El Banco de la República explica por qué no se han cumplido las proyecciones económicas que había para 2025

Compartir

Leonardo Villar, gerente del Emisor, advierte que factores como el aumento del mínimo sí se han sentido.

A comienzos de 2024, el panorama macroeconómico parecía encaminarse hacia un ajuste ordenado con una inflación que llevaba un año largo cediendo y unas expectativas que lucían ancladas; mientras que el Banco de la República anticipaba que los meses siguientes consolidarían un ciclo de reducción de tasas y el mercado anticipaba que esto daría un respiro al crecimiento económico.

Sin embargo, ese escenario no se cumplió y “el mundo cambió muy rápidamente”, tal y como reconoció el gerente del Emisor, Leonardo Villar, al explicar por qué las proyecciones para 2025 quedaron rezagadas frente a la nueva realidad, durante el foro de perspectivas económicas que realizó Corficolombiana este jueves 4 de diciembre.

En el discurso de apertura, Villar recordó que hace un año la inflación había retrocedido 820 puntos básicos en un lapso de 18 meses, un avance importante aunque no tan veloz como el observado en otros países; en medio de una tendencia, combinada con expectativas favorables, que permitía pensar que el proceso continuaría. De hecho, “los analistas proyectaban que la inflación para diciembre de este año estaría en 3,7%”, y que en 2026 rondaría el 3,4%. Pero la desinflación se frenó.

Un cambio inesperado

Partiendo de lo anterior, el gerente Villar señaló que, en lugar de continuar su descenso, la inflación se estabilizó primero y luego retomó una senda ascendente y acotó que “hoy la tenemos 30 puntos básicos por encima, en 5.5%”, subrayando que se trata de la cifra más alta entre los países de la Ocde, con excepción de Turquía. Más inquietante aún es el deterioro de las expectativas, ya que para 2025 ya no se espera 3,7%, sino un rango entre 5,1% y 5,3%, y para 2026 el consenso ronda 4,4%.

Era una perspectiva favorable, una que llevaba a los analistas a pensar que la tasa de interés podría bajarse de manera más sustancial de lo que el propio Banco estaba anticipando. Yo mismo señalé la necesidad de actuar con cautela en ese proceso, pero, siendo francos, la conclusión general era que la tasa seguiría descendiendo de forma significativa durante 2025, quizás un poco más lento de lo que proyectaba el mercado, pero aun así de manera importante”, dijo Leonardo Villar.

Precisamente ese cambio de dirección dejó un efecto profundo y el mismo Villar advirtió que, de cumplirse ese escenario, Colombia completaría seis años sin alcanzar la meta del 3%, un golpe a la credibilidad del esquema de metas de inflación. Aun así, matizó que la confianza de largo plazo persiste, pues “la perspectiva de largo plazo sigue siendo que la inflación converge hacia niveles cercanos al 3%”, lo que ha permitido que las tasas de largo plazo no se desalineen por completo.

Así mismo, en el giro inesperado de las proyecciones pesó, según Villar, el fuerte aumento del salario mínimo y aunque evitó discutir la conveniencia o no del ajuste, dejó claro su impacto sobre los precios; destacando que el incremento del subsidio de transporte llevó a que el costo de contratar a una persona fuera más alto de lo deseado.

“El anuncio de un ajuste en el salario mínimo, más allá de las consideraciones que puedan existir sobre la conveniencia de aumentarlo mucho o poco, representó un incremento muy fuerte frente a la inflación vigente y a la meta del Banco. Con una inflación de 5,2% y una meta de 3%, el alza total equivalió al 11%, dado que al aumento del 9,5% se sumó el del subsidio de transporte, lo que elevó el costo de contratar a un trabajador en salario mínimo hasta ese 11%, replicando incrementos similares de años anteriores”, indicó.

Las afugias fiscales

El factor fiscal también jugó un papel determinante; ya que hacia finales de 2024 se esperaba que el déficit cerrara en 5,6% del PIB, un nivel alto pero aún compatible con la regla fiscal. No obstante, los datos posteriores mostraron un desbalance mayor y el Gerente del Banco de la República sostiene que “tuvimos un déficit que superaba ampliamente el 5,6%”, lo cual coincidió con crecientes dudas sobre el panorama de 2025, justo en un momento de discusión interna en el Gobierno sobre el manejo del gasto.

Lo que siguió fue un deterioro más acelerado con el anuncio de la suspensión de la regla fiscal que durante tres años dejó sin ancla a la política fiscal y generó un ambiente de incertidumbre que se trasladó a los mercados; mientras que la reacción no tardó en llegar, según Villar, quien explica que esto “empezó a generar situaciones de reducción de la confianza, de baja de la calificación de la deuda y de aumentos en los spreads de Colombia”, destacando cómo el riesgo país se distanció rápidamente del de la región.

Esa pérdida de confianza llevó a una paradoja difícil de administrar y aunque el Banco de la República redujo su tasa de política monetaria en 400 puntos básicos desde marzo de 2023, las tasas de los TES y de la deuda externa aumentaron con fuerza. Villar recalcó que “la tasa a la cual se colocan los TES en pesos ha aumentado de manera significativa”, aun cuando la postura del Emisor se tornó más flexible y el costo de financiar al Estado dio un salto en cuestión de meses.

En paralelo, la economía comenzó a mostrar un dinamismo interno más fuerte del previsto, en el que la demanda creció por encima del 4% durante varios trimestres y llegó al 5% en el tercero de 2025; lo cual se reflejó en ventas robustas y una caída del desempleo hacia 8,2%. Sin embargo, la producción no acompañó ese ritmo y quedó rezagada; por lo que las proyecciones de crecimiento rondan entre 2,6% y 2,8%, insuficientes para absorber la presión generada por el consumo.

Por último, en el frente a la política monetaria, Villar reiteró que la tasa de 9,25% sigue siendo alta en comparación regional, pero recordó que la postura real se ha suavizado y que dado que la inflación repuntó y las expectativas aumentaron, la tasa de interés real ha caído, lo que hace que la política sea “menos restrictiva ahora de lo que era hace un tiempo”. Para él, esto no implica un cambio de rumbo, pero sí ajusta la discusión sobre la magnitud y el ritmo de los movimientos futuros.

Villar cerró su intervención con una reflexión sobre el caso de Brasil, cuyo banco central tuvo que revertir su ciclo de bajas y llevar la tasa a 15% tras un deterioro en las expectativas, gracias a lo cual, hoy ese país exhibe una inflación más baja y expectativas más alineadas con la meta, mientras los mercados anticipan recortes; mientras que las expectativas de tasa de interés de Colombia podrían estar aumentando, por la urgencia de señales de confianza.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/gobierno/el-banco-de-la-republica-explica-por-que-no-se-han-cumplido-las-proyecciones-economicas-que-habia-para-484186

Compartir

Comments are closed.

Financial advisor showing payments plan to young couple

Estamos listos para resolver sus dudas