El Banco Mundial pretende acelerar el desembolso de préstamos en un tercio en tan solo dos años, un pilar clave de una revisión que pretende hacer más eficaz a la organización de desarrollo.
“No hemos fijado una fecha exacta, pero intentaremos reducir (los lapsos de entrega) un tercio en quizá un par de años”, dijo Ed Mountfield, vicepresidente de Política de Operaciones y Servicios a los Países del Banco Mundial, en una entrevista con Reuters en Londres.
“Tenemos que encontrar la manera de ir más rápido, revisando nuestra propia burocracia y reconociendo que a menudo los retrasos se producen en el lado del cliente”, afirmó Mountfield el miércoles, refiriéndose a los países con escasa capacidad institucional.
En la actualidad, los desembolsos tardan una media de 27 meses desde que el banco recibe una solicitud de préstamo.
Mountfield dijo que el prestamista no pretende cambiar radicalmente sus normas actuales, pero reconoció que los procesos podrían ser más rápidos en los casos en los que el riesgo operativo es menor.
“Cuando nos enfrentemos a riesgos mucho mayores, por ejemplo en una gran inversión hidroeléctrica, entonces, por supuesto, tendremos un mayor nivel de atención”, añadió. “No se trata de recortar los estándares, tenemos que conseguir calidad y rapidez al mismo tiempo”.
Añadir recursos a la fase de ejecución de los proyectos respaldados por el banco es otra forma de reducir el plazo de los desembolsos, dijo Mountfield. “Necesitamos más apoyo práctico a los prestatarios en un entorno de menor capacidad para obtener resultados con rapidez”.
El Banco Mundial ha puesto en marcha un proceso de reforma más amplio que incluye la ampliación de su balance a medida que las amenazas internacionales, desde las tensiones geopolíticas al calentamiento global, acumulan presión sobre las naciones vulnerables.
Estados Unidos, el mayor accionista del BM, lleva meses instando a la institución a tomar medidas más audaces y rápidas para liberar recursos.
Según un estudio encargado por la Fundación Rockefeller, reformar el enfoque del riesgo del BM podría desbloquear casi 190.000 millones de dólares en préstamos adicionales que los países en desarrollo necesitan urgentemente sin poner en peligro su calificación crediticia AAA.
El estudio, realizado por la empresa internacional de análisis financiero Risk Control, concluye que los dos principales brazos crediticios del BM, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y la Asociación Internacional de Fomento, tienen un “margen de maniobra significativo” para aumentar los préstamos.
En la actualidad, el BM está presionando para que los países miembros concedan más subvenciones y aporten más capital, a la vez que aprovecha su balance para aumentar los préstamos destinados a responder al cambio climático y a otras crisis mundiales, como las pandemias y los Estados frágiles.
En abril, la institución redujo su ratio capital/préstamos para aumentar los créditos en 50.000 millones de dólares en 10 años, pero se calcula que las necesidades anuales de financiación de la transición climática por sí solas ascenderán a 3 billones de dólares para los mercados emergentes y las economías de renta baja de aquí a 2030.
“Pediremos a nuestros accionistas que aumenten sus compromisos”, dijo Mountfield.