónico hacen parte de la canasta familiar y que el entretenimiento también está signado por un dólar barato, tales como las suscripciones al streaming y las mismas boletas a eventos públicos como conciertos de artistas extranjeros.

Más o menos 30% de los productos y servicios de la canasta familiar en Colombia son importados, por lo que el costo de vida debe estar bajando en ese frente al cierre del año; las herramientas, la maquinaria, el alimento para mascotas, entre otras cosas producidas por fuera, están gozando de buenos precios y hay que aprovecharlos porque el rebote del dólar está ligado a situaciones externas.

Lo mejor que se puede hacer es aprovisionarse de dólares para el nuevo año, un cambio de época en la que la moneda estadounidense va a repuntar inevitablemente del actual $3.900; el prepago de las compras internacionales también debe ser un imperativo, además de poner en práctica el viejo consejo de comprar barato en tiempos de crisis de la moneda y esperar que recupere el precio normal.

¡Es mejor para el grueso de los consumidores un dólar barato que uno caro! Una sentencia inequívoca que no durará para siempre y sobre la cual hay que tomar las decisiones adecuadas; por supuesto, para la macroeconomía las cuentas son distintas al tener otras metas como la deuda externa, las remesas, las exportaciones y otro tipo de interpretaciones.

Información extraída de: https://www.larepublica.co/opinion/editorial/un-dolar-barato-es-mejor-que-uno-caro-4249002

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