La autonomía legislativa

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El eventual hundimiento de la laboral sería una acertada decisión que el Congreso toma en independencia y debe ser respetada por la Casa de Nariño.

Ayer ocho de los 14 miembros de la Comisión Séptima del Senado de la República firmaron una ponencia de archivo del proyecto de ley de reforma laboral, que impulsa el Gobierno Nacional. Esa radicación implica que la mayoría de los senadores que conforman esta célula legislativa están hoy a favor del hundimiento de la iniciativa.

De mantenerse esta situación, esto conduciría al rechazo, por segunda vez, de la reforma a las normas laborales de la administración Petro. La respuesta del primer mandatario no se hizo esperar. “Si la Comisión VII hunde las reformas que necesitan los trabajadores y el pueblo de Colombia, habrá una ruptura entre el Congreso y el Gobierno”, trinó el jefe del Estado en su cuenta de X.

Luego vino una seguidilla de publicaciones digitales en las que el presidente Petro señala de “traición” a varios de los senadores con nombre propio y habla de un “engaño” que “solo nos lleva a la violencia”. El mandatario denunció “una dictadura del Establecimiento que quiere burlarse del pueblo y del estallido social de 2022” e invitó a los ciudadanos a defender en las calles la reforma.

Lo primero que hay que decir es que le corresponde a la cabeza del poder Ejecutivo el respeto máximo a las decisiones que, en ejercicio de su autonomía, ejerce el poder Legislativo. Esta separación de poderes es uno de los pilares más sólidos del sistema democrático y la garantía de un esquema de pesos y contrapesos que protege a la población del poder absoluto y autoritario.

Ese mismo Congreso -si bien en una diferente cámara y célula legislativa- aprobó hace pocos días el articulado de la reforma a la salud. ¿Estaba en acción el “bloqueo institucional contra el cambio” que denuncia el presidente Petro? ¿El hoy presidente en sus tiempos de congresista integraba la supuesta “dictadura del Establecimiento” cuando votaba a favor de hundir las iniciativas gubernamentales de ese entonces?

Este eventual hundimiento constituye además el primer revés parlamentario del nuevo gabinete político, a la cabeza del ministro del Interior, Armando Benedetti. Las mismas prácticas que operaron exitosamente en la Cámara de Representantes para la votación sobre la reforma a la salud al parecer no han funcionado con esta comisión del Senado. Además, tradicionalmente ha sido difícil para una administración en su tercer año lograr impulsar con éxito agendas -mucho menos, con cambios reformistas como los propuestos-.

Se equivoca el presidente Petro al “echarle” sus seguidores a los senadores que rechazaron este articulado. El respeto a la autonomía del poder Legislativo incluye dar las discusiones en los entornos y términos de la democracia. Aún en situaciones de debilidad en la gobernanza del Ejecutivo, la solución no pasa por hablar de “traición” ni recordar las violentas protestas de hace unos años.

Más allá del balance de fuerzas políticas está la discusión sobre si la decisión de los senadores es acertada. El proyecto de reforma laboral del gobierno Petro no aborda varios de los problemas estructurales más serios del mercado del trabajo en Colombia: la dificultad para crear nuevos puestos de trabajo formales y las elevadas tasas de informalidad. El articulado contempla beneficios y mejora las condiciones de esa minoría que ya hoy cuenta con un trabajo formal.

No obstante, el Gobierno Nacional no quiso incorporar medidas adicionales en esa dirección y ha ignorado las alertas sobre los efectos de aumentar los costos laborales y de contratación en medio de la reactivación de la economía.

FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER

Información extraída de: https://www.portafolio.co/opinion/editorial/editorial-portafolio-la-autonomia-legislativa-625605

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