Uno de los elementos que más preocupa a la calificadora es la rigidez del presupuesto, punto en el que Fitch estima que cerca del 88% del gasto público está comprometido en salarios, pensiones, transferencias e intereses,
Así mismo, la trayectoria de la deuda refuerza esta señal de alerta. Fitch espera que la deuda consolidada del Gobierno General pase de 59% del PIB en 2025 a 62,8% en 2027, superando ampliamente la mediana de 54,4% de los países ‘BB’. Aunque la relación intereses-ingresos bajaría de forma transitoria en 2025, hasta 12,9%, por efecto de las recompras, volvería a escalar con fuerza en 2026, hasta 15,4%, un nivel muy superior al promedio de sus pares. A esto se suma la vulnerabilidad cambiaria, dado que el 32% de la deuda está denominada en moneda extranjera.
En el frente macroeconómico, Fitch reconoce que Colombia mantiene fortalezas importantes, como un historial de estabilidad macro y financiera respaldado por un banco central independiente. Sin embargo, estas fortalezas ya no compensan el deterioro fiscal y el crecimiento seguiría siendo modesto, con una expansión de 2,7% en 2025 y 2,9% en 2026, apoyada en el consumo y una recuperación incipiente de la inversión, que aún se ubica en 17% del PIB, muy por debajo de su promedio histórico de 22%.
Finalmente, aunque la inflación viene cediendo, Fitch prevé que cierre 2026 en 4,5%, aún por encima de la meta, lo que llevaría al Banco de la República a subir las tasas en 100 puntos básicos; mientras que en el frente externo, el déficit en cuenta corriente aumentaría a 2,9% del PIB, aunque sería financiado por una inversión extranjera cercana a US$13.000 millones.
Una calificación esperada
Luego de que se conociera esta actualización, las críticas desde la academia y el análisis económico no se hicieron esperar y voces como la de José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA y exministro de Hacienda, señalaron que “la deuda crece porque su gobierno aumentó el déficit”, al tiempo que cuestiona la suspensión de la regla fiscal, argumentando que las malas señales a los inversionistas explican el aumento del costo de la deuda. En su visión, “no hay hechos excepcionales que justifiquen una emergencia económica y el camino responsable pasa por un recorte de gasto”.
Otros analistas coinciden en que el impacto inmediato de la rebaja será limitado, porque el mercado ya había descontado este escenario. César Pabón, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, sostuvo que “gran parte de este efecto ya está incorporado” en variables como tasas de interés, tipo de cambio y prima de riesgo. Sin embargo, advirtió que el golpe más fuerte es estructural, porque la pérdida de confianza “inhibe la inversión” y afecta el crecimiento, el empleo y la capacidad de reducir la pobreza en el largo plazo.
Por su parte, Andrés Langebaek, director de estudios económicos del Grupo Bolívar, señaló que la decisión de Fitch “es un llamado a la comunidad financiera del mundo y al propio gobierno colombiano” sobre el deterioro fiscal. En su lectura, el resultado práctico será un mayor costo de financiamiento, tanto para el sector público como para el privado, con efectos directos sobre tasas de interés de largo plazo, incluidos los créditos hipotecarios, que los hogares sentirán en su vida cotidiana.
Desde el Gobierno, el Ministerio de Hacienda defendió su gestión y destacó avances en consolidación fiscal durante 2025, con un déficit menor al previsto en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, una reducción del gasto en intereses y una estrategia activa de manejo de deuda que habría reducido el saldo nominal en cerca de $30 billones. También resaltó el buen desempeño macroeconómico, con crecimiento, empleo y reservas internacionales en niveles sólidos, como evidencia de que la economía mantiene fundamentos positivos.
No obstante, otros analistas como Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, señalan que la rebaja de Fitch, aunque era ampliamente esperada y ya estaba incorporada en los precios de mercado y es favorable que la calificadora mantuviera la perspectiva estable, a diferencia de Standard & Poor’s, puso sobre la mesa que la próxima revisión dependerá del resultado electoral y
de la capacidad del nuevo gobierno para presentar un plan fiscal creíble.
Con todo, el mensaje de fondo que deja Fitch es claro y apunta a que la rebaja no fue un accidente ni un choque inesperado, sino la consecuencia de una trayectoria fiscal que genera dudas sobre su sostenibilidad. Superado el anuncio, el desafío ahora es recuperar la credibilidad ante los mercados, una tarea que exigirá señales claras de disciplina fiscal, decisiones políticas difíciles y un plan creíble que permita estabilizar la deuda. Ese reto, como coinciden los analistas, recaerá en gran medida sobre la próxima administración.
Información extraída de: https://www.portafolio.co/economia/gobierno/calificacion-de-fitch-cronica-de-una-rebaja-anunciada-desde-mediados-de-este-ano-y-que-presiona-la-crisis-fiscal-484844